Difícil papeleta ante la que me encuentro, si ya es complicado dejar de lado mi veneración por todo lo que envuelve al artista Leo Jiménez ahora me enfrento al retorno discográfico de lo que en su día fue su propuesta más arriesgada y polémica para el seguidor más clásico. Evidentemente no te voy a sorprender porque lo pone el título del artículo, estamos hablando de Stravaganzza.
Para los que conocimos a Leo en su etapa de Saratoga su salida nos dejó bastante perplejos, aún más cuando cada uno de los proyectos que ha liderado han sido tan distintos entre sí, eso demuestra su inquietud y el conocimiento musical, dentro y fuera del metal, que atesora.
El esperado retorno de Stravaganzza, tras varios años de letargo, por fin se ha materializado en un nuevo trabajo, aunque de momento nos hemos de contentar con este disco en directo. Dicho así puede parecer un puro trámite, pero nada más lejos de la realidad.
Es complicado realizar la reseña de un disco, aún más cuando se trata de un directo. Es cierto que en este formato se tiene un fiel reflejo de cómo se comporta una banda en directo, a la vez que un buen recopilatorio porque sabemos que van a mostrar la mayoría de sus hitazos. Este ejemplo lo pongo siempre que explico mi experiencia, much@s no están de acuerdo conmigo, pues ell@s prefieren cualquier recopilatorio al uso o un disco en concreto para acercarse a la obra de cualquier artista. Vuelvo a decir que si no hubiera sido por discazos tan espectaculares como el Live in Athens (1999) de Iced Earth o el Live After Death (1985) de Iron Maiden o uno de los mejores / el mejor disco (según se mire) en directo de la historia como Made in Japan (1972) de los Purple posiblemente no hubiera indagado en demasía en el legado musical de estas bandas. Jamás hubiera conocido a Leo, un acto de amor a la primera escucha, de no ser por aquel fantástico Tiempos de Directo (2000). Pero con el paso de los años, la forma de acceder a los grupos es bastante diferente, ya que una imagen vale más que mil palabras y en esta ocasión voy a tirar de verborrea, pues me enfrento a la versión en audio del directo de Stravaganzza.
La propia banda nos desvela lo que nos encontraremos en la edición en DVD para aquellos que no pudieron estar presentes aquella noche. Para enriquecer su teatral puesta en escena contaron con la presencia en escena de un cuarteto de cuerda, una coral y bailarinas. Si a esto le sumamos la teatralidad que les caracteriza y el uso de pantallas para enfatizar la ambientación, estamos ante una interesante propuesta. Ponerse los auriculares y evadirse durante las dos horas, algo complicado hoy en día, lamentablemente, había dejado de experimentar.
Si hay algo que caracteriza a Leo y a todos los músicos que le acompañan en cualquiera de sus múltiples caras musicales, es la entrega y la profesionalidad, algo palpable en directo. Esa entrega la quiso expresar en su 20 años tras el Apocalipsis (2015) celebrando su 20º aniversario dedicado a la música, pero para mi gusto con resultado desigual, ya que su intención fue la de plasmar el sonido real del directo sin filtros y con sus “errores”. Decisión valiente, pero que si buscamos acercarnos a su música, como hacía referencia al principio, con un sonido en ocasiones tan crudo difícilmente sea demasiado atrayente si no echamos mano de la edición en DVD. En cambio aquí, ya me adelanto, es un placer adentrarse en La noche del Fénix, el fiel reflejo de lo que supuso el concierto ofrecido en la madrileña sala La Riviera el pasado 28 de septiembre de 2019. El sonido grabado por Anti Horrillo, colaborador habitual de Leo, es de lujo.
El gran inconveniente al que se enfrenta la banda es la duración del disco. Desgraciadamente no tenemos el tiempo necesario para disfrutar de una tirada un discos así, ¿cómo lo he hecho para disfrutarlo completamente? Trabajando de noche. Como cambia la vida, anteriormente nos encerrábamos en la habitación acompañados del Walkman y ahora Spotify nos acompaña en nuestro reclutamiento laboral.
La noche del Fénix se divide en cuatro actos con una intensidad que no baja en ningún momento. La variada paleta de colores de la que está compuesta la obra de Stravaganzza puede llegar a saturar al profano o al seguidor más clásico, me atrevo a decir que posiblemente por prejuicios ante la presencia de su cantante. El necesario parón, demasiado extenso para sus seguidores, ha significado un ajuste perfecto para los engranajes de la maquinaria de la banda.
Había ganas de Stravaganzza y el inicio de este disco así lo demuestra. Se palpa la impaciencia a pesar de hacerse el silencio tras las primeras notas del pomposo inicio, envolviendo los versos que protagonizan “Obertura – Primer acto”. La tensión explota cuando la banda aparece sobre el escenario y de la manera como nos tienen mal acostumbrados, no baja la intensidad en ningún momento, hasta la llegada del íntimo momento de “Nostalgia”antes de encarar el «Cuarto Acto», en el que Leo acompañado por Pepe Herrero al piano hace las delicias de l@s presentes. Por la calidad y amplio abanico de estilos en el que se mueven siempre se han merecido mayor reconocimiento.
Mucho hablamos de Leo pero el enorme trabajo de Pepe Herrero como el relojero que pone en orden los engranajes de esta perfecta maquinaria poco se dice. Luce en cualquier proyecto en el que se involucre, ya sea colaborando con su admirada Mónica Naranjo o encargándose de la orquestación junto a Rage en el pasado Rock Fest.
La predilección de Leo por los sonidos más extremos ya es sabida, pero dotado con el extraordinario don de su voz ha de apoyarse en amigos en las partes guturales, aunque se atreva a hacer algún fraseo en la versión de «Hijo de la Luna», ahí la colaboración ya habitual de su amigo Korpa de Fuck Division, en esta ocasión en “Impotencia II”, una auténtica bestialidad.
Para finalizar, no podía ser de otra manera y ya lo anuncia como “lleváis toda la noche esperando Hijo de la Luna” encara el final de la noche. Curiosamente esta versión es una de las que más fuerte se escucha cantar por el público. Seguida de “Eloise” del gran Tino Casal, donde la voz aún le aguanta de maravillas a estas alturas del concierto. Por si fuera poco la fusiona «Eloise» con otra de sus pasiones, Mónica Naranjo, a la que homenajea con “Sobreviviré” dando por finalizado un gran concierto.
En la despedida, nos pone los dientes largos anunciándonos que pronto volverán con nuevas canciones. Que no tenga duda de las ganas que tenemos de que eso ocurra.
¡Salud y heavy metal!
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.