Entre todos llevábamos meses dando por saco arriba y abajo con el Metal Cat Fest y, finalmente, tan esperado momento acabó por llegar. La fecha del 22 de marzo ya estaba marcada en rojo en las agendas de todos aquellos que sienten la escena local como su razón de ser, pero además los caprichosos dioses de los solapes fueron milagrosamente magnánimos con el festival, y a pesar de que el calendario en este mes de marzo ha sido de locos, hoy no había ningún otro evento que desviara la atención de demasiados asistentes potenciales. En consecuencia, la sala presentó una afluencia de público más que generosa que satisfizo sobradamente tanto a los organizadores como a las bandas y que hizo que, en todo momento, se viviera un ambiente alegre y festivo.
Porque vamos a ser realistas: Angoixa, Siroll!, Forja y Icestorm son bandas notables, y los más avezados en el tema y «la escena» saben que las cuatro son propuestas totalmente contrastadas dentro del circuito catalán underground (nosotros mismos los conocemos bien y sabemos perfectamente lo que pueden dar de si), pero no dejan de ser grupos minoritarios con una capacidad de convocatoria más bien modesta para las cuales tocar en una sala como Razzmatazz 2 sin ser teloneros de nadie es un reto y un privilegio. Por ello, la perspetiva de llenar el recinto era, quizás, un sueño casi imposible, pero gracias al trabajo del gran capo Ricard Altadill y de Viking Productions, a la insistencia de todos y a la buena predisposición de un público que sintió el evento como algo especial y quiso mostrar su apoyo tanto al festival como a las bandas participantes con su asistencia, se logró reunir a la nada despreciable cantidad de 400 personas en un Razz 2 que hoy se dejó las cortinas en el almacén.
Así que aunque quizás faltó (y me consta que se intentó desde la organización) un nombre en la primera línea del underground que pudiera aportar ese extra de atracción mediática como hubieran sido Foscor o Vidres a la Sang (recordamos que estos últimos fueron capaces de llenar Boveda por sí solos hace solamente un par de semanas), la primera edición del Metal Cat Fest solo puede calificarse como un éxito. Lo fue en calidad musical (a pesar de algunos problemas con el sonido de Icestorm y Forja), lo fue en asistencia y lo fue en presencia mediática, ya que con el festival como excusa, el metal catalán gozó de algunos minutos de gloria en medios generalistas como el Diari Ara, El Periódico o la Cadena Ser, medios que normalmente suelen dar la espelda sin demasiado rubor a nuestra música. ¿Servirá eso para algo? Pues ya lo veremos, pero por el momento ya hay una segunda edición del festival anunciada, para el día 2 de noviembre en esta misma sala.
A pesar de que la organización quiso dejarlo muy claro en todo momento, es posible que alguien aún dudara de si el Metal Cat Fest iba a tener algun tipo de connotación política. Y desde el principio quedó evidente que no, en absoluto: no hubo ni una bandera, ni una estelada, ni una proclama que pudiera indicar lo contrario más allá de la temática de algunas de las canciones de las bandas participantes. Y me alegro sin duda, pero me queda la duda de sí la presencia del festival en los medios generalistas que comentábamos antes fue capaz de atraer a demasiada gente fuera de la escena que viniera interesada por la catalanidad de la cosa. Y probablemente tiendo a pensar que no.
La comunidad metalera catalana, en cambio, sí que respondió. Ahí estaba todo dios, tanto los aficionados habituales como todos y cada uno de los medios que suelen mostrar interés por los conciertos que van más allá de las giras internacionales y de los promotores más conocidos. De la misma manera, una docena de fotógrafos de todo tipo se amontonaron también en un foso sin restricciones de tiempo (entre ellos, por cierto, cuatro de nuestros habituales), documentando la actuación de las bandas protagonistas desde todos los ángulos posibles, de manera que la cobertura mediática del evento acabó por ser verdaderamente excelente.
En lo personal, y además de ser un evento que desde Science of Noise hemos apoyado y al que hemos ayudado desde el primer día, este Metal Cat Fest también fue algo especial para mí, ya que después de estar tres semanas más o menos encerrado en casa por culpa de una molesta y exhausta mononucleosis (si nois, la enfermedad del beso a mis casi cuarenta, ¡hay que ver! – y creédme que no la pillé por ir besuqueando adolescentes por ahí -), el concierto de hoy era mi vuelta a las salas tras haberme perdido, con gran dolor, las visitas de Toundra, de Vidres a la Sang y de Septicflesh. Aún no las tenía todas, lo confieso, per superé sin demasiados problemas tanto el esfuerzo de horas como lo de ser prácticamente abstemio durante toda la noche.
Icestorm
Las cuatro bandas participantes en una velada sin cabezas ni teloneros iban a gozar de, exactamente, el mismo tiempo de actuación. También el orden de los conciertos se decidió por sorteo, y la fortuna quiso que fueran los barceloneses IceStorm los encargados de dar el pistoletazo de salida a la noche. A priori se podrían quejar de su mala suerte (y la verdad es que no sé si fue por un tema de orden, pero el sonido que sufrieron dejó bastante que desear), pero en cuanto a asistencia y respuesta del público contaron con una cantidad similar de gente que las otras bandas, demostrando que el público había venido aquí a verlo todo. Lo que sí que es cierto es que el hecho de que las puertas abrieran un poco tarde y de que hubiera gran cantidad de entradas nominales reservadas y listas para recoger en taquilla hizo que la cola fuera más lenta de lo deseado y que mucha gente (entre ellos yo) no pudiera llegar a entrar para disfrutar de los primeros minutos de su concierto.
Con el guitarrista Javi recién aterrizado en la banda (por lo que explicaron llevaba tan solo un par de semanas aprendiéndose intensamente el repertorio), el quinteto liderado por el siempre imponente Marc Storm se presentaba en la sala Razzmatazz para la puesta de largo de su último y notable trabajo, llamado Saga y editado hace bien pocas semanas. Este álbum ha significado un evidente endurecimiento en su sonido, tanto vocal como instrumental, respecto a sus dos álbumes anteriores. Y excepto un tema («Llegat»), este último trabajo contó con absoluto protagonismo en su setlist (algo de lo que, honestamente, me alegré).
Los problemas con la lentitud en el acceso a la sala hicieron que me fuera imposible plantarme ante el escenario hasta casi el final de «Dominació del Caos», y enseguida se lanzaron con la potentísima «We are Storm» que ha servido de punta de lanza de su nuevo disco y que ahonda en los intereses vikingos de la banda. «Depredadors» y «Feed the Beast» (también tienen algun tema en inglés, sí) demostraron que su propuesta actual va bastante más allá de los Amon Amarth que lucían en la recortada camiseta de Marc para abrazar groove y thrash metal con confianza y absoluto convencimiento.
Por desgracia, el sonido nunca acabó de hacer justícia a la contundencia que demuestran en el disco, sonando algo enmarañados en demasiados momentos y, en consecuencia, dispersando algo el interés en los muchos aficionados que no estaban del todo familiarizados con su música, quizás por culpa de no haber hecho caso al consejo del fornido y barbudo vocalista: «Bebed, bebed, que cuánto más bebáis mejor sonaremos!«. «Sang al Nord», por ejemplo, es un temazo que, además de los evidentes referentes escandinavos, me recuerda a mis añorados Himsa (esta afirmación es todo un piropo, creédme), pero a pesar de que fue uno de los momentos álgidos del concierto no llegó a los niveles de épica de su versión en estudio por culpa de esa falta de definición y de potencia en el sonido.
La recta final transcurrió de forma potente y monolítica gracias a la antémica «El Darrer Vol dels Corbs» y a la solemne «Völundr», dos temas épicos y guerreros que rescatan de nuevo su vertiente más vikinga, con coros y puños en alto a tutiplén, y que pusieron el colofón a un sólido repertorio del que, por cierto, tuvieron que recortar un tema por cuestiones de tiempo. Los barceloneses, pues, se bajaron del escenario felices, entre ovaciones y con una muy buena respuesta del público, pero personalmente me quedé con la sensación de que su concierto y su sonido no acabaron de hacer justicia del todo a su potencial.
Setlist Icestorm:
Thórmsmörk
Dominació del Caos
We Are Storm
Llegat
Depredadors
Feed the Beast
Sang al Nord
El Darrer Vol dels Corbs
Fi d’un Món Crepuscular
Völundr
Forja
La presencia de Forja en este cartel llegó como una cierta sorpresa para muchos de los asistentes. Y no porque los vallesanos no fueran dignos de formar parte de él, al contrario (de hecho su folk / power / heavy metal de inspiración contal es la propuesta más musicalmente catalana de las cuatro), sino porque teniendo en cuenta que tanto Angoixa como Siroll como los nuevos Icestorm se caracterizan por meter bastante tralla y, en consecuencia, atraer sobretodo a aficionados al metal extremo, Forja se escapa bastante de esta intención. Por ello, no creo que me equivoque si afirmo que fue la banda que obtuvo una respuesta menos entusiasta entre un público ligeramente inferior y sensiblemente menos predispuesto al que se encontró Icestorm o las bandas que vendrían después.
Por si fuera poco, los problemas con el sonido que ya sufrimos en el concierto anterior se repitieron con Forja, y ese sonido algo caótico no ayudo ni a que la velocidad y complejidad de su música se pudiera apreciar del todo bien, ni tampoco a convencer a aquellos que no les conocían demasiado. También personalmente debo decir que su propuesta es la que me resulta menos atractiva de las cuatro que pudimos disfrutar hoy (y eso no es culpa suya, es mía, ojo), ya que ni power ni folk metal son necesariamente santo de mi devoción, pero no puedo negarles la voluntad y la intención de apostar por una línea original, mezclando riffs eminentemente jebis con la aparición de gaitas, flautas y grallas que les dan el toque folk que les caracteriza.
Su repertorio se centró casi por completo en su primer larga duración, ese El Llibre dels Fets que dedicaron a la figura de Jaume I El Conqueridor. De ellas, las que me resultaron más destacadas fueron aquellas que presentan precisamente la gralla, como «Infància» y, especialmente, «Muret», con una melodía infecciosa de festa major que la convierte en su mejor tema (a mis ojos) y que hace imposible no ponerse a saltar a poco que tengas algo de sangre grallera en tus venas (y a mí los castells y los balls de bastons me encantan). Aquí pidieron un wall of death que no acabó de materializarse del todo pero que resultó en un pogo bastante generoso. Y es cierto que recibieron una respuesta algo menos masiva que las otras bandas, pero aquellos que respondieron lo hicieron con pasión, ya sea dando palmas, levantando puños o pegándose de hostias unos con otros.
El concierto fue transcurriendo en estos derroteros hasta llegar a la lenta y solemne «El Llibre dels Fets» que precedió una larguísima petición de aplausos a las bandas, a la organización, a los medios, a los que vinieron y a los que no lo hicieron. Cuando ya teníamos las manos enrojecidas, se lanzaron con la interpretación de «Aurembiaix», una canción dedicada a las mujeres que levantó un montón de puños más y que puso el punto y final a un concierto que no me acabó de parecer del todo redondo. Aún y así, y a pesar de no ser un estilo que me motive en exceso en lo personal, creo que su propuesta es potencialmente original y tiene bastante recorrido (mezclar metal clásico con folk catalán no es algo que haga mucha gente). Evidentemente, los seguiremos de cerca.
Setlist Forja:
Els Bons Homes
Jaume I
Infància
Muret
El Foc
El Conqueridor
Ales Negres
El Llibre dels Fets
Aurembiaix
Siroll
No sé si fue porque el equipo ya se había calentado, porque el técnico sabía lo que hacía mejor que los anteriores o sencillamente porque Siroll son la leche en directo, pero lo que vivimos con su concierto pareció un mundo diametralmente opuesto a lo que habíamos vivido hasta ahora: contundencia, nitidez y tralla por un tubo se esparcieron por todos los rincones de la sala para contagiar a fans y curiosos de un headbanging inevitable. Aunque son habituales de nuestras páginas y tocan en todos sitios (entre ellos en la semifinal de la W.O.A Battle que ganaron hace pocas semanas), personalmente no había tenido aún la oportunidad de enfrentarme a su directo. Y madre mía, tantas tablas y tanto concierto se notan, vaya si se notan, porque lo que se marcaron fue un bolazo que les convirtió, en opinión de la mayoría de gente con la que hablé, y también en la mía, en los grandes triunfadores de la noche.
Con Gou dando brincos de un lado para otro y con el resto de la banda (entre ellos Valt Tempesta, que hizo doblete con Icestorm) ocupando el escenario como si fuera el salón de su casa, Siroll le pegaron un digno homenaje involuntario a un Far Beyond Driven que cumplía un cuarto de siglo hoy con una mezcla infecciosa de thrash, hardcore, groove metal y algo de death que puso el local patas arriba y que, progresivamente, fue atrapando a todos los que se los miraban con cara de sorpresa, risas nerviosas y expresiones de admiración. Así como deciamos que con Icestorm y Forja su propuesta en disco es superior a lo que fueron capaces de plasmar sobre el escenario del Metal Cat Fest (ya sea por razones propias o ajenas), con Siroll ocurrió todo lo contrario: aunque su discografía es más que decente, fue sobre el escenario donde su música cobró plenamente sentido.
Con ritmos muy marcados y definidos, una batería atronadora a modo de metralleta inpietosa y un bajo siempre protagonista, Siroll fueron escupiendo rabia tanto musical como lírica en forma de temas cortos, concisos, afilados y violentos sin dejar un segundo para el respiro. Su último disco, Doble o Res, fue el principal protagonista de la noche, claro, pero también hubo lugar para una generosa cantidad de cortes tanto de su anterior Més Llenya (bastante más brutote, por cierto) como del EP Aniquilació. Es complicado destacar momentos o canciones concretas en un concierto tan compacto como el suyo, pero por mencionar algo me quedaré quizás con el rollo sepulturizado y el alegato feminista que es «Cobord», la trallaca de «Mitjans de Manipulació», el groove de «Doble o Res», la brutal y veloz brevedad de «A l’Aguait» y «092», el bis que se atrevieron a hacer con «Següent» o el curioso coitus interruptus que supuso el inesperado corte de voz de Carles Puigdemont anunciando que anulaba la declaración de independencia.
Una de las principales misiones con las que ha nacido este festival es, sin duda, la de exponer el máximo número posible de bandas que usan el catalán como lengua para expresarse ante el gran público metalero que puede no estar familiarizado con ellas. Y la verdad es que con Siroll cumplieron sobradamente, ya que los de Cardona se ganaron un buen puñado de nuevos fans en la noche de hoy. Quizás no fueron los que arrastraron a más gente a priori hasta aquí, pero sí que fueron los que recibieron la aprovación más unánime del respetable, en gran parte atónito ante sus inesperadas habilidades. Por lo pronto, que no será el último concierto que yo les vea es algo que tengo clarísimo, y creo que más de uno puede suscribir esta afirmación. De momento, aspirarán a ganar la Wacken Metal Battle española el día 1 de junio en la Sala Upload, y visto lo demostrado hoy, está claro que no les faltan opciones.
Setlist Siroll:
Tu mateix
Pobre
Cobord
Hosties
La Cosa
Mitjans de Manipulació
Doble o Res
A l’Aguait
Fatxes de proximitat
902
Aniquilació
Pais de merda
Tal dia
Més Llenya al foc
Dret i Deure
Següent
Angoixa
Los que los conocemos y ya les habíamos visto antes no teníamos ninguna duda de que Angoixa se iban a marcar un bolazo, y efectivamente los barceloneses (siempre que en tu abanico de gustos esté el death metal, claro) no decepcionaron. Es curioso el mundo de las percepciones, porque precisamente el hecho de esperármelo hizo que su concierto me impresionara menos que el de los sorprendentes Siroll, lo que no sé si es algo bueno o malo. El cuarteto liderado por nuestro compañero y amigo Robert Garcia (enfundado por cierto en una bonita camiseta de Science of Noise – si es que parecerá así feroz ahí arriba, pero el tío es un amor -) y escudado por la engrasada y compacta maquinaria que forman Héctor y Oriol a lado y lado y por Mario tras los parches, venía a presentar su aclamado Esclaus de la Por, el primer disco que graban como banda propiamente dicha (los dos anteriores fueron mayormente proyectos personales de Robert) y que les ha puesto en primerísima línea del death metal catalán.
Aunque Siroll les pusieron el listón altísimo y nunca es fácil salir el escenario tras un bolazo así, Angoixa no se amilanaron para nada y demostraron la confianza y la potencia que les caracterizan tanto en disco como en directo para marcarse un concierto que fue de menos a más y que acabó de forma apoteósica. Porque es cierto que el principio fue algo accidentado: primero, el fraile de Montserrat que da pie a «Déus de la Falsedat» se negó a decir su frase (obligándoles a empezar de nuevo), mientras que el sonido del que disfrutaron (o más bien sufrieron) en esos primeros compases de su actuación fue bastante terrible. Otros hubieran empezado a dudar, pero ellos continuaron a lo suyo, y para cuando iban por el segundo tema ya sonaban cristalinos (almenos desde delante, donde me fui a hacer el fanboy por primera vez en toda la noche) y tenían a la pista totalmente desmadrada.
Así como decíamos que Siroll eran los que más convencieron a una cantidad más amplia de público, Angoixa fueron los que tenían más fans específicamente suyos y, en consecuencia, los que desataron la mayor locura en las primeras filas, que se convirtieron en un pogo casi constante durante toda su actuación. Esclaus de la Por sonó casi al completo (se quedó en el tintero «Rere el Mirall»), siete temas con perlazas como el tema título o la genial «El Turment dels Caiguts» como momentos más destacados de esta primera parte de su actuación. Además, también hubo lugar para algun corte antiguo, con especial mención para el divertido y bailable himno del death’n’roll que da título a la banda y que la gente se conocía a la perfección, pero también sonaron tanto «La Foscor del Bosc» como «Malsons» para recordarnos que no han aprendido ahora a hacer buen death metal (aunque Esclaus de la Por sea un paso adelante bastante radical en su carrera).
A base de poses, jetos y una presencia escéncia más que notable, el cuarteto barcelonés fue avanzando en su concierto sin perder demasiado el tiempo en cherrameca. Sonaron contundentes, compactos, babosos y viciosos hasta el final, en el que enlazaron la completísima «Ràbia» (el primer adelanto y único lyric video de su último disco, dedicado a lo que ocurrió el 1 de octubre de 2017 en Catalunya), la genial y rabiosa «Més que Odi» y la épica final «Dins la Matriu», tres de los temas más redondos de su último disco (un disco en el que casi todos los temas son bastante redondos, la verdad), para acabar unos pocos minutos más tarde de las once entre aplausos semietílicos de la gente que poblaba las primeras filas y la mitad frontal de la sala. Aunque quizás no dieron el mejor concierto que les he visto, Angoixa siguen avanzando con paso firme hacia las primeras filas del death metal catalán y, pronto, estatal. Dadles una oportunidad que no os arrepentiréis.
Setlist Angoixa:
Déus de la Falsedat
Esclaus de la Por
La Foscor del Bosc
El Turment dels Caiguts
L’Ombra de la Dalla
Malsons
Angoixa
Ràbia
Més que Odi
Dins la Matriu
Así pues, a la hora de hacer balance solo podemos calificar esta primera edición del Metal Cat Fest como muy positiva. Más allá de los gustos musicales y estilísticos de cada uno, creo que las bandas y los conciertos (en especial los dos últimos) estuvieron a la altura de las expectativas, y la respuesta y la asistencia del público también. Pero eso no es más que un primer paso, ya que ahora, seguramente, queda lo más difícil, que es consolidar esta propuesta como algo habitual, ya sea a partir de sus dos ediciones anuales «grandes» (la siguiente, recordad, será el próximo 2 de noviembre en esta misma Razzmatazz 2), como a través de las actividades de perfil más bajo que quieren ir llevando a cabo a lo largo del año. Mucha gente vino porque se trataba de un evento especial, y el reto es hacer que esa misma gente siga viniendo para, poco a poco, cohesionar y hacer crecer una escena / comunidad / llamadle como querais, que buena falta le hace.
Nosotros, por supuesto, seguiremos ahí, no solo para contarlo, sino también para promoverlo. Larga vida, y que os veamos a todos allí.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.