Qué enormes fueron Skid Row y que potencial tenían en sus días de gloria, siendo capaces de mirar de tú a tú a todos unos Guns N’ Roses. La diferencia es que en los Row todos eran más punks, como Duff McKagan más que no como Axl Rose… Excepto su vocalista, que era más Axl que McKagan. A pesar de ello el bueno de Sebastian Bach era el punto diferencial para el grupo, el tío que les hizo tocar el cielo y el que les hundió en la miseria al abandonar la nave. Pero más allá de eso “The Snake” Sabo y Rachel Bolan eran unos compositores excepcionales.
Skid Row (1989) y Slave to the Grind (1991) eran trabajos incontestables hasta el punto de que parecía que Skid Row llegarían a lo más alto, y debemos agradecer, probablemente a la discográfica que les apretara para sacar este célebre EP de versiones, que, a sus fans, no es que nos parezca imprescindible… es que lo situaríamos a la altura de sus dos clásicos definitivos. B-Side Ourselves nos encanta a pesar de ser sólo cinco temas.
En este disco la vertiente punk salta a la palestra y adaptan las canciones, no a su estilo como Skid Row, de hecho, sino a algo más personal y totalmente visceral. Aquí el grupo te muestra de dónde viene, cuáles son sus gustos personales, absolutamente variados y dispares, y que en 1992 el grupo seguía tocado por una varita.
El EP
Lo mejor de todo es la atómica versión del “Psycho Therapy” de los Ramones. Acelerada y con todo un Taime Downe de Faster Pussycat de vocalista principal con las voces de Bach de apoyo. La cover es absolutamente sobrada y llevada a su terreno. El tema es tan bueno que a su nuevo vocalista Erik Grönwall se la hacen cantar, pues está a la altura de los clásicos. Ese verso gritado con la voz desgarrada de Taime pone la nota de calidad.
Luego está la maravillosa versión de la primeriza canción de Kiss “C’mon and Love Me”. Diré algo que será profano, pero es que yo prefiero esta canción que la de Kiss. Hay momentos en los que parece que la acerquen a Alice Cooper pues Sebastian Bach modula los graves con una calidad alucinante. Temas como este te dan muestras de que este hombre era un vocalista estratosférico, y ese estribillo con los excesos de guitarra de Sabo y Hill llevan el tema en volandas.
Lo más extraño y fuera de lugar es curiosamente la versión de “Delivering the Goods” ya que es una toma en directo de un tema de Judas Priest, pero… ¡claro! Es que son los Skid Row compartiendo escenario con Rob Halford, lo cual es impresionante, y a la vez te da un poco la foto del momento: podían salir al escenario y se les unía el Metal God para cantar. Hay un video impagable de ese momento…
Sorprende que no optaran por un tema manido y obvio y se marcan esta canción más oscura acelerándola a los fans de los Row. Mantienen las guitarras de Sabo y Hill los postulados del sacerdote, pero hay cosecha propia. Y un dueto entre Bach y Halford es algo que pasa a la historia. Vale, no es la mejor versión, pero es la foto del momento. El público de Phoenix estuvo de suerte y la presentación de Bach y el elogio final de Rob hacia el grupo valen su peso en oro.
Skid Row tomaron el nombre de la banda de Gary Moore, tenían inclinación por el punk y el sleazy y aquí se marcan una versión de los progresivos Rush. Este mejunje de bandas aquí resumido puede darte una idea de lo que había detrás de este grupo de Nueva Jersey. Es sencillamente magistral el cómo pueden llevar a su terreno el “What You Are Doing” de los canadienses, con un tremendo Rob Affuso a la batería, tirando de breaks y tiempos complejos y cambiantes. Bach se sale a las voces, pero es que todo el grupo se adapta al tema con toda su personalidad. Nadie hubiera pensado que se atrevieran al material de Rush. Sirva de botón de muestra del nivel que atesoraba Skid Row en 1992.
Y se completa el EP con algo que vuelve a ser superior: el “Little Wing” de Hendrix. Maravillosa versión delicada y bella, repleta de feeling y clase a borbotones. El único problema es que la canción termina en un súbito fade out que no acaba de ofrecernos todo lo que nos apuntan. La verdad es que queda un poco frustrante el no haberle dado continuidad a lo que había allí.
Veredicto
Visto con perspectiva duele pensar que sólo se marcasen cinco temas pues en esos días el grupo estaba a un nivel insultante, y un álbum completo de versiones hubiera sido un escandalazo. Lo mejor de todo es fantasear en qué temas podrían haber tenido cabida aquí puesto que es todo dispar, arriesgado e imprevisible. Es el último legado de los Skid Row clásicos pues con Subhuman Race intentaron adaptarse a los tiempos cambiantes quedando en tierra de nadie y con Sebastian Bach huido.
Afortunadamente ahora Skid Row tiene en sus filas a Erik Grönwall, por lo que lo que se nos viene encima algo enorme. Después de tantos años de búsqueda de cantante han encontrado al tipo ideal y los temas clásicos van a lucir de una forma apoteósica. Estamos ante el renacer de un grupo que nunca lució la corona, pero que apuntaba a ostentarla.
B-Side Ourselves fue el canto de cisne de los tiempos dorados. Así que olvidaros de Bach y disfrutemos de Erik. Tras décadas de espera os puedo asegurar que Skid Row están de vuelta y que si funciona la cosa… huelen a cabezas de cartel, incluso de festivales europeos veraniegos. Toca demostrar ahora que es su momento.