El día que Soilwork apostó por crear la The Night Flight Orchestra muchas cosas cambiaron para mejor en el seno de la banda sueca. Como muchos, siempre vi a esta gente con una propuesta correcta y que se habían ganado su derecho a la relevancia con canciones como “Stabbing the Drama”, pero poco más. Un buen grupo que tiene un buen directo pero que si ni el estilo te va ni conoces su legado tampoco vas a disfrutarlo en grande. Cuando el avión de la noche orquestal despegó las influencias ochenteras y melódicas impregnaron la música de Soilwork ganando muchísimos enteros y haciéndola muchos más melódica. Pero seguí siendo enrevesada, añadían toques progresivos y mantenía growls y blast beats. Verkligheten les llevó a otro nivel.
Ahora el grupo ha perdido todo miedo a experimentar y a indagar en influencias anteriores a el soft rock de los 70 y 80. Esta vez combinan esos tours de forcé de Genesis con filosofía existencialista de nivel combinada con la situación actual y vista como un viaje relacionándolo todo con la historia mítica de la humanidad. ¡Y todo en cinco canciones!
El tema que da título al disco es una pieza maestra y un ejemplo de evolución, capacidades y ambición desaforada. Una maravilla técnica y rica en mil matices que llega hasta los 16 minutos y no se hace ni repetitiva, pasando como un suspiro. Hay un estribillo muy pegadizo y melódico y una fuerza absoluta. Se pasa por blast beats, se empieza con las olas del mar y se termina con una trompeta jazz al más puro Miles Davis. Pero para un servidor lo más conseguido es ese piano intermedio que toca muy de cerca el trabajo de Genesis y demás grandes del prog de los 70. Podrás ver también algunos arreglos orquestales de gran calidad. Como diría otro filósofo patrio: en dos palabras “Im-presionante”. No así el videoclip que ya es otro cantar…
“Feverish” posee una entrada tremendamente ochentera de sintetizador, pero luego se dedica a la tralla metalcore de la dura. Versos durísimos y estribillos melódicos en los que se deambula a medio tiempo, pero en los que bajo y batería arremeten con todo a una velocidad colosal. Buscando belleza y contraste entre estilos terminan el tema con la irrupción de un cuarteto de cuerda. Muy original.
Por su parte “Desperado” es el corte más próximo a la The Night Flight Orchestra. Da color y posee uno de esos estribillos tremendamente accesibles y pegadizos. Muestra otra cara de Soilwork pero convence ampliamente. Más que nada porque no hay ningún grupo que a día de hoy, practique algo similar a lo que ellos hacen.
“Death Diviner” es épica y grandilocuente. Hay un riff profundo y arreglos incesantes y contundentes remarcando que esto sigue siendo Soilwork. Juntamente con el tema título estamos ante el corte más épico del disco, accesible, pero con una impresionante batería por parte de Bastian Thusgaard.
Quizá la más completa de todas es “The Nothingness and the Evil” por ese tratamiento casi de musical dotado de muchos momentos teatrales a los que, si más no, impiden que pierda las trazas de reconocebilidad que siempre han caracterizado a los suecos. El papel de los pianos y teclados de Sven Karlsson es tremendamente elegante a lo largo del disco, ganando mucho protagonismo.
Gran EP y gran banda. Si eres de los fans antiguos puede que todo esto te decepcione enormemente, pero si eres de mente abierta estamos ante una propuesta única y ya en una nueva etapa que se inició en su anterior obra. David Andersson tiene una mentalidad inquieta a todos los niveles y continúa ejerciendo de médico del aparato digestivo en Estocolmo. Hoy mismo he tenido una larga charla con él y la he disfrutado tanto o más que Whisp of the Atlantic. Estamos ante una de las bandas del momento.