Cuanto más escucho a Sigh más claro tengo que estamos delante de una de las bandas más importantes de nuestro tiempo por mucho que esta gente ya estuvieran metidos en el black metal desde su origen, guardando conexión con el Inner Circle, con Dead, con Euronymous y toda esa cuadrilla de mentes retorcidas. Cuando el año pasado el grupo de Mirai Kawashima editó Shiki ya vi que estaban en un momento excepcional, y lo estaban porque contaron con grandes músicos que no tenían límites en lo técnico.
Eso llevó la obra a terrenos soñados por su líder. Y sí, es black metal, pero es mucho más… Aquí hay metal progresivo y una influencia absoluta de la música japonesa y de su cultura. Como la cuarentena de Covid fue mucho más estricta en Japón que en Europa el grupo decidió hacer un directo pandémico grabado con varias cámaras y sin público. La idea era que se fogueara su nuevo guitarrista Nozomu Wakai, pero es que viendo el resultado decidieron que el disco se iba a comercializar. Una buena muestra de cómo suena el grupo en pleno 2023…
“A Victory of Dakini” es un guiño a su primer disco Scorn Defeat del cual se cumplen 30 años desde que apareció. Es por eso que la utilizan a modo de apertura a pesar de que también hay una bonita intro anterior. Contrasta ese primer tema con la velocidad y técnica exhibida en “Purgatorium”, con un deje clásico absoluto con un riff que podría llegar a ser de banda de power metal, claro que ellos lo mezclan todo con sabiduría y potencia. “The Transfiguration Fear” viene dotada de muchísimos coros y pompa, con una producción que premia el bajo de Kawashima y que permite apreciar todos los detalles. Tema que incluye solo de teclado y en el que incluso hay un saxo en un ejercicio absoluto de metal progresivo.
“Kuroi-Kage” ya representa su última obra y de verdad que el salto de calidad es notorio. Muy posiblemente sea su mejor obra junto a Hangman’s Hymn-Musikalische Exequien. Caos, oscuridad, maldad y ORIGINALIDAD. ¿Hay algún grupo actual que pueda compararse con lo que son Sigh en 2023? Van de Therion a Venom, y de un extremo a otro, para coserlo, tiran de metal progresivo. “Shingontachikawa” es presentada como una pieza de los 90, y de verdad que se nota, a pesar de que actualmente el grupo la defiende con un extra de técnica y con arreglos diferentes.
Las virguerías de una pieza de nuevo cuño como “Mayonaka no Kaii” te lleva a hacerte pensar en cómo podría llegar Alan Parsons si se dedicase a hacer sus pinitos con el black metal. De verdad que es de una originalidad extrema. Destaquemos especialmente el papel de Nozomu Wakai como guitarrista, pues para ser su debut está a un nivel excelso con un solazo de guitarra que impresiona. “Shoujahitsumetsu” vuelve a la base más primigenia del black metal.
“The Soul Grave” tira de la pompa orquestal, siendo un tema que pertenece a su disco Scenes From Hell. Destaca especialmente la percusión asiática de Satoshi Fujinami con una especie de gong y unos dobles bombos de precisión quirúrgica. “Inked in Blood” es de largo de lo mejor que han compuesto nunca. Hay ese poso japonés, la influencia de la música clásica por todo lo alto y una risa maléfica que pone los pelos de punta… Suena real, auténtico, sincero, y otra vez me paro en que no hay muchas bandas que sean capaces de componer como Sigh.
“Me-Devil” es otro de los mejores ejemplos de lo que podemos considerar clásico en este grupo. Apoyados en los teclados y con la dupla de voces formadas por Mirai y Dr. Mikannibal. Todo un temazo, ampuloso y épico a más no poder. Terminan con “Evil Dead”, versión de Death y presentada con un: “Espero que todos recordéis esta versión de los 80«… Impresiona la labor de Nozomu Wakai pues recordemos que el chico “es nuevo”. Era su primer concierto con el grupo como aquel que dice. Luego hay una música a lo Lacrimosa a modo de coda.
Únicos en su especie… Sigh pasean orgullosos lo que han labrado desde 30 años atrás. A diferencia de otras bandas coetáneas ellos están ahora en su mejor momento de forma que nunca. De un directo pandémico hecho inicialmente para dar pistas de que seguían en marcha y para probar a su nuevo guitarrista ha salido una obra que impresiona y de la que ves que su directo es absolutamente real. Llevo año y medio muy metido en Sigh y me parece a mí que es más probable que te los traiga la gente del Primavera Sound que no un festival de metal. Definitivamente, una banda a reivindicar.