Steven Wilson – The Future Bites

Ui, ¡qué ganas tengo de leer los comentarios despectivos de este disco! (véase mi ironía). Os evito el mal rato. Los que buscáis prog mejor no escuchéis el disco. Los que aún tenéis la esperanza de encontrar algo que os recuerde a Porcupine Tree, adiós. Y los que odiáis las tendencias más modernas del rock… mejor cambiéis de tercio.

Steven Wilson siempre ha sido un artista inquieto. Su tendencia a explorar nuevos horizontes le está consagrando como uno de los compositores más inteligentes y clarividentes de estos últimos años. Pero curiosamente su calidad innegable y su valentía le esta restando público y sus últimos discos están viéndose maltratados en cuanto a valoraciones. Personalmente y sin considerarme ni un experto en materia ni tener una voz cantante, estoy disfrutando y mucho de estos últimos discos.

Quizás es por mi tendencia más innovadora, o por tener una mente abierta a otros estilos de música. Pero admiro la valentía de un artista con un legado inquebrantable y casi impoluto en querer evolucionar hacia el futuro. Mientras otros colegas del mundillo como Mikael de Opeth recurrieron a regresar a los sonidos más caducos del prog de los 70, Steven Wilson toma todos los elementos de la música actual para endulzar más su música.

En el maravilloso To the Bone (2017) ya nos dejó muestras de su visión de futuro y en este nuevo The Future Bites ya es una realidad. La electrónica fina como concepto se ha adueñado de un % alto del disco. Lo cual me parece sensacional. ¿Acaso la electrónica fina no es un derivado del progresivo? En el disco también encontramos el uso de samplers con melodías previamente programadas. Sintetizadores jugando con los teclados y las guitarras más sensibles de Wilson.

También encontramos voces femeninas en varios momentos, voces que dan un plus de emotividad y belleza intrínseca muy importante en esta nueva faceta de Wilson. Ya lo demostró en el último disco, recibir el apoyo de voces tan contrastadas da un resultado inmaculado. Sino, escuchad “Eminent Sleaze”, preciosa en todos los aspectos.

Los conceptos electrónicos toman la delantera en muchos aspectos pero no me voy a olvidar de los aspectos más rockeros del disco. La guitarra es en parte minimalista y precisa pero cuando tiene que rockear lo hace con estilo. Hace ya tiempo que Wilson rockea con gusto, sin despeinarse. Por otro lado el trabajo en las voces es posiblemente su mejor momento como artista. Sabe aportar emotividad o garra cuando es necesario, siempre des del punto de vista de que no sobra una palabra o una ayuda.

Y en cuanto al disco en sí, tras dos canciones cortas que sirven como abridor y para caldear el ambiente, todo lo que viene es impoluto. Pero por encima del resto nos deleita con una “Personal Shopper” con casi diez minutos de duración que fácilmente es la mejor composición de Wilson en décadas. Tras un arranque de estilo synthpop y unas voces en falsete apoyadas por bits, nos regala una canción que rockea con dulzura y estilo. Los sintetizadores se entremezclan con la guitarra y la batería de forma magistral. En cuanto al estribillo, que me pone los pelos de punta, vuelve a recurrir a las ayudas féminas entremezcladas con su estilo al falsete. Una canción mayúscula.

Cortes como “Man of the People”, “King Ghost” o “Count of Unease” son otras que merece la pena degustar con atención. Pero las que no cito tampoco restan nivel a un disco suculento como pocos.

No hace falta reincidir en los conceptos expuestos con anterioridad. Solo reafirmo que hay pocos artistas en el mundo del rock con la capacidad creativa de Steven Wilson. Y ya puede tocar cualquier palo que lo hará con estilo y gusto. Su tentativa con la música electrónica se ha saldado con éxito rotundo. Y, sin despeinarme le regalo un 9 al disco.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones