Tras dos más que decentes EP’s, los australianos Snake Bite Whisky publicaron en 2019 su primer larga duración, This Side of Hell, postulándose rápidamente como una apuesta segura para todos los amantes de la ola de sleaze y hard rock gamberro que desde principios de siglo no deja de crecer. Dos años después publican el LP Black Candy para reforzar su candidatura a referentes del género, y consiguiéndolo con creces, dejando claro que, pese a los constantes cambios en la formación que la banda ha sufrido desde hace años, están dispuestos a dar mucha guerra.
Unos potentes guitarrazos que dejan claro la procedencia de la banda son los encargados de darnos la bienvenida con “Thunderbird”, veloz y cruda, siendo un pistoletazo de salida perfecto, tanto para los que ya sabían lo que iban a encontrar como para quienes venían a una cita a ciegas.
Con igual contundencia entra “Raised in Hell”, oliendo a sleaze callejero en cada compás, con un estribillo cargado de intención y unos tramos instrumentales que transmiten toda la energía de las formaciones que se encargaron de desbrozar el camino hace más de tres décadas.
Pura actitud hard rockera desprende “Creep Show”, invitando a toda la concurrencia a contagiarse de su arrolladora chulería.
Se dan el gusto de aliñar su sonido con otros más noventeramente metal en “Choke” y su sucesora “Bones in Fire”, que portan un carácter más duro y visceralmente oscuro.
Sin desprenderse la carcasa pesada, vuelven a acercarse a su senda habitual en “Reload, Aim, Kill”, para retomarla del todo con “Sweet Cocaine” y sus acelerados ritmos, volviendo a empapar el ambiente de ganas de juerga con el sello de Sunset Strip.
Sello que lejos de desaparecer, se hace más evidente con la llegada de “Hammered”, en la que se dejan poseer del todo por la esencia de bandas como Mötley Crüe o Skid Row.
Bajan las revoluciones pero no el aire provocador en “Dead by Dawn”, donde la nota distintiva la ponen los escalofriantes solos de guitarra.
Como no podía ser de otra forma, el último corte del disco es un derroche de hard rock sin contemplaciones, un compendio de todos los sonidos de los que ha mamado la banda, sirviendo de tajante portazo a un trabajo que ya de por sí apenas da tregua.
Un nuevo y estupendo capítulo en la historia de Snake Bite Whisky, que por el momento es corta pero intensa, pero tiene todo a favor para que nos puedan brindar grandes momentos durante mucho tiempo.