Sextrow – Addicted to Rock

Si, como yo, eres de la opinión de que nunca está de más sumar a tu discografía bandas que te transporten a la época dorada del glam/hard rock, has dado con la reseña correcta, porque Sextrow es una banda que te vas a grabar a fuego a partir de hoy. Este quinteto publicó en 2018 un EP que llevaba por título Bitchfield, que, con sus cinco temas, se hacía a partes iguales una maravilla del género y algo demasiado corto.

Pero por fin podemos llevarnos a la boca (a los oídos, vale) un larga duración de este quinteto, y el resultado era más que obvio, pero no por ello deja de ser una satisfacción: once trallazos (tres de los cuales están rescatados de su anterior grabación) que rezuman fiesta, laca, animal print y cierto golferío cuando hace falta, que es bastante a menudo. Vamos ya a poner el disco a girar, que no tiene desperdicio.

Desde el segundo uno de “Looking for Trouble” se evidencia lo que los germanos nos quieren vender, y raro será que no entremos a comprarlo al instante. Sonido directo y contundente, con relativa sencillez y ante todo, mucho carisma. Primer empujón a la bola de nieve dado, el resto viene solo.

¿Qué se puede esperar de un tema que lleva por título “Addicted to Rock”, bautizando el álbum? Como mínimo, ciertos de niveles de energía directa al cerebelo. Pues es lo que ofrece la formación, y en dosis bien generosas, porque mejor que sobre que no que falte.

“Catch a Ride”, con su riff tan Vanhaleniano podría pasar como un tema sin nada que destacar si no fuera por su maravilloso estribillo, que primero pilla por sorpresa y luego se te acopla en el cerebro sin remedio, postulándose como candidato a uno de los mejores cortes del disco.

Tras el momento “aquí va a bailar hasta el gorila de la puerta”, el quinteto muestra su lado más sleaze con “Road Lover”, hasta que toma de nuevo el protagonismo el hard rock más canónico en “Livin’ Easy”.

De la mano del bajo de Raging Ray entramos en “My Foxy Lady”, cuya traviesa sensualidad ya pudimos disfrutar en el mencionado Bitchfield. Un reposo en el ecuador del álbum, relevado por “Children of the Night”, que poco a poco va volviendo a cargar el ambiente de electricidad, hasta que remata el trabajo “Highway’s Calling”, donde vuelven a asentarse los guitarreos afilados, los coros pegadizos y los agudos de mister Ian (del que podría hablar un buen rato, porque nunca pensé que un mismo vocalista me pudiera recordar, en una misma grabación, a Jello Biafra y a Tony Cuevas, pero esto supongo que serán cosas mías).

Otro de los puntos fuertes del redondo se presenta como “Neon Nights”, tres minutos de adrenalina ininterrupida, combinando a la perfección fuerza bruta y espíritu festivo. Otro tema que, de haber visto la luz cuatro décadas atrás, todos nos sabríamos al dedillo.

La faceta más sucia de los alemanes vuelve a la palestra con “Live It Out Loud”, dando paso al último envite del quinteto, “Over the Top”, donde terminan de volcar su genuina actitud de la mejor manera posible. A la hora de bajar el telón, no podían perder ni un ápice de su potencia.

Basta un vistazo a la portada de Addicted to Rock para darse cuenta de que transmite dos cosas: energía sin cortar y un innegable toque retro. Pues lo que el disco ofrece es simple y llanamente eso, pero elevado a la enésima potencia. Imperdonable el pasarlo por alto.

Puti Allin

Melómano empedernido desde la más tierna infancia (lo de tierna es un decir). Todo lo demás que haya que contar, lo contaré sin problema en presencia de mi camarero.