Six Feet Under – Nightmares of the Decomposed

Nuestra Nota


3 / 10

Ficha técnica

Publicado el 2 de octubre de 2020
Discográfica: Metal Blade Records
 
Componentes:
Chris Barnes - Voz
Jack Owen - Guitarra
Ray Suhy - Guitarra
Jeff Hughell - Bajo
Marco Pitruzzella - Batería

Temas

1. Amputator (3:43)
2. Zodiac (2:53)
3. The Rotting (3:15)
4. Death Will Follow (2:51)
5. Migraine (4:20)
6. The Noose (4:29)
7. Blood of the Zombie (3:21)
8. Self Imposed Death Sentence (3:02)
9. Dead Girls Don't Scream (3:15)
10. Drink Blood, Get High (4:25)
11. Labyrinth of Insanity (4:19)
12. Without Your Life (3:38)

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Antes de empezar, sé lo que debe estar pensando. «¿Volldammus? ¿El pesao ese de las camisas hawaiianas y los videos chorras? ¿Qué hace haciendo review de un disco de death metal?». Pues bien, pese a que no lo parezca soy extremadamente fan del death y brutal death. Llevo ya no se cuantos años escuchando a bandas como Carcass, Cut Up, Vomitory, Obituary, la etapa death de Napalm Death (su mejor etapa, en mi humilde opinión), Nile, Suffocation, Death, entre otras y disfrutando cada segundo de ello. Y cuando escuché Nightmares of the Decomposed, me encontré con tantas cosas que decir, que le pedí a mi amigo y compañero de banda Aleix Besolí un hueco en esta web, y aquí estamos.

Bien, quiero comenzar diciendo que, aunque soy muy fan de la etapa Barnes en Cannibal Corpse, admito que nunca he sido muy fan de Barnes en si, mucho menos de Six Feet Under. Los primeros discos, Haunted (1995) y Warpath (1997), son muy buenos álbumes, pero a mí personalmente se me hicieron demasiado reminiscentes de Obituary, (obviamente por el trabajo a las guitarras de Allen West) y da una sensación de «¿Para qué voy a escuchar esto, si puedo estar escuchado el Slowly We Rot (1989)?».

Después de estos LP’s, SFU comenzó a integrar más y más elementos groove en sus temas, lo cual no acaba de ser de mi agrado en el death y para rematar comenzaron a sacar los «debatidos» (a falta de un término más educado) Graveyard Classics, del I al IV. He escuchado algún tema de estos álbumes de covers, y personalmente puedo recomendarlos si al oyente le apetece reírse, pero poco más. El rock ‘n’ roll puede funcionar bien mezclado con death metal, pero simplemente tocar canciones clásicas del género afinadas más bajo y cantando guturales por encima… oooof.

Total, dejé de escuchar a SFU. De vez en cuando leía alguna noticia detallando como Barnes tenía algún altercado, como la pelea con el cantante de Cattle Decapitation hace unos años, pero ahí acababa mi interés, hasta que recientemente llegó a mis oídos que el mismísimo Jack Owen, miembro fundador de Cannibal Corpse y ex-guitarrista en Deicide, se iba a unir a la formación de Barnes para grabar un nuevo álbum, Nightmares of the Decomposed.

Así que, con mi interés en la banda renovado, esperé al lanzamiento del LP, y cuando por fin salió el pasado 2 de octubre, lo que me encontré me dejó perplejo.

Pocas veces en mi vida he encontrado un disco de death metal que me dejase tan aburrido y decepcionado como este LP. Cuando vi que Metalblade había desactivado los comentarios en YouTube de los tres singles que presentaban el álbum, pensé que debía de ser para evitar al ejército de trolls con el que Barnes lidia a diario, pero tras escuchar el álbum, me da que no iban por ahí los tiros.

El disco empieza a toda mecha con «Amputator», con un ritmo de batería acelerado (tupa tupa, como lo llaman los thrashers) y un riff que, aunque sencillo, es efectivo, pero enseguida se va todo al garete cuando Barnes comienza a cantar. La voz de Barnes está completamente destrozada, no sé si por los años de guturales, o por la ingente cantidad de porros que fuma, pero dista mucho del mítico gruñido que podíamos escuchar en Tomb of the Mutilated (1992) o Butchered At Birth (1991). Hacia el final del tema y a lo largo de todo el álbum, hace un intento de pig squeals que como poco son risibles (IM-PIIII-TIIIIIR), que llegan a ser hasta desagradables. Sinceramente no sé cómo ningún miembro de la banda o el productor escuchó eso y lo dio por bueno.

Y ese es el problema más grande de este álbum. La voz de Barnes tira por los suelos una instrumental que está perfectamente ejecutada, pero no puedo dejar de lado los demás problemas de los que sufre este disco. Los riffs por lo general tiran al «menos es más» y normalmente no tendría ningún problema con ello, teniendo en cuenta que me encantan grupos que han hecho de ello su carrera, como Bolt Thrower, pero en este caso se pasan de sencillo y lento en la mayoría de cortes, destacando en esto «Zodiac», «Migraine» o «Blood of the Zombie», que parecen escritas por chavales que acaban de aprender a tocar quintas con la guitarra. Y aunque dejan escuchar con cierta facilidad, en parte por el trabajo de Marco Pitruzzella (Rings of Saturn, Mazikeen, y chorrocientos más) en la batería, se hacen por lo general una escucha aburrida y repetitiva.

El peor ejemplo es sin duda alguna «Zodiac». Desde el principio se hace tremendamente pesada (no en el buen sentido) con riffs que podrían aburrir a las piedras. No solo eso, la instrumental ocasionalmente se detiene para dejar solo a Barnes, haciendo aún más aparente lo destrozada que tiene la garganta este señor. Como guinda del pastel, en la segunda estrofa Barnes parece perderse en algún punto y canta a destiempo. No sé si es un error que se olvidaron de corregir, o si fue decisión artística, pero a la ínfima parte de mí que se considera un profesional, le resulta molesto de cojones.

Como puntos positivos, quiero hablar del trabajo en las guitarras solistas de Jack Owen y Ray Suhy (ex Cannabis Corpse). Los solos son sin duda el punto fuerte (alguno tenía que tener) de este álbum. Van desde lo tremendamente complejos y técnicos hasta lo más psicodélico, dando al oyente un clavo ardiendo al que agarrarse mientras escucha este LP. Y no puedo pasar por alto el último tema, «Without Your Life», que es, de lejos, el tema más decente de este álbum. «Without Your Life» tiene algo que la mayoría de temas de este álbum no: riffs más complejos y cambios de tempo. Imagínese mi alegría al escuchar por fin un ritmo acelerado después de 40 minutos de sopor. Si el resto de los temas fuesen como «Without Your Life» no estaría escribiendo esta review, sin duda alguna.

Se que Six Feet Under goza de una buena fanbase y lo entiendo, Chris Barnes es una leyenda viva del death metal, pero no sé si ni si quiera sus fans van a poder disfrutar de Nightmares of the Decomposed.

Por lo general este álbum se hace más soporífero que una etapa del Tour de France a las cuatro de la tarde después de haber comido callos a la madrileña, y los dos únicos cortes que no sufren de esto, están al principio y al final del disco, haciendo muy difícil el mantener el interés durante los casi 44 minutos de duración. La producción es cruda y las guitarras suenan algo débiles en los riffs más rápidos, pero teniendo en cuenta que este LP es 90% quintas abiertas y tempos lentos, no supone demasiado problema, aunque para mí, el problema es la propia falta de estos riffs.

Mi nota final para Nightmares of the Decomposed es un 3/10. No creo poder recomendar este álbum a ningún fan del death, a no ser que tenga insomnio. La falta de variedad y las destrozadas cuerdas vocales de Barnes hacen que escuchar este disco de principio a fin se vuelva una tarea titánica, aunque si se escucha algún tema suelto de vez en cuando, supongo que se hace más soportable.

En fin, ya he dicho todo lo que quería decir, pero antes de irme quiero recordar que la música es arte, y como tal, subjetiva. Si le gusta este álbum, me parece correctísimo. Todo esto no es más que mi opinión, y además, yo no soy crítico, solo un pobre idiota expresándose en internet, así que no deje que mis palabras influyan en su percepción del álbum.

Ah, y no hace falta que le mandéis esta crítica traducida a Barnes, que ya me tiene bloqueado en Twitter.