Sirenia – Riddles, Ruins & Revelations

Existen bandas que no hacen demasiado ruido (metafóricamente hablando, claro), pero que siempre están ahí. Pasan los años y ahí siguen, sacando sus discos, haciendo sus conciertos (ahora menos, en estos tiempos pandémicos) y subsistiendo con más o menos fortuna. Sirenia es una de estas bandas. El proyecto, ahora internacional, del noruego Morten Veland publica su ya décimo LP, de la mano de Napalm Records, el próximo 12 de febrero.

Riddles, Ruins & Revelations está compuesto por diez temas, cuya temática gira en torno a la muerte, la depresión y al paso del tiempo, y cuya duración media ronda los cuatro minutos y cincuenta segundos. Además, incluye un bonus track consistente en una versión de “Voyage, Voyage”, el clásico ochentero de la cantante francesa Desireless. En líneas generales, este nuevo trabajo de Sirenia sigue la línea de su antecesor, Arcane Astral Aeons (2018), en cuanto a lo sinfónico. Por el contrario, los diez temas de Riddles, Ruins & Revelations tienen un punto algo más hardrockero y menos gótico, es decir, que los ritmos son algo más acelerados y los riffs tienen más peso. Otro elemento novedoso, quizá el que más, reside en el uso de los teclados. Aquellas viejas atmósferas cargadas de misterio y fantasía han quedado atrás y han sido sustituidas por sonidos techno, más o menos industriales, ochenteros y noventeros.

En cuanto al trabajo gráfico, este ha sido obra del artista húngaro Gyula Havancsák, autor de las ilustraciones de los tres trabajos anteriores de la banda. En él podemos ver a una mujer abrazada por la personificación, calavérica y medieval, de la muerte, que sostiene a su vez un reloj de arena, escena que enlaza a la perfección con el contenido del LP.

El disco abre con “Addiction No 1”, que además ha sido el primer adelanto del trabajo. Como tal, este tema sirve de perfecto avance de lo que va a ser el resto del disco: Unos sonidos de teclado muy al uso de lo que sonaba en los ochenta y una pronta entrada en escena de las guitarras y de esas atmósferas de antaño, que aún resisten al paso del tiempo y a la evolución de la banda.

El viaje por Riddles, Ruins & Revelations continúa con “Towards an Early Grave” un tema con compás de 3/4 muy melódico, melodía que no queda interrumpida, ni mucho menos desencadenada, con “Into Eternity”, tercer corte del disco.

Como platos fuertes de este menú sonoro podríamos destacar, por una parte, “We come to ruins”, el quinto tema del trabajo. Este corte, ágil y rápido, contiene la suficiente variedad musical como para recoger todos los aspectos, clásicos y novedosos (voces limpias y guturales, atmósferas, riffs, variedad rítmica…) como para servir de síntesis, esto es, de resumen, de lo que Sirenia es en 2021. Y eso por no hablar de una Emmanuelle Zoldan que está especialmente brillante, si cabe, en este corte. Por la otra, un segundo tema destacado de este trabajo sería “December Snow”. Si el anterior servía de síntesis, este presenta todos esos nuevos aspectos con los que la banda ha pretendido avanzar en su innegable buen quehacer musical. “December Snow” es un hard rock a medio tiempo, potente, pero melódico a la vez, y con toques de luz y de oscuridad.

Como dijimos al inicio de estas líneas, la guinda del pastel de regusto ochentero es la versión de la ochentera “Voyage, Voyage”, una adaptación de un clásico intemporal a la sonoridad de estos Sirenia y a la tecnología musical de 2021.

En conclusión, con este nuevo trabajo Sirenia ha pretendido modernizar (en el sentido más etimológico de la palabra) su sonido con elementos algo más novedosos que aquellos a los que nos tenían acostumbrados. El nivel de acierto que se les pueda atribuir dependerá del gusto de cada uno, pero lo que no se puede decir es que Riddles, Ruins & Revelations sea un trabajo mediocre. Posee una complejidad en la composición y en la ejecución, una cierta unidad estilística y temática (sin llegar a ser un álbum conceptual) y la enorme profesionalidad de todos cuantos han participado en él queda a la vista.

Franz S. Heiligen

Soñador en tiempos de hierro, solitario corredor de larga distancia, disfruto tanto de leer un libro en el más absoluto silencio como de la música más salvaje imaginable. Y a veces escribo algo.