Static-X – Shadow Zone: 20 años del mejor disco de Wayne Static

Ficha técnica

Publicado el 7 de octubre de 2003
Discográfica: Warner Records
 
Componentes:
Wayne Static – Voz, guitarra, teclados
Tripp Eisen – Guitarra
Tony Campos – Bajo, coros
Nick Oshiro – Batería

Músicos de sesión:
Josh Freese – Batería
Ken Jay – Teclados

Temas

1. Destroy All (2:18)
2. Control It (3:04)
3. New Pain (2:57)
4. Shadow Zone (3:04)
5. Dead World (2:47)
6. Monster (2:13)
7. The Only (2:50)
8. Kill Your Idols (4:00)
9. All in Wait (4:01)
10. Otsegolectric (2:39)
11. So (3:39)
12. Transmission (1:38)
13. Invincible (3:56)

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Hoy cumple 20 años es que para muchos (y me cuento entre ellos) es el mejor trabajo de Static-X. La banda de Wayne Static moldeó su sonido en su tercer disco abrazando por completo el nu metal en parte gracias a la proximidad de Jonathan Davis, líder de Korn. El tercer disco de los angelinos llegó dos años más tarde de Machine (2001) y cuatro de su espectacular debut Wisconsin Death Trip (1999). Y, como es de suponer, su gestación no está exenta de polémicas internas.

La evolución de la banda como tal fue mutando. En el debut, liderados por Wayne, todos contribuyeron en el proceso creativo. Pero para el segundo, Wayne silenció al resto de componentes y lidió él solito con todo. Para intentar llegar tan alto como llegaron con su debut, Wayne cogió las riendas de todo, algo que ocasionó que el guitarrista original Koichi Fukuda abandonase la banda y dejó al resto de los miembros muy enfadados con Static. El guitarrista Tripp Eisen fue contratado para sustituir a Fukuda.

En Shadow Zone (2003), Wayne ya no solo grita las letras, sino que aprendió a cantar sin chillar. También se nota la mano del debutante Tripp Eisen, guitarrista de la banda, en la composición. Para acabar de rematar el tema, el batería Nick Oshiro también abandonó la banda. Contrataron al batería de sesión Freese, el cual se unió a las sesiones más tarde, una vez que la banda hubo decidido qué canciones tenían más posibilidades de salir adelante. En álbumes anteriores se utilizaron cajas de ritmos con los platillos en directo de Jay editados posteriormente, mientras que para Shadow Zone, la banda optó por hacer lo contrario; escribieron y maquetaron las canciones con una caja de ritmos, pero decidieron utilizar la batería en directo de Freese después de quedar muy impresionados con su trabajo. Freese completó todas sus partes de batería en tres días, a pesar de que nunca había escuchado una sola canción antes de las sesiones Static explicó su experiencia con Freese:

“El tío es increíble. Me cambió la vida y cambió mi perspectiva sobre los baterías. Tocamos la maqueta para él dos veces y él anotaba un par de notas y luego repasábamos las canciones tres veces y eso era todo y luego pasábamos a la siguiente canción. Hacíamos tres o cuatro canciones al día y en tres días habíamos terminado. Se me ponía la piel de gallina con algunas de las cosas que hacía. Por eso quería cambiar las cosas y que el batería participara de verdad. Todo cambió y tomó una dirección diferente.”

En cuanto a lo que comentaba de Jonathan Davis, el frontman de Korn había firmado recientemente un contrato para la banda sonora de la película Queen of the Damned. Debido a limitaciones contractuales con Sony no podía legalmente interpretar la música que había escrito para la banda sonora. Para remediarlo, Davis se puso en contacto con varios vocalistas de metal, entre ellos Static, para que cantaran en las canciones que había escrito. Static puso voz a un tema, «Not Meant for Me», de la banda sonora de Queen of the Damned, que salió a la venta en febrero de 2002.

El disco cuenta con 13 cortes en 40 minutos. 13 cortes buenos, ni medio malo. Gustará más o gustará menos su evolución pero nadie puede decir que en Shadow Zone (2003) hay una pieza mala. Lo que si encontramos es cuatro canciones que sobrevuelan por encima del resto: “Destroy All”, “Control It”, “The Only” y “Kill Your Idols”. Siendo “The Only” la más famosa al estar incluida en la banda sonora del videojuego Need for Speed.

Arrancando con violencia con “Destroy All”, una canción con un gran gancho, algo que aún no habían logrado con sus anteriores discos. Así, sin darnos cuenta, Static-X nos cuelan un himno ideal para sus venideros directos. La canción bebe de sus dos influencias más marcadas, el metal industrial y el nu metal. El riff industrial que da el arranque de “Control It” es solo un espejismo, pues la canción es puramente Korn.

Tras dos trallazos iniciales nos topamos con “New Pain”, una canción de corte parecido a “Control It”, con lo que la sorpresa es menor en este caso. Le sigue la homónima “Shadow Zone”, mucho más melódica y también en la onda de Korn. Contraste con “Dead World” de corte más industrial aunque con estribillo más melódico. “Monster” nos recupera el músculo de antaño en una pieza veloz y corta, solamente cuenta con 2:14 minutos de duración. Sin duda, una de las canciones más olvidadas de la banda.

Y aterrizamos a “The Only”, la canción más escuchada en plataformas de Static-X. Sin duda, la puerta de entrada de la mayoría de seguidores actuales de la banda y la puerta de entrada más rápida al metal industrial para oídos nuevos. Al estar en la banda sonora del videojuego Need for Speed, miles de atrevidos oyentes se acercaron a Static-X. No es la mejor canción de la banda, pero si tiene un carisma especial. Es menos dura, más melódica, pero cuenta con todo lo que ha hecho grande a la banda comprimido en esos 2:51 minutos. Buen estribillo, buen riff, dureza la justa, sonidos industriales, aroma nu metal.

“Kill Your Idols” es una pieza más larga, más chillona y machacona. Como contrasta bastante con el resto la tengo marcada como una de las imprescindibles del disco. Y con ella entramos en la recta final del disco, “All in Wait” una gran canción también diseñada para arrasan en directo. “Otsegolectric” es una canción veloz de impacto directo mientras que “So” tiene una cierta aroma a Alice in Chains, respetando las distancias evidentemente. Se trata de la canción más lenta del disco, muy melódica y de carácter triste.

Y llegamos a la penúltima, “Transmission” que solo dura 1:38 minutos es la más corta del disco y también la más “rara” al ser instrumental. Parece que tenga de despegar pero se funde en nada. Pero sirve para dar la entrada a “Invincible”, la canción que finiquita el plástico. Con una entrada de batería y una melódica interpretación de Wayne en las voces, vuelvo a citar a Alice in Chains. Curioso como este despunte final me recuerda a la banda de Layne… “Invincible” es un temazo ideal para cerrar el disco.

A modo resumen, Static-X consiguió abrir horizontes con su tercer disco, un disco muy completo y versátil. Algo mejor que sus predecesores y mucho más grande que cualquiera de los que vendrían a continuación hasta la muerte de Wayne Static en 2014.

Beto Lagarda
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