Si llegas a este punto por simple curiosidad, por si el titular te ha parecido suculento y atractivo… aviso, no hay vuelta atrás.
No conozco a nadie que haya escuchado Strapping Young Lad y se atreva a decir algo malo de esta banda. Y en concreto de este disco, su segundo trabajo, City, el disco más cañero de todos los tiempos. No, ni Pantera, ni Slayer, ni Machine Head. Strapping Young Lad creó este monstruo hace 25 años y sigue siendo el disco más cañero del metal extremo.
Strapping Young Lad sería hoy en día lo que conocemos por una super banda. Tras debutar en el mundo de la música en Sex & Religion de Steve Vai, nuestro querido Devin Townsend quiso sacar a relucir sus inquietudes en su propio proyecto al que titularía Strapping Young Lad que debutó en 1995 con Heavy As a Really Heavy Thing. En paralelo, inició su carrera en solitario, carrera con la que hoy en día todos conocemos al genio de Canadá.
En 1994, Century Media Records le ofreció a Townsend un contrato para hacer «algunos álbumes extremos». Aceptó un contrato de cinco álbumes con el sello discográfico. Townsend comenzó a grabar material bajo el seudónimo Strapping Young Lad. Evitó usar su nombre real en este punto de su carrera, buscando un nuevo comienzo después de su destacado paso con Steve Vai. Devin produjo e interpretó casi todos los instrumentos del álbum de estudio debut, Heavy as a Really Heavy Thing, que se lanzó en abril de 1995.
Devin reunió una formación permanente de Strapping Young Lad para grabar City, incluido el prolífico baterista de Testament Gene Hoglan, junto con los antiguos compañeros de banda de Townsend, Jed Simon en la guitarra y Byron Stroud en el bajo.
El álbum de influencia industrial fue lanzado en febrero de 1997. Hasta el día de hoy, el álbum es ampliamente considerado el mejor trabajo de Strapping Young Lad. El propio Townsend lo considera el álbum «definitivo» de la banda.
El disco arranca con la breve “Velvet Kevorkian”, una intro muy Devin, atípica y orgánica con una avasalladora batería y una distorsión en las voces increíble. Tras poco más de un minuto arranca “All Hail the New Flesh” y te quedas temblando frente a tal descarga de pasión y tralla. ¿Thrash? ¿Metal industrial? ¡Yo qué coño sé! Menuda burrada de canción. Riffs escandalosamente brutales, distorsión futurista… Temazo.
“Oh My Fucking God”, crudo y directo, una canción macabra como pocas. La velocidad con la que ejecutan los artistas es superior a la de cualquier pieza de Slayer. “Detox” posiblemente es la mejor pieza de City, posee una sección intermedia increíble. Se trata de la canción más compleja del disco con momentos oscuros y apocalípticos.
Seguimos con el groove de “Home Nucleonics” para saltar a “AAA” y su potencial ritmo con estribillo épico. Dos piezas menos relevantes que las primeras pero igual de importantes para el resultado final del disco, pues establecen un cierto equilibrio.
Entramos en la recta final con la thrasher “Underneath The Waves”, una canción compleja que va creciendo en intensidad a medida que avanza. Sobre todo a destacar el papel de las voces y sus miles de mutaciones. “Room 429” es una cover de Cop Shoot Cop que no aporta nada a City. Y como cierre tenemos “Spirituality”, la canción más larga del disco y también una de las más diversas.
A modo resumen final, City es uno de los pelotazos más logrados del metal moderno. Un disco apto para todos y olvidado o desconocido por la mayoría. Un disco que te atrapa y te vuela la cabeza como pocos. Una bestia.