Ensaladilla de tópicos metaleros generoso en tachas, cuero y cinturones de balas. Si te gusta el speed metal de época con todos sus tópicos literarios e incluso con la recurrente portada a dibujo con calavera y chica sexy… Stälker es tu banda. Auténticos como pocos el trío de Nueva Zelanda arremete a gritos y riffs sucios. Por momentos me han recordado a Sacred Steel, pero menos noventeros y más anclados en los 80. La velocidad se acerca al thrash metal primigenio y en muchos momentos los riffs tienen muchos dejes de Slayer.
También hay mucho de los Helloween del Walls of Jericho, aunque más sucios y cavernosos. La voz de Daif es aguda y gritona rozando lo hiriente por momentos. Aman los formatos cassette y el vinilo, así que ya os podéis hacer una buena idea de que va esto. Tras varios varios EPs y singles tocaba fichar por una gran discográfica y dar el salto desde las antípodas. Recordemos que su anterior y primer disco completo Shadow of the Sword recibió muchísimos halagos entre prensa y fans.
Imposible no sucumbir a los encantos de “Of Steel And Fire” abriéndose con el agudísimo y exagerado grito de Daif. “Steel”, “fire”, “blood”… están todos los tópicos en línea, pero tienen algo. No suenan a refrito y tienen bastante personalidad por mucho que el festival de conceptos recurrentes sea una cabalgata. El teclado ambiental introductorio te sumerge en la mazmorra de “Black Majik Terror”. Aquí puedes encontrarte retazos Venom en riffs y estribillos con unos gritos cercanos a Raven. Temas rápidos, directos que te noquean a base de fuerza y rabia con alma punk.
En “Sentenced to Death” son directos a más no poder y dejan claro que, por mucho que miren a una época en concreto, poseen suficientes ideas, galones y creatividad para que esto no quede en una especie de parodia de si mismos o del speed metal ochentero en general. “Stälker” tiene madera hímnica a pesar de que siguen siendo dos tazas más de lo ya servido. La producción protopática y esos arranques de guitarra antes de los solos les dan mucha credibilidad y elegancia dentro de un género bastante vasto y poco dado a ello.
La gran sorpresa cae en “Holocene’s Dream”, todo un homenaje a King Diamond, tanto en lo musical como en lo vocal. ¡Incluso clava la risa del gran danés! Grandísima demostración técnica instrumental y vocal pues capturan, de verdad, toda la magia de los colosales Mercyful Fate. En “The Cross” hay un riff machacón e incesante de base, pero también es parte de la gracia del estilo y del grupo.
En “Demolition” hay velocidad de vértigo y suena como si en Venom cantara John Gallagher de Raven. Hay la sensación de caos propia de Slayer también y un tremendo trabajo técnico de Nick a la batería y en los abrasivos solos de guitarra de Chris. Diversión decibélica a altísimas pulsaciones en “Iron Genocide”. Difícilmente te puedes aburrir con un grupo tan altamente trve. Se despiden con los cinco minutos de “Intruder” y esa intro de peli de terror. Vuelta a la velocidad sin freno, agresividad sin límites y garganta afilada. Esta vez lucen los coros más graves que acompañan la labor de Daif.
Un poco Stälker me han parecido como esos remakes de películas de terror que sorprendentemente son buenos. Ya está todo visto y para eso tienes la original, pero… hay algo en ellos que los hace interesantes y que apunta a que les tengamos en cuenta y esperemos cosas de ellos. Este trío viene desde las antípodas armado con todo y sus temas en directo deben de ser una auténtica fiesta de cuchillos afilados, cuero y tachas. Si echas de menos a Agent Steel, te gusta el Walls of Jericho de Helloween, los agudos de Raven e incluso los Mercyful Fate primerizos, no deberías darle la espalda a Stälker. Todos los festivales revivals de true metal se los van a disputar (cuando se puedan realizar).