Serious Black es una banda relativamente nueva pero que ya nos traen su tercer trabajo, Magic. Estos chicos se la juegan con un power metal muy melódico que no sorprende teniendo en cuenta el pedigrí de sus miembros, que han tocado en grupos como Firewind, Rhapsody, Tad Morose, Edenbridge o Dreasmscape. Su carta de presentación, por lo pronto, no es poca cosa.
En los últimos años han pasado de abrir para HammerFall o Gamma Ray a ser headliners. De echo, en otoño se embarcarán en una gira para presentar su disco a medio mundo. El metal en general, y especialmente el power metal melódico, necesita ser experimentado en vivo, ahí es donde bandas como Serious Black se juegan todas sus cartas. Cuando los fans (y no tan fans) asistan a los conciertos, y especialmente cuando suenen los temas de este Magic, conectarán con el grupo de tal manera que ya no podrán soltarlo.
Tanto el sonido como la imagen de Serious Black oscilan entre la potencia y el heavy más comercial, y no tienen miedo de ir de un sitio a otro. Magic va mucho en esta línea. Consta de 14 pistas que empiezan con la intro de apenas un minuto, With the tip of a hat. A partir de aquí rapidez y melodía se entremezclan para narrarnos esta gran obra. Canciones rápidas y cañeras como Binary Magic o The witch of Caldwell Town se dan la mano con otras de ritmos más lentos y melodías más accesibles, siendo Now you’ll never know el ejemplo más claro y que en los 80 no hubiese dejado de sonar en la radio. Como suele ser costumbre, la joya de la corona la dejan para el final. One final song son más unos cuantos de pomposidad, circo y magia, donde el grupo demuestra todo lo que puede hacer (excepto la rapidez). Y si dejamos el play encendido una vez acabe el tema, nos encontraremos con una sorpresita que no sé catalogar.
La banda va en el filo entre un sonido comercial y otro un poco más duro, y lo hacen bien. Tanto Serious Black como el álbum que reseñamos, Magic, encajan muy bien en el power metal melódico a lo Blind Guardian o Kamelot. Magic es un buen disco que merece la atención de todos los fans del género. Su melodía conseguirá hacerse un hueco importante entre los que disfrutemos del power. Y, por si fuera poco, tenemos a Alex Holwarz a la batería, que siempre es un plus.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.