Paso a paso, disco a disco, se consiguen las cosas cuando alguien tiene fe en su proyecto e intenta algo sincero y de corazón. Es por eso que este Revelation de Siena Root ha entrado en el puesto 50 en las listas alemanas de discos, y es que el trabajo constante… suele tener sus frutos. Siena Root un grupo que en seguida lo emparenté con Coven, aunque ellos no los han escuchado. Son equiparables a Blues Pills en cuanto a estilo y sus canciones poseen ángel, aunque tampoco es un disco que entre de primeras si no te va el estilo.
Estilo retro rock con raíces puestas en los 60 y los 70 con los primeros Fleetwood Mac de fuente de inspiración, dejes hippies, algo de psicodelia, juegos acústicos e incluso sitares. Me confesó Sam en la entrevista que tenían la idea de realizar un disco íntegramente acústico, por lo que podemos dividir la obra en varias partes algo diferenciadas, y todas ellas disfrutables. No se han atrevido a ello a día de hoy, pero es el álbum un excelente compendio por capítulos de clase y personalidad.
“Concidence and Fate” demuestra de inicio la calidez de la grabación analógica y esa cadencia casi hipnótica que consigue la solidez del grupo, unida a los teclados y voz de una Zubaida Solid que en cada disco se va superando en su exuberancia vocal. Hay un interludio casi fantasmagórico, realmente bello y conseguido. En “Professional Procastrinator” hay esos momentos más lisérgicos y flotantes, tiran de psicodelia y lucen los toms y goliath de un solvente Love Forsberg que sabe darle a los temas lo que demandan. Está claro que la base rítmica es una de las bazas totales del combo sueco.
Una de mis favoritas es “No Peace” un poco porque aglutina todos los puntos fuertes del grupo. Sonido totalmente analógico, momentos solistas y la potencia de voz de una Zubaida que tiene un chorro de voz muy destacable además de un gran feeling. Sam juega con una cadencia hipnótica en la línea de bajo y el grupo sorprende con los volúmenes e intensidad para marcarse una pieza muy auténtica y lograda en la que la clase de Johan Borgström a la guitarra queda patente.
La solemnidad acústica de “Dusty Roads” es arrebatadora, aunque han clavado lo de añadirle esa guitarra eléctrica que solea en terrenos más desérticos y con aires de Joan Baez. Remata el tema esa flauta travesera que termina de hacerte flotar con esas campanillas y percusiones tan bien seleccionadas. Una de las gemas escondidas es la breve “Winter Solstice”, también en acústico.
En “Dalecarlia Stroll” el grupo se acerca a ese pulso de Pink Floyd si bien mantienen el alma acústica, tiran de flauta travesera y los teclados de esa gran vocalista. Es de lo más espacial, pero también de lo más rotundo y logrado. Terminan con efectos de agua y una especie de avión en una buena muestra instrumental. En “Leaving the City” aparecen los sitares y Johan Borgström demuestra su destreza. Me dijo Sam que es capaz de hacerlo en directo, lo cual tiene que ser absolutamente espectacular. Rock de raíces primigenias que puede recordarte a los Beatles de su viaje a India.
“Little Burden” se acerca a la cadencia de “Don’t Fear the Ripper” de los imprescindibles Blue Öyster Cult, pero el grupo lo desarrolla todo en acústico y con las voces dobladas de Zubaida. Love Forsberg tira de escobillas y el grupo consigue otra canción muy interesante en la que los arreglos lucen de verdad.
De entre lo más experimental está esa pieza instrumental titulada “Madhukauns” en la que el sitar manda y solea mientras el resto de los instrumentos lo acompañan en acústico. Muy pocas bandas pueden acercarse o llegar a tocar esto, con estos instrumentos y de esta manera, por lo que se marcan un momento diferencial importante, que termina con gong. La despedida la pone “Keeper of the Flame” que ha sido single. Balada evocadora destinada a lucir a su impresionante vocalista dotada de una técnica y fuerza soberbias. La voz da cancha luego a la guitarra y hay un blues de base que se va animando con un final arrollador.
Muy buen disco de Siena Root, que tras 15 años de trayectoria siguen ofreciendo muy buenos momentos y de los que esperamos que nos visiten pronto por estas tierras. Es una obra que avanza en capítulos: el eléctrico, el acústico, los sitares y la despedida, algo que no suele hacerse y que es sumamente original. Yo sigo enganchado al disco y me sigue apeteciendo recurrir a él, por lo que veo en Siena Root algo especial a pesar de que hay bandas similares.