“No lo entiendo, lo único que intentamos hacer es destruirlo todo.” (Johnny Rotten)
Si le preguntas a alguien cuál es la banda punk por excelencia, seguro que te citará a los Sex Pistols. Fueron la punta de lanza del movimiento a pesar de que muchos de los puristas puede que estén en desacuerdo. Su actitud, sus conciertos caóticos, su leyenda negra… son los ingredientes ideales que cimentaron los pilares del punk rock del último tramo de los 70: Vive rápido y muere joven, No hay futuro… Pasaron de manera fugaz, eso sí, pero dejaron una impronta difícil de borrar.
“Definitivamente cambiaron el mundo, pero de una forma muy chocante. Estaban muy influenciados musicalmente por la primeriza escena americana de la Costa Este, pero eso no es ningún secreto. La diferencia en ello es que en los Pistols estaba Malcolm McLaren, que poseía un plan perfecto para conseguir la perfecta combinación de miembros del grupo y tenía las agallas para conseguir la gran estafa del rock and roll. Dudo que haya habido nunca una banda más directa y sin miedo que los Sex Pistols. Ellos conmocionaron a toda la sociedad de un modo alucinante y abrieron una puerta para todas las demás cosas que vinieron luego. ¡Me encantan!” (Texas Terri)
Grupo prefabricado con Malcom McLaren de autor intelectual
Malcolm McLaren fue el manager y visionario que creó el grupo. Su estética fue una de las claves y luego les convirtió en rutilantes estrellas más allá de sus habilidades musicales. Todos y cada uno de los miembros que formaron los Pistols eran perfectos en su papel, pero si somos algo críticos con todo ello, podemos verles tan prefabricados como lo fueron posteriormente bandas como Wham, Take That o las Spice Girls. Pero afortunadamente de entre todos estos grupitos prefabricados en los Pistols había algo más, por muy artificiales que fueran desde un principio, llegaron a ser muy reales y pasaron a la historia por sus propios méritos.
Moviendo piezas para poner en jaque a la reina
La jugada al otro lado del Atlántico le salió mal a McLaren y los New York Dolls no cederían ante las ideas del avispado manager. Así que Malcolm cruzó de vuelta el charco y se puso manos a la obra con todas las ideas que tenía en mente, sólo que esta vez con los Sex Pistols. El punk iba en alza, así que el primer movimiento de peones fue cambiar el nombre de su tienda de ropa en Londres, de “Let It Rock” a “Sex”, y a ofrecer todo tipo de imperdibles, botas militares y camisetas rotas. Johnny Rotten, Glen Matlock, Steve Jones y Paul Cook serían los alfiles y torres con los que continuaría la partida. El tablero estaba dispuesto y McLaren jugaba para hacer jaque mate a la reina.
“Gran primer disco, y no está nada mal para una “banda de chicos”, nunca he creído en el punk rock de los Pistols, ya que, ¿pusieron acaso ellos las normas o escribieron alguna Biblia sobre ello? ¿O fue Malcolm quien lo hizo?” (The Adicts)
Trayectoria
Su irrupción fue sonada y los momentos televisivos que les dedicaron eran aprovechados por el grupo para liarla tanto como podían. Lenguaje soez y amor incondicional por la anarquía eran los objetivos. Hay una entrevista en TVE1 en la que el pobrecito entrevistador, un jovencito al que pusieron allí porque presumiblemente nadie quiso pasar ese mal trago, en la que Rotten humilla sin piedad al chico. Para la historia ha quedado también el diálogo entre el vocalista y el presentador Bill Grundy en el programa “Today”, que dio lugar al despido del popular presentador. Su primer single “Anarchy in the U.K.” fue un bombazo peligroso que alentaba a todo aquél que lo escuchaba a rebelarse contra las normas establecidas. La carátula, como no podía ser de otra manera, era rompedora: toda en negro sin letra alguna. Otra de las ideas de McLaren fue la de saltarse la prohibición de tocar durante la fiesta del jubileo de su majestad Isabel II (celebración de sus 25 años de reinado). Surcaron el Támesis a bordo de un barco y dieron un concierto en Londres río abajo. La cosa terminó con el grupo y su séquito arrestados.
“Si no fuera por los Sex Pistols no existirían los Toy Dolls, ellos derribaron todas las barreras musicales. Mil gracias a ellos.” (Toy Dolls)
Llegaron hasta el número 1 de las listas con el single “God Save the Queen”, aunque se alteraron las cifras de ventas y se les otorgó el número 2. El país les veía como una seria amenaza. La censura pronto aparecería y se minimizaría la repercusión mediática del grupo. Como suele pasar en este tipo de casos, el hecho de intentar terminar con una banda, hace que su impacto sea más llamativo; es lo que conocemos como efecto Streisand. El single “God Save the Queen” era otra provocación en toda regla que haría que la compañía EMI tuviera que desprenderse de ellos, muy a pesar de que su posterior disco Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols, en 1977, consiguiera excelentes cifras de ventas con otra discográfica: Virgin.
«Odio los solos de guitarra. Por dos razones: porque no sé tocarlos y porque además los detesto.» (Steve Jones)
Cambio de peón por reina: Sid Vicious entra en juego
Los tabloides ingleses tenían carnaza y les dieron mucha cancha. Eso haría que la figura de Glen Matlock quedara en entredicho. Demasiado serio y tapado como bajista en comparación con las actitudes caóticas de sus compañeros. En su momento se le consideró un mero peón, y ahora que la partida iba tan avanzada, qué mejor que llegar al final del tablero y cambiar al peón por una reina. Una lástima, pues Matlock era el tipo que había firmado la mayoría de las composiciones del grupo a pesar de que, en el disco, toda la banda compartía los créditos. Para su vacante se buscó a alguien que era la viva imagen del punk, el perfecto fan de los Pistols, el que poseía todos los clichés, todos en fila: Sid Vicious.
Cuando aparecen dos reinas en el tablero las partidas suelen ser rápidas, por lo que se veía que el final estaba cerca. Este angelito era uno de los peores bajistas de la historia, pero su actitud y beligerancia hicieron que la gente le amara. Otro de los lemas del punk era precisamente este: “no importa si sabes tocar, lo importante es pasarlo bien”. Hasta el propio Lemmy de Motörhead alucinó cuando Sid le contó que era el nuevo bajista de los Pistols. Pero Vicious hizo honor a su apodo y sembró el caos total en los conciertos. No era ningún desconocido, ya era famoso en la escena punk por sus numerosos altercados y por haber probado suerte en algunas bandas. Imitando a Iggy Pop, se cortaba el torso, se lanzaba contra el público y provocaba trifulcas y peleas entre las primeras filas. Las muchas leyendas nos hablan de sus repugnantes hábitos escabrosos como el inyectarse en vena su propio vómito o sus propios orines o defecar en la boca de sus amantes. Evidentemente esto forma parte de la leyenda urbana y el gusto por la exageración del management y las casas discográficas, ávidas de vender más discos. De ser cierto superaría al mismísimo GG Allin y se acercaría a las historias escabrosas de Sade. Por otro lado, miembros del grupo reconocen que le habían visto ahorcar a un gato. Las ganas de mantener tu leyenda y hacer locuras para que se hable de ti puede llevarte a tener que subir el nivel cada vez… y esto invita al desastre.
Never Mind the Bollocks sería su ópera prima y su canto de cisne a la postre, pues el grupo no llegó a grabar otro disco. Solo algunas canciones para la banda sonora de una película-documental sobre ellos mismos, por la que McLaren tanto luchó. Su misma actitud destructiva y sus excesos que les habían encumbrado serían los que les precipitarían otra vez a las cloacas de las que emergieron. Una muerte por sobredosis de si mismos y el ansia de querer ser más punks que músicos. Ya sin Matlock, poco había que hacer, y más con una importante fractura interna, riñas constantes con McLaren y con un Sid pasado de vueltas. No es nada fácil continuar una larga trayectoria a base de autodestrucción sin evitar caer en la auto-caricatura.
“Una buena banda de rock, tenían buenos temas y buena imagen. Popularizaron el punk rock y a consecuencia de ello muchas bandas similares empezaron en el punk. Nos influenciaron un poco musicalmente, especialmente en el ser polémicos y peligrosos. El único punto negativo que les veo es que la imagen de Sid Vicious era muy cool, pero era un tipo que no estaba capacitado para tocar bien su instrumento y se metió de lleno en drogas duras, matar gente, cometer suicidio, inspirando a muchas otras almas perdidas a seguir ese camino equivocado. Inspiró a muchas otras bandas realmente malas como The Germs. Cuando nos mudamos a vivir a Los Ángeles a finales de lo 70 The Germs eran mucho más populares que nosotros. De hecho, nos era muy difícil encontrar bolos para tocar en la escena punk de la época ya que nosotros no nos chutábamos heroína ni actuábamos como descerebrados en todo momento.” (The Mentors)
Como reza otro de los lemas del punk, “vivieron rápido y dejaron un cadáver bonito”. Una muerte por sobredosis de si mismos. Su gira por Estados Unidos con un público formado por rednecks camorristas y la fuerte fractura interna en el grupo lo dinamitaron todo. Las constantes peleas de Vicious y sus muchas adicciones hacían que los conciertos fueran un auténtico desastre. Pero la cosa fue todavía más triste si cabe, pues Sid Vicious murió en febrero de 1979 a los 21 años por sobredosis de drogas, cuando estaba acusado de la muerte de su pareja: la tristemente célebre Nancy Spungen; una especie de Sid Vicious en versión femenina, drogadicta y ex prostituta. Spugen murió apuñalada en la bañera de la habitación que compartía la pareja en el Hotel Chelsea de Nueva York. Por entonces era la manager de Sid y ambos planeaban casarse. Todo apuntaba a que Vicious fue el autor material de su asesinato, pero nunca llegó a sentarse ante la justicia. Los Pistols habían grabado antes material paralelo a su banda madre, destacando un single “casi” en solitario del propio Sid Vicious en el que incluye una excepcional versión punk del “My Way” de Sinatra en la cara B. En la A había una versión de “No One Is Innocent” cantada por el criminal Ronnie Biggs, una especie de versión inglesa del Dioni.
La resurrección
Años más tarde, en 1996, la banda se volvió a reunir con los supervivientes para la gira Filthy Lucre Tour. Curiosamente serían capaces de ofrecer conciertos a la altura de la leyenda, pero siempre con la sombra de si había algo preparado. En un concierto en España a mediados de la década del 2000, un teléfono móvil lanzado desde el público golpeó a Johny Rotten e hizo que este enfureciera. ¿Un detallito teatral para rememorar sus tiempos salvajes? Posiblemente… pero a todos nos encantó.
La trayectoria de Malcolm McLaren después de los Pistols es digna de estudio. Fue manager de Adam Ant y se metió de lleno en el mundo de la música electrónica. Se le considera el inventor, nada menos, que del scratch, la técnica de arrastrar el vinilo hacia delante y hacia atrás. Desgraciadamente murió en 2010 dejando una trayectoria digna de película. Sobre quién inventó qué y quién influyó a quién hay un divertido debate entre viejas glorias del punk en el que Rotten se mete en el personaje y provoca a un Marky Ramone que le acusa de copiar a Richard Hell.