Desde su “segunda venida” Stryper son otro grupo que abandonó por completo esas voces celestiales, el almíbar auditivo y los colores corporativos. Posiblemente dentro de unas décadas se les recordará por lo que hicieron en los 80, por los colores y por su cristianismo, pero… no está nada mal lo que ofrecen a día de hoy. Stryper son actualmente una solidísima banda de heavy metal tradicional en la que en sus letras mantienen toda la temática evangelista para deleite de sus seguidores.
Posiblemente Michael Sweet ya no puede tirar de esas voces limpias y sedosas exageradas, pero hemos ganado a una gran banda de heavy metal clásico. El disco suena agresivo y algo sucio por tareas de producción, y estando en Frontiers quiere decir que así lo quiere el grupo. Nada mal, la verdad. La cara nueva en el grupo es la del bajista Perry Richardson de Firehouse que encaja perfectamente, pero lo malo es que el disco peca un poco de parecerse mucho a los dos anteriores.
“Blood from the Above” marca terreno y es un trallazo metalero con vistas a hacerse un hueco en su repertorio. Puro heavy metal de toda la vida con una producción cruda y con unos agudos excelentes, pero no, no son los de antaño. “Make Love Great Again” sí que indaga en su legado más reconocible siendo un medio tiempo que retoma el camino 80ero con excelentes mimbres. Sigue el combo amarillo-negro luciendo músculo y estilo con la pegada del hermanísimo Robert Sweet. Atención también al enorme trabajo de Oz Fox a las seis cuerdas.
Trallazos como “Let Him In” te demuestran que el presente de Stryper sigue siendo tan atractivo. Gran composición con todos los elementos clásicos y con el añadido del lavado de cara actual. Los coros y la línea vocal de “Do unto Others” recupera tiempos pretéritos con gracia y calidad. Grandes agudos y riffs de base totalmente metálicos. El tema que da título al disco funciona, pero es algo típico a lo que nos han acostumbrado desde su vuelta en 2005, y especialmente de lo que suele proliferar en sus últimas entregas.
En “How to Fly” hay otra Buena razón para seguir admirando al grupo del sur de California pues hay los toques angelicales, si bien administrados con su actual metálico estilo. Atención al metálico tratamiento que dan en la potente “Divider” siendo una perfecta muestra de lo que significan Stryper a día de hoy, combinando estribillos celestiales que quedan algo engullidos por la potencia de su estilo y producción. De verdad que Michael sigue cantando de maravilla muy a pesar de que poco tiene que ver con el de los 80. Y esas guitarras dobladas de Fox son pura potencia.
Siento debilidad por la cadenciosa alma sureña de “This I Pray” con esos teclados de fondo para que las acústicas con cuerdas de acero te acerquen un poquito más hacia el cielo. Puede que sea lo mejor del disco, quizá por ser el punto más experimental y diferencial de la obra. Vuelta a los 80 con “Invitation Only” con un estribillo muy marcado para luego recostarse sobre el pesado riff de “For God’s Rock ‘n’ Roll”. Un tema muy 80’s, pero cercano a Y&T o a los primeros Pretty Maids que a las abejas divinas. Buen final con la directa y metalizada “Middle FInger Messiah” a pesar de que el estribillo está excesivamente basado en el “Time Wrap” del musical The Rocky Horror Picture Show.
Dudo que te conviertas al cristianismo de golpe ni vayas a misa, pero este nuevo disco de Stryper sigue demostrando que su segunda venida puede aportarnos grandes momentos. Para mi gusto hay una repetición de ideas compositivas y el marcado estilo actual hace que algunos temas suenen excesivamente parecidos, y no en este disco en particular, sino echando la vista atrás y comparándolo con los trabajos anteriores. De todas formas, no nos podemos quejar ante un trabajo notable a manos de tres de los miembros originales de un grupo muy especial y… ¡metálico! Definitivamente los 80 estaban en el cielo y en los 2000 están más cómodos en el infierno.
777.