El mundo va a peor desde que en tiempos de pandemia se paró todo, y a pesar de que odiamos la figura de los dictadores, hay una excepción que viene de Nueva York y nos encanta a todos: The Dictators. Desde la Gran Manzana y antes del punk, del heavy metal, y antes de todo, surgió una banda espectacular, al nivel pionero de los MC5, que estuvieron antes de todo, sin poder llegarlos a catalogar… Suelen girar y visitarnos, pero el grupo adolece especialmente de no contar en sus filas con el gran “Handsome Dick” Manitoba, líder absoluto y maestro de ceremonias, pero cuidado, porque con lo que venían The Dictators en esta gira, tira la cosa de espaldas.
Andy Shernoff ha armado una formación estelar junto a Ross the Boss (sí, el gran compositor de Manowar, pero antes estuvo en The Dictators), Albert Bouchard (baterista de Blue Öyster Cult) y Keith Roth (Sirius XM DJ/Frankenstein 3000) como cantante y guitarra rítmica. Horario tardío en la sala Upload, mucha expectación, e incluso se llegó al sold out en Barcelona. En el puesto de merchandising sólo vendían un tipo de camisetas, pero se respiraba un muy buen ambiente y había ganas de ver a una banda mítica, que empezó fría, saliendo a por sus instrumentos como si fuera un día de ensayo. Luego Andy preguntó al resto del grupo: “Are you ready to rock?”, y cayó el “New York, New York”, cruda, enérgica y auténtica.
Pronto pudimos ver que Albert hacía coros en una tremenda “Avenue A”. Realmente el grupo suena conjuntado y auténtico y tira de actitud y leyenda. Ross estuvo rápido y entonado en los solos, e incluso Andyse atreve a tomar la voz solista cuando tiene ocasión. “The Minnesota Strip” es cadenciosa y oscura, bien defendida y con un Roth que demostró que el puesto de vocalista está salvado, pero sin el derroche de personalidad de Manitoba. Se nota la diferencia de edad entre las viejas glorias y él, pero entonces fue cuando Andy empezó a tener problemas con el bajo y el micro, luego se cabrearía con los fotógrafos.
Presentaron una canción de su primer disco y no era otra que el “Weekend”, toda una sorpresa, aunque quedó un poco desangelada, quizá porque la cantó Andy. Bouchard lanzó la baqueta al final en uno de los lujos de este tremendo batería que tocó para el grupo, sin buscar lucimientos innecesarios. Toca decir que el estribillo del tema es de los que se te queda en la cabeza. Turno luego para “It’s Alright”, con el grupo sonando de lujo y con la sala motivada bailoteando al son de los solos de un Ross que desplegó todo su arte, sobrado de actitud y con una amplia sonrisa en todo momento.
Los ritmos Ramonianos vinieron de la mano del “The Next Big Thing” del emblemático disco Go Girl Crazy! Pura diversión para luego obtener una de las grandes sorpresas de la velada: “Dominance and Submission” de Blue Öyster Cult cantada por el baterista. Entiendo que podía escoger cualquier canción del grupo para tocar, pero optó por esta, que no desentonó para nada en lo que fue el concierto. Keith Roth tocaba con un ventilador y se lució especialmente en “Pussy and Money”, tema muy potenciado por los coros y segundas voces y por un impecable solazo de Ross, que entre dictadores sigue siendo muy jefe. Entonces el vocalista presentó la genial “Who Will Save Rock and Roll?” como una de las mejores canciones nunca compuestas. Y damos fe de que fue uno de los grandes momentos de la velada.
La fiesta era imparable y caía una de las más definitivas: “Faster and Louder” para alegría de unas bulliciosas primeras filas, que se vinieron más arriba si cabe con el “Stay with Me”, hasta el punto que una espontánea subió a escena para cantar desde el micro de Ross. Había pasado el tiempo volando y quedaban los bises que empezaron con un abrazo entre Andy y Albert en el escenario. Citando a los célebres Spinal Tap Keithdijo eso de “Hello Cleveland”, para que luego Bouchard presentara su nuevo tema: “Thank You and Have a Nice Day”. El tema funciona especialmente y ocupa un puesto importante en los bises. Es como decir que esto es un nuevo comienzo para la banda.
El final llegó con “Two Tub Man” del célebre disco Go Girl Crazy! Un tema en el que Manitoba hacía su show, pero que funcionó perfectamente para volver a elevar la temperatura de la sala un poco más. Y es que quizá sin su líder natural se echan de menos esos shows de reunión en Azkena y giras míticas, pero más allá de eso fue una lección de rock n’ roll actitud por un grupo de leyendas vivas, y fue un placer vivirlo en una sala pequeña llena hasta los topes. The Dictators impusieron su ley en la montaña mágica, y eso te alegra el inicio de otoño.