Spite están de vuelta con Dedication to Flesh (2022), su cuatro trabajo de estudio que ve la luz después de que la banda haya trabajado en su sonido en el estudio y durante las presentaciones en directo. Los californianos nos obsequian con un álbum con 12 pistas que te harán estallar -literalmente- la cabeza.
El trabajo comienza con «Lord of the Upside Down». El bajo de Ben Bamford da entrada al célebre gruñido de Darius Tehrani. Ya, desde el minuto primero, cero concesiones. Toda una magnífica tormenta de truenos… y ya sabes lo que eso significa: cuando el deathcore se encuentra con el beatdown, las hostilidades y la mala leche se cuelan por tus oídos por partida doble. 11 directos a la cara más nos esperan, ni más ni menos. Por cierto, ¿es acaso Eddie Munson el «Señor del Revés» que protagoniza esta pista?
La siguiente, «Caved in», la conocemos desde febrero, pues fue el segundo single que la banda lanzó. Aquí, la percusión y los riffs de guitarra parecen un auténtico intercambio de golpes, lo que la convierten en la que quizá sea la mejor canción de este trabajo.
Con Dedication to Flesh, la banda ofrece una brutalidad grandiosa, equilibrada y, lo mejor de todo, gratuita. Técnicamente, el quinteto brilla al más alto nivel. Vale que no están inventando nada y que estos trucos ya los hemos visto/oído antes, pero nunca antes el sonido de la campana que indica que se acaba un asalto había sabido tan dulce. Si la vertiginosa «Caved in» te hace temblar las retinas, «Proper One» te provoca, directamente, el desprendimiento de las mismas. Este tercer corte es el último que vio la luz poco antes del lanzamiento del álbum. Lo que hace que este tema sea especial es la constante alternancia entre pasajes vocales altos y bajos. Si bien es algo caótica por momentos, hacia el final se endereza hasta llegar a una conclusión brillante.
«Made to Please» fue el primer single, publicado en diciembre de 2021, cuando, por supuesto, no sospechábamos nada de que iban a editar un nuevo trabajo. La canción comienza a todo ritmo, lo que la convierte en una pista extremadamente potente que no debería faltar en ninguna lista de reproducción hardcore que se precie.
El sonido de un carrete de película, que gradualmente se acompaña de un pegadizo riff de guitarra, nos trae «Some Things You Should Know…». Increíble trabajo de guitarras, baterías precisas y unos gruñidos del inframundo con ciertos dejes a lo Chris «CJ» McMahon de Thy Art Is Murder completan esta sólida pista.
Llegamos al meridiano del álbum, donde encontramos la canción principal. «Dedication to Flesh» fue pre-lanzado como sencillo en julio. Se trata de un título que avanza con fuerza y anuncia, con anticipación, la segunda mitad del disco.
«The Most Ugly» es la canción más larga del álbum; dura poco más de cinco minutos. La pista comienza inusualmente tranquila, y no es hasta el segundo minuto que entra la voz… ¡y joder cómo entra! Directo y a la lona. Y para acabar, todo un festín de growls. Es la canción más «inusual» debido a la introducción, pero el cambio es genial. Gran forma de dar inicio a la segunda parte del álbum.
La siguiente canción, «Fear», comienza con unas guitarras de afinación baja, pero sobre todo destaca el bajo. La batería y las guitarras parecen como si estuvieran luchando en un duelo a muerte. Aquí, mandan los instrumentos por encima de la voz.
En «The Son of Dawn» vuelven los riffs pegadizos justo al comienzo de la pista. En contrapunto con la anterior, ahora sí que manda la voz de Tehrani, quien demuestra que domina todos los tonos y colores, ofreciendo una fantástica alternancia de pasajes vocales altos y bajos. La canción termina muy abruptamente, lo que me provoca la irremediable necesidad de volver a escucharla.
«Sounds for the Decent» es la canción más corta del álbum. Bueno, en realidad, no es una canción, sino más bien una introducción, un interludio para las dos últimas pistas del álbum. «Hangman» fue el tercer sencillo, que se lanzó en mayo justo cuando Spite anunció que sacaban un nuevo trabajo. La canción comienza con la batería, ambas guitarras y voces desde el segundo uno, y si bien no es excesivamente trepidante, gana en velocidad hacia el final.
Y tras 35 minutos de paliza, llegamos a la última canción, «Crumble». Y qué mejor para concluir este trabajo que todo un festín de profundos growls, guitarras potentes y pesados tambores. Hacia la mitad de la pista, escuchamos un cambio de tempo con la única intención de acabar de quebrarnos las pocas cervicales que todavía nos quedan con vida. Casi hacia el final, la atención se centra alternativamente en la voz, la batería y los instrumentos de cuerda. La melodía se desvanece y la banda nos libera felizmente de Dedication to Flesh.
Musicalmente hablando, como decía bastante más arriba, Spite no han inventado nada, pero nos han regalado el álbum que tod@s esperábamos y nuestras expectativas no han sido defraudadas. Afortunad@s aquell@s que puedan verles en directo este mes de noviembre en el Impericon Never Say Die! Tour que, obviamente, no pasará por aquí.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.