Striker – Ultrapower

Mucho han ido evolucionando Striker desde que irrumpieran en 2007 desde Edmonton (Canadá). Fueron uno de los mejores exponentes del heavy metal tradicional de la vieja escuela, con aires muy retros, muy combativos y muy centrados en ser una mezcla de NWOBHM, de la velocidad de Accept y de sonar auténticos. Pero el grupo, que nos ha llegado a visitar en gira, ha ido evolucionando hacia terrenos más melódicos y accesibles. Si en su anterior Play to Win ya notabas la evolución aquí es mucho más marcada y evidente. Y si miras las fotos hay una evolución estética en la mejor no entrar…

No editaban disco desde antes de la pandemia en 2018 y las novedades están en la base rítmica con los fichajes de Jonathan Webster a la batería y el de Pete Klassen al bajo. En Ultrapower hay una especie de intentar contentar a los fans más clásicos y a los que están por venir, y dureza y melodía se dan la mano con la drástica decisión de hacer sonar a Toto como si lo estuviera tocando Accept. La producción es dura y agresiva, pero las canciones son melódicas y muy orientadas incluso al AOR. Es original y funciona a pesar de que pueda parecer algo muy marciano

Un single tan redondo como “Best of the Best” les enfoca en esta orientación más melódica y ochentera en la que cuentan con muchos coros y teclados, cosa que no les queda nada mal. Mantienen la potencia y la rudeza, pero evidentemente el grupo está virando en cuanto a sonido para buscar diferentes públicos. El riffmachacón puede acercarles a Airbourne, pero en tesituras más melódicas, a pesar de que cuentan con una base rítmica que suena tan poderosa como las guitarras. Y servidor se queda con la que me parece lo más logrado del disco, y que un poco entronca con discos anteriores como Play to Win: “Sucks to Suck”. Clearycanta con distorsionador de voz y el tema engancha con una línea vocal que incluso se acerca al hardcore y con pasajes de metal alternativo en lo instrumental, pero es que luego se marcan un solo cercano al power metal de Helloween…

Las sorpresas se suceden y “Give It All” va armada con un saxofón y con un tratamiento puramente AOR a pesar de que mantienen sonido y producción metalera. Gran lujo de tema en el que abren el abanico de posibilidades con mucha clase. “Blood Magic” vuelve a ser otra sorpresa pues posee un inicio puramente de Western para luego convertirse en un trallazo directo marca de la casa. Un poco es lo que los fans más veteranos de Striker pueden esperar… pero es que hay momentos que el grupo es capaz de acercarse a Europe. El mérito absoluto es de ese gran vocalista llamado Dan Cleary.

El inicio del disco corre a cargo de “Circle of Evil”, precedida de unas risas malévolas en un corte de heavy metal puro y directo, con suficientes cimientos para ser single y dejar patente, ya de inicio, que Striker tienen algo muy bueno entre manos y que su evolución es la correcta. Entre lo más alternativo (y a la vez entretenido) está la curiosa “City Calling”, que suena como si The Night Flight Orchestra optaran por sonar a heavy metal de toda la vida. Aguerridos y atrevidos son estos canadienses… “Ready for Anything” es otro balazo que conecta con su pasado. Fornida estructura, mucha actitud, velocidad y melodía.

“Turn the Lights Out” es una canción que complementa bien y que está en la onda de mantener el recuerdo hacia sus primeros esfuerzos discográficos, pero veo más al grupo centrado en piezas como “Thunderdome”, mucho más hímnicas, más melódicas y con aires muy renovados. Esta podría funcionar perfectamente bien en directo y de verdad que los coros la elevan además de las guitarras de Timothy Brown y John Simon Fallon. Atención al festín guitarrero, pues no está al alcance de muchos grupos…

A pesar de que el grupo juega entre dos aguas hay un corte en el que cruzan hasta la otra orilla descaradamente y con grandes resultados: “Live to Fight Another Day” es puramente Toto y la batería de Jonathan Webster está totalmente sampleada. Remarcan su lado más accesible y un poco apuntan hacia donde puede estar el futuro estilístico del grupo. Terminan con “Brawl at the Pub”, que un poco hace honor al título, siendo bronca, aguardentosa y bastante vacilona. Atención a los muchos detalles de las dos guitarras pues le dan al tema un extra a pesar de que queda bastante heavy metal de los 80.

Muy posiblemente estemos ante el mejor disco de Striker, y a pesar de que no tengan gran presencia en los medios ni asoman en festivales es un grupazo consolidado y con una notable base de fans en todo el mundo. En Ultrapower hay una mezcla de ideas y estilos que parecen en pugna dentro de un mismo tema, pero es más algo buscado que no un intentar contentar a su público metálico de los inicios con esta onda más accesible y AOR. Podemos definir el disco como si Accept del 1983 tocasen a su estilo el repertorio de Toto, lo cual es original y sumamente arriesgado.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.