Sólstafir – Endless Twilight of Codependent Love

Nuestra Nota


7.5 / 10

Ficha técnica

Publicado el 6 de noviembre de 2020
Discográfica: Season of Mist
 
Componentes:
Aðalbjörn Tryggvason - Voz, guitarra
Sæþór M Sæþórsson - Guitarra
Svavar Austmann - Bajo
Hallgrímur Bárðdal - Batería

Temas

1. Akkeri (10:10)
2. Drýsill (8:52)
3. Rökkur (7:06)
4. Her Fall From Grace (6:36)
5. Dionysus (5:31)
6. Til Moldar (4:29)
7. Alda Syndanna (4:30)
8. Or (6:58)
9. Úlfur (8:49)

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Hay pocas bandas que encojan el alma como lo hace Sólstafir. En los últimos años han formado parte de la banda sonora de mi vida. Me han acompañado en momentos duros y también en momentos de máxima felicidad. Endulzaron sobremanera un roadtrip por las sinuosas y bellas carreteras islandesas. E incluso me hicieron llorar en directo con una de las puestas en escena más preciosas que he visto en mi vida.

Puestos en contexto y partiendo de esta relación personal tan intrínseca en mi personalidad, reseñar un disco de Sólstafirno es nada fácil. Es evidente que no me van a decepcionar nunca y también es más que evidente que mi nivel de franqueza va a ser máximo.

Viajar a lomos de cualquier disco de los islandeses es dejarse llevar por páramos insospechados. Tan fríos como increíblemente bellos. Paisajes que pueden ser tan relucientes de vida como tristes cual partida prematura hacía la muerte. Dicho esto, no es lo mismo escuchar Sólstafir cuando has tenido un mal día que cuando lo has tenido excepcional.

Tirando de hemeroteca, desde Masterpiece of Bitterness (2005) los islandeses han cuajado cinco discos imprescindibles para cualquier amante del género. Incluso ajeno al metal y sus derivados, Sólstafir te pueden seducir y enamorar. Trabajos como Köld (2009), Svartir Sandar (2011), Ótta (2014) y en menor medida Berdeyminn (2017) son ya clásicos del vulgarmente conocido como metal islandés.

Sólstafir son conocidos por sus canciones “slow burn” y este disco no es una excepción. Las canciones tienden a arrancar en voz baja, como un canto ligero. Entonces la pared difusa de pesadas guitarras entra rugiendo y explosionando raudales para dar paso a las más angustiadas voces que te puedas imaginar. Éste es el mejor resumen de la música que componen estos cuatro elementos de Reykjavík.

Dicho ya todo esto y tras esta larga introducción apta para perdidos y para los enamorados, no dudo en comentar que Endless Twilight of Codependent Love no raya en lo esperado. Estamos frente al disco más flojo tras su disco debut. ¿Esto es malo? Depende del punto de vista, pero voy a profundizar en mi argumento a continuación.

Quizás estamos frente a un agotamiento de la fórmula. Este sería el quinto disco en el que Sólstafir se emplea en repetir la fórmula “slow burn” si no contamos Masterpiece of Bitterness (2005). Ese disco era black metal fusionado con post rock. En este lustro de discos hemos podido ver el nacimiento de un estilo, la juventud, la consagración, la madurez y ahora vemos el ocaso. Pero aquí también empezaremos a vislumbrar la reinvención.

Musicalmente este disco cuenta con los mejores arreglos y la mejor instrumentación de toda la carrera de los islandeses. Cuenta también con canciones mayúsculas. Pero cae en la autocomplaciencia y en la repetición de conceptos. Endless Twilight of Codependent Love es un disco notable que nos muestra una banda que necesita reinventarse.

Personalmente comprendo que esta reinvención tiene que pasar por la metamorfosis que podemos degustar en “Dionysus”. La quinta canción del disco tiene todo el potencial para ser la piedra angular de un nuevo nacimiento en el seno de Sólstafir. Esta canción recupera la esencia de las voces blackers interpretadas con la pasión de estos últimos discos. La canción explota en un sinfín de sabores y pasajes comprimidos en solamente 5:31 minutos.

Es curioso pero este disco guarda todo su potencial para su segunda mitad. Curiosamente las dos canciones que siguen a continuación, “Til Moldar” y “Alda Syndanna” comparten con la citada “Dionysus” su principal virtud: el tiempo. Pese a que soy amante de las canciones largas de Sólstafir, puedo afirmar que en este nuevo disco caen en la monotonía. Las canciones cortas son las que sobrepasan en calidad el resto del disco.

La solitaria canción interpretada en inglés «Her Fall From Grace» narra el dolor de ver a un ser querido sucumbir a una enfermedad mental. Aunque las letras de la banda son predominantemente en islandés, eso no impide que los oyentes apreciemos el poder emocional de su música. Somos capaces de sentir su dolor incluso entender abiertamente de qué está cantando. Este es otro de los logros de Sólstafir.

Otro logro y cambio de estética es el que podemos ver en “Or”. Sin duda ésta es una de las mejores canciones del disco y no me extrañaría que la banda usase como prueba piloto para abordar nuevas ideas para articular su futuro más próximo. Con una estética bluesjazz, “Or” esconde algunos de los mejores momentos del disco. Comienza con un piano jazzy casi basado en el blues antes de la puesta en marcha de unas guitarras tintineantes hasta que entran las cálidas voces islandesas. La canción tiene una estructura poco común y una estética muy novedosa que sorprenderá a todos los oyentes.

También es muy destacable el cambio de rumbo que podemos ver en “Úlfur”. Esta canción de casi nueve minutos filtrea con el rock alternativo y nos invita a comparar con Smashing Pumpkins. Si, lo has leído bien. De hecho, no solamente esta canción recuerda a la banda de Bill Corgan. ¿No veis similitudes en la portada con la de Mellon Collie de la banda de las calabazas?

Curiosamente, la portada de Endless Twilight of Codependent Love podría recordar a la famosa portada de portada del álbum Mellon Collie and the Infinite Sadness de Smashing Pumpkins.

Pintado en acuarela por Johann Baptist Zwecker en 1864, “La dama de la montaña” es la hembra personificada de Islandia. Se publicó por primera vez en un libro de cuentos populares islandeses, pero nunca se mostró en público. Existía una réplica de madera en blanco y negro del artista que es lo que los islandeses han conocido hasta ahora. Recientemente dos ciudadanos encontraron el original escondido en la galería de un museo galés. Allí había estado en almacenada durante un siglo. Ahora, la imagen está de vuelta en casa y adorna la portada del nuevo disco de Sólstafir.

“Hann For Sjalfur” cierra el disco de forma excelente. Con un arranque muy tranquilo al estilo de sus compatriotas Sigur Rós, esta canción contiene algunos momentos magistrales de guitarras. Una canción fría como pocas pero de tensión controlada en todo momento. La canción nunca se desborda lo que hace una conclusión inquietante y a la vez extrañamente reconfortante para el álbum.

Sólstafir ha estado trabajando y perfeccionando su fusión única de influencias del metal y el rock durante ya más de veinticinco años. Su evolución vendrá marcada por Endless Twilight of Codependent Love, un disco que creo que actuará de bisagra entre estilos. Con su creciente uso del piano y de la dualidad de momentos calmados para aumentar la agresión, su belleza estilística solo crece. Si bien se vislumbra cierto agotamiento en la fórmula, las nuevas ideas están bien representadas en la segunda mitad del disco. Ahora solo nos falta saber que dirección decidirán tomar.

Beto Lagarda
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