Crónica y fotos del concierto de Steve Hackett - Teatre Coliseum (Barcelona), 29 de junio de 2023

Steve Hackett ilumina la noche barcelonesa recordando a Genesis

Datos del Concierto

Bandas:
Steve Hackett
 
Fecha: 29 de junio de 2023
Lugar: Teatre Coliseum (Barcelona)
Promotora: The Project / Guitar BCN
Asistencia aproximada: 1.400 personas

Fotos

Fotos por Josep Maria Llovera / iMago mei

Barcelona se vistió de gala para recibir a uno de los grandes exmúsicos de Genesis, y muy posiblemente, el que mejor mantiene y recuerda su legado. Un teatro casi lleno, una media de edad bastante alta y merchandising en la puerta a precios bastante razonables (algo que ya no se suele dar). Con estas premisas Barcelona recibía con ganas esta propuesta de tres partes diferenciadas en las que se repasaba lo mejor de Hackett en solitario, el disco Foxtrot de Genesis y unos bises que siempre levantan al público. Destaquemos que Hackett lleva una excepcional banda y que llevan mucho tiempo juntos.

Cuando me dijeron que mi butaca para ver el show estaba en lo más alto del Colisseum poco me imaginaba yo la literalidad de la sentencia… No sabía lo alto que es el bellísimo teatro barcelonés y nunca me había enfrentado al reto de escribir una crónica viendo un concierto desde un plano cenital. El quinteto se marcaría un extensísimo set en el que dieron comienzo con “Ace of Wands” con un enorme multiinstrumentista que pasaba en un mismo tema de la flauta al clarinete. Hackett está ágil y nos saludó con un “Gracias, hello everybody” para luego presentar “The Devil’s Cathedral” en castellano.

“The Devil’s Cathedral” es uno de los mejores temas de su disco Spectral Mornings, del que caería también la aplaudida “Every Day”. Impresionan ver la destreza al bajo de Jonas Reingold y el enorme cantante Nad Sylvan cuando hizo su teatral aparición. Teclados de órgano de iglesia, clarinetes, saxo y un gran juego de luces. Sylvan estuvo perfecto a las voces y, según la canción, ocupaba un espacio u otro en escena. Vimos a Jonas con un bajo de doble mástil acentuando lo visual, aunque la rotundidad de lo que ofrecen es su rock progresivo, y claro, luce obviamente más en lo musical que en lo estético. Incluso apareció una flauta travesera muy bella. En “Every Day” la entrada del tema la marcó la precisa batería de Craig Blundell.

Hubo momentos potentes en los que el grupo formaba en línea delante del escenario como en “A Tower Struck Down”, con aires de banda sonora y con momentos de silencio sepulcral absoluto. Se incluyó un original y pausado solo de bajo, continuado por otro en la batería y haciendo interactuar a la gente. Se atrevió a cantar brevemente Steve en “Camino Royale”, tema potenciado por un saxofón y demostrando otra vez el líder una agilidad, unas ganas y unos movimientos que no poseen sus excompañeros de Genesis en la actualidad.

“Shadow of the Hierophant” vino bañada en luces azules, con un sonido impresionante y con otros detalles de batería impecables. Realmente el grupo te mete dentro de su rico y variado mundo musical y se disfruta mucho. El tiempo pasa volando a pesar de que son todos temas bastante extensos. Fue entonces cuando el líder de la formación nos dice que se van a tomar un descanso de 15 minutos tras una hora de concierto. Reemprenderían el pulso al show con el envolvente teclado de “Watcher of the Skies”, ya metidos en el universo Genesis del mencionado disco y con un Nad en el centro de la escena, jugando con unos binoculares de luces rojas.

Los momentos teatrales incluyeron un catalejo, aunque todo lo que perpetra Sylvan lo hace en un segundo plano. “Time Table” vino acompañada de luces amarillas y con unos excelentes coros por parte de su baterista y de su percusionista. Puede pasar el tiempo, pero piezas de la calidad de “Get ‘em Out by Friday” parece como que son atemporales. Nad estuvo pletórico con muchísimos matices vocales, bajo luces azules y con tonos fríos. Técnicamente muy delicada y calma, yendo hacia un rock progresivo muy suave, aunque no accesible. Precioso fue el inicio de “Can-Utility and the Coastliners” y su final fue aplaudido a rabiar. Quizá uno de los grandes momentos de la velada (aunque hubo muchos otros).

“Horizons” fue un festín de delicadeza breve y exquisito en el que Hackett doma y acaricia la acústica, cosa que contrasta con la monumentalidad de la extensísima y bella “Supper’s Ready”, con sus más de 28 minutos de duración. Un mar de sensaciones y una de las canciones que más demuestran lo maravillosos y únicos que fueron Genesis. Todo desembocó en otra gran ovación, la presentación del grupo y una colosal “Firth of Fifth”, de lo más emblemático, con esa preciosa intro de piano clásica y esos versos maravillosos. Siempre que escucho el pasaje que dice: “He rides majestic” me acuerdo del fallecido David Andersson de Soilworky de lo que nos contó sobre la canción. Brillante…

Se dejó tiempo para el explayamiento en el solo de un Craig Blundell, de tremenda pegada y técnica. Lucieron especialmente los juegos con los variados platos de múltiples tonos y splashs de todo tipo. “Los Endos” es un tema con el que suele cerrar Hackett, otra versión de Genesis en la que se demuestra cómo se controla el caos y la fuerza instrumental desatada. Cancha a todos los instrumentos, pulcritud, clase y clarinete incluido.

Después de tres horas salimos más que satisfechos, y es que siempre es un seguro de vida el directo de don Steve Hackett. Este eterno músico y viajero no se cansa de ofrecer nueva música y de editar todo tipo de discos y directos de toda clase. Se nota que confía en la formación que lleva y le da para hacer fluir la música y hacer disfrutar a sus fieles. Genesis sigue viviendo en los escenarios gracias a su tesón y a la inmensa calidad de una formación que brilla y que sabe cómo enfocar unos temas tan teatrales como complejos. Y sí… cada vez que veo a Nad Sylvan en directo soy más fan.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.