No para don Steve Hackett… ¿De dónde sacará esta energía que lo hace ser tan prolífico en estudio, en directo y en sus viajes por todo el globo? Si los tiempos de pandemia y encierro nos trajeron un disco como Under a Mediterranean Sea (2021) en el que viajábamos canción a canción por todos los rincones del mare nostrum, y en un formato acústico, aquí se reemprende la actividad eléctrica y ese episodio queda atrás. El ex de Genesis suena incluso más orquestal y global que nunca, pues en el fondo, este disco es una visión de sus muchos viajes.
Ya la imponente introducción está destinada a demostrarte que las nubes y el viento borran de un plumazo esos arrebatos acústicos. Aquí hay una tormenta eléctrica y toda la clase a la que nos tiene acostumbrados Hackett. Y si os digo que “Natalia” es el mejor tema del presente 2021 puede que no me creáis, pero dadle unas escuchas. Maravilloso tema con un desarrollo prodigioso y unos arreglos orquestales sorpresivos y trabajadísimos. Cristine Townsend tira de violines y todo un Jonas Reingold mantiene el tempo con el bajo.
Cambio de tercio con un “Relaxation Music for Sharks”, una instrumental progresiva de gran intensidad en la que luce especialmente la batería de Nick D’Virgilio (Spock’s Beard), además del maestro guitarrero y líder del proyecto. Entre brumas y burbujas pasamos a uno de los temas que más definen actualmente a Hackett y su pasión globalista: “Wingbeats”. De golpe y porrazo te encuentras en medio de la savannah con cánticos africanos y música descriptiva y étnica.
El saxo de Rob Townsend aparece en “The Devil’s Cathedral” que cuenta con la voz de su habitual vocalista Nad Sylvan. Hay aquí largos desarrollos instrumentales y mucha carga emotiva, que se acerca a lo cinematográfico, pasando de el film de terror al de acción de forma orgánica y elegante. “Held in the Shadows” me ha recordado un poco a las composiciones de George Harrison de los Beatles si bien con la producción de efectos y arreglos que gasta aquí Hackett. Gran papel de Amanda Lehman también apoyando la voz solista.
El tema más extenso y el más lejano es “Shanghai to Samarkand”. Puros efluvios y sabores de la ruta de la seda. Como puedes imaginarte es un festival de punteos de acústica, sitares y percusiones tradicionales. Un canto a la vitalidad y a la multiculturalidad. Reverb en la batería de la rockera y directa “Fox’s Tango”, muy efectiva y lograda, con guitarras dobladas y las diabluras habituales de Hackett en un corte con aires ochenteros.
En “Day of the Dead” se hace homenaje al título y avanzamos entre ambientes tenebrosos y gélidos arropando una línea vocal muy a lo Alan Parsons. La gracia de Steve es que de ese punto pasas a unas percusiones tribales y étnicas con pasmosa facilidad sin quedar como un pastiche cultural forzado. Toca hablar de “Scorched Earth” y de lo bien que es capaz de cantar nuestro protagonista. Aquí es un corte cercano a la balada y con coros a lo Queen, muy majestuosos, con el apoyo de Amanda. La coda al disco la pone la breve “Esperanza” que hace honor a su nombre con esos violines tejidos a la acústica del virtuoso.
Steve Hackett sigue a lo suyo, y a pesar de que inunda el mercado con directos y discos de diferente pelaje cada muy poco tiempo, la verdad es que ofrece muy buena música y que esta está a la altura de su leyenda. Recordemos que ya tiene más de 30 discos editados como solista. Con su música viajas por todo el mundo y su mensaje de paz y convivencia multicultural está allí. Solo por “Natalia” creo que ya vale la pena acercarse a este disco.