La gira Berseker llegó a nuestro país de una manera totalmente espectacular. Y mira que cuando salió el cartel de dicha gira a nivel europeo, hubo un silencio desgarrador por nuestros lares, era muy raro que Amon Amarth no tuviera fecha en España (cosa que, por desgracia, comienza a ser, en general, un poco habitual) pero el anuncio de dos fechas estatales el mismo día del bolaco que se marcaron en el Download, fue una sensación de alivio y alegría para muchos.
Así qué como encargado de cubrir dicho evento, y al ser tres grupos que podían congregar gente diversa, en su momento ya empecé a preguntar quién de mis amigos, y amigos de mis amigos se vendrían conmigo. Esta vez no hubo mini bus como en el concierto que se celebraba en el mismo lugar y que hacía exactamente un año y una semana de éste, donde fuimos a ver Obituary, Anthrax, Lamb of God y Slayer, pero al final salió la nada desdeñable cifra de 10 personas que salimos desde Igualada, nada mal la verdad, cuantos más mejor, y en conciertos de estas características se agradece.
Como he dicho, no íbamos en mini bus, pero si que me pareció un poco el día de la marmota, ya que de los 10, repetíamos 8 y también era un día triste, melancólico y de lluvia constante como el bolo del año anterior en el Sant Jordi Club, cosas qué si no tienes entradas, pues a veces hace que de pereza salir de casa. Hablado ya del tiempo del día, vuelvo a lo que iba, aparcamos justo a las seis y media, o sea que entre llegar y la cola, por cierto, bastante rápida y ágil, entramos justo para ir a pillar una cerveza, como no, y comenzaba el primero de los bolos en cuestión.
Hypocrisy
Eran las 18:45, hora exacta en que salía el primer grupo, que era el menos conocido, de hecho, si de mi pandilla yo era el único que los había escuchado, se puede extrapolar esta media a todo bicho viviente que había en el Sant Jordi Club. Y se marcaron un muy buen concierto. Musicalmente hablando fue espectacular y el más duro de todos, el más death de verdad. Pero, considero que, por poner un par de pegas, o tres, el escenario se les hizo demasiado grande, en el aspecto de “show”, ya que son más tirando a fríos e inamovibles. Sin “atrezzo”, ni tiempo, ni sin moverse mucho, daba un poco la sensación de vacío, pero con poco más de media hora, no da para más.
Sinceramente Hypocrisy, los disfrutas más en una Razz 2 o Salamandra, allí si que dan el “pego”. También diré que me situé justo delante de la mesa de sonido, por lo que desde allí, teóricamente era de los mejores lugares para escuchar el bolo (no como estar al final de todo, que retumba). Y que quiero decir con eso, pues desde mi punto de vista, o de oída, hubo un pelín de problema con la guitarra, ya que, según qué partes en los temas, la ganancia y el reverb estaban un poco más altos que el resto, pero bueno, tampoco nada que fuera algo excepcional ni que hiciera que sonara mal, pero si que había algunos momentos que deslucía.
¿Y el bolo en cuestión? Pues la verdad que sencillamente brutal. El trio liderado por Peter Tägtgren lo dio todo, incluso corriéndose todo el escenario más de una vez. Bueno el trio que en concierto se convierte en cuarteto, en este caso hace años que los acompaña Tomas Elofsson a la guitarra rítmica. Volviendo a su bolo, como iba diciendo, una cosa es la puesta en escena, y otra muy diferente la interpretación musical. Pocos temas podían tocar en tan poco rato y comenzaron con “Fractured Millenium” y “Adjusting the Sun”, que fueron abrumadoras, con sus pasajes de abducciones, extraterrestres y cosas paranormales, crean un efecto de death tirando a denso, machacón, pero feroz y desgarrador. La coreada “Fire in the Sy”, sublime en todos sus cambios. Pocos temas cayeron que fueran muy rápidos y agresivos, pero cuando tocó uno de esos, como “Warpath” fue acojonante, y con la más melódica “Eraser”, por Darrell que fue apoteósico. Los juegos de luces ayudaron constantemente a dejarte absorber por su música, principalmente por su tonalidad lúgubre y con focos proyectando luz verde en todo el local, emulando si estuvieras con seres de otro mundo. Y terminaron con su clásico, como no, “Roswell 47”.
Lástima que el público medio, estaba más por otras cosas, esperando a los siguientes grupos, pero ya digo que como teloneros, lo dieron todo. Igualmente, y como he comentado, estoy convencido que también ellos son más felices tocando, pues como el año pasado, en Razz2, junto a Kataklsym y lleno de gente que ha venido a verlos a ellos. Eso no quita que Peter Tägtgren se dirigiese al público en bastantes ocasiones y no pareciese todo tan tenso o frio. Estamos hablando de un grupo referente en el género y se notó. La mayoría de mis amigos me comentaron que les moló bastante, algunos mucho, y eso para un fan como yo del extremo, pues me gustó y pensé: bueno, aún estamos salvados… todo sirva para que mucha gente que está hoy aquí sepa quien son Hypocrisy, lo jodidamente buenos que son y con un poco de suerte, convertir a alguien en fan de la banda.
Setlist Hypocrisy:
Fractured Millenium
Adjusting the Sun
Fire in the Sky
Eraser
War-Path
The Final Chapter
The Gathering
Roswell 47
Arch Enemy
Después de la gran actuación que nos habían deparado el primer grupo sueco de la noche, era el momento de aprovechar para comer, beber, miccionar y volver a nuestra zona de confort para disfrutar del siguiente grupo. Debo recalcar y recordar que con Arch Enemy tengo un poco de relación amor-odio. Es un sí pero no, la última vez que los vi, en enero de 2018 fue en Razzmatazz y no tengo muy buen recuerdo, tanto por Alissa, el público asistente, que me salió la vena true y consideré que había demasiada gente no demasiado metalera y como que los cambios desde hace ya bastantes años a un metal menos crudo y más predecible, me han dejado un poco frio. Es lo que tiene que te molen más los primeros álbumes de la banda, y es que lo último lo encuentro demasiado “popero”, es melodeath, sí, pero diferente. Pero con lo vivido el viernes debo resarcirme y decir que se marcaron un bolazo, me gustaron y los disfruté mucho.
A nivel “mainstream” estamos hablando de un grandísimo grupo, y a la postre, la contratación hace pocos años de Alissa, fue todo un acierto, creo que han acabado de congeniar con un público un poco más joven, y las pintas que me lleva la chica también ayudan, y mucho. También pienso que Amon Amarth, sin Arch Enemy, dudo mucho que hubiera llenado un Sant Jordi Club. Los dos son suficientemente potentes hoy en día para hacer sold out en las salas estándar, pero en mi humilde opinión, no cumplen los requisitos para presentarse en solitario donde tocaron el viernes y sábado. Pero sinceramente, juntando los dos…esto ya es diferente.
Volviendo al concierto en sí, era la hora de Arch Enemy, nunca mejor dicho, ya que tocaron una hora justa. A las 19:45 salían estas bestias pardas con su frontwoman con ganas de darlo todo y preparada ya encima de uno de los altavoces para dejarse ver con su vestimenta cual “batgirl”, por las mini alitas de murciélago en los antebrazos. Empezaron con “Set Flame to the Night” y ya con los primeros vociferios me quedé con una cosa: la voz. Alissa se escuchaba diferente, más cruda, más death. Sinceramente, no sé si era cuestión del sonido o bien ella forzando la voz, cosa que si es esto último, le durará poco… Supongo que por esto me gustó más el bolo, su voz hizo que todo se escuchara más salvaje.
Tras la pequeña intro, ahora si era el momento de dos greatest hits de los suecos, como son “The World is Yours” y “War Eternal”, que repito, con la nueva voz mi mente los absorbió de manera diferente y los disfruté mucho, cosa que precisamente no son dos temas que sean mis top. Siguieron con otras canciones más duras como “Ravenous” y bestialmente recibida por todos, donde el quinteto lo estaba dando todo, y en los solos por parte de Michael Amott, los típicos focos, dando una imagen muy plástica de la realización en sí, y que en eventos de este tipo, son muy efectistas, sin entrar si son solos espectaculares o reguleros.
El Sant Jordi Club se había convertido en una fiesta y el público disfrutaba entregadísimo del concierto que estaban dando Arch Enemy, también entregados a toda la gente expectante. No faltaba nadie haciendo headbangings, saltando, haciendo mosh pits, lo que hiciera falta, mientras iban cayendo tema tras tema, la más “tranquila” “The Eagle Flies Alone” a las más cañeras “Saturnine”, o “As the Pages Burn”. Un sin parar, con su cantante como siempre, eso sí, un show en vivo y espoleando a todo bicho viviente y todos los otros componentes también bastante móviles.
Acabaron el concierto con “Nemesis” y “Enter the Machine”, y con la sensación de haberlo dado todo y con el público totalmente entregado a ellos y con ganas de más. Alissa White-Gluz no había parado de animar constantemente al público, hablando y achuchando a moverse sin parar. Y a nivel particular como he dicho, con una interpretación que me gustó muchísimo más que en su última aparición que les vi. En fin, sensacionales Arch Enemy con un bolo como si fueran ellos mismos los “cabeza de cartel”. Musicalmente gustarán más o menos, pero si que tienen un punch en el escenario de los que asustan, y el sonido “Göteborg”, está allí, en su sangre, y quizá, de los tres grupos suecos, es el que más representaba este distintivo tan típico. Y es que aunque Hypocrisy sea más true si que es cierto que se desmarca un poco, bastante del típico sonido comentado.
Setlist Arch Enemy:
Set Flame to the Night
The World is Yours
War Eternal
My Apocaypse
Ravenous
Under Black Flags we March
The Eagle Flies Alone
First Day in Hell
Saturnine
As the Pages Burn
No Gods, No Masters
Dead Bury Their Dead
Nemesis
Enter the Machine
Amon Amarth
Después del buen sabor de boca que me/nos había dejado Arch Enemy y comentando los entresijos de su bolo, y con una cerveza en una mano y bolsa de papas en la otra, era el momento que todo el mundo esperaba. La hora de los vikingos había empezado, era el momento de todo un despliegue que la verdad me dejó boquiabierto.
Con la canción “Run to the Hills” a modo de espera y con el escenario todo oscuro, por fin salió Amon Amarth a la palestra, el jolgorio general fue máximo. Debo recordar que hacía pocos meses que los había visto, de hecho ni cinco meses desde el Download Madrid, y teniendo en cuenta que el setlist fue parecido, pues musicalmente no me sorprendieron tanto como cabría esperar, más si tenemos en cuenta que no soy un fan acérrimo de ellos y prefiero que me pongan “Death in Fire” o “Asator” (que ya no entra en setlists) que “Raven’s Flight” o “Crack the Sky”…
Pero el decorado…Me dejó anonadado. Como aprovecharon todo el escenario para poner unos “atrezzos” bestiales, nunca mejor dicho. Aviso que los cambios de decorados, puede ser que no cuadren exactamente con la canción que diga a continuación, ya que uno no llega a todo, pero vayamos por partes, como diría Dexter Morgan. “Se abría el telón” y lo primero que vimos es un mega casco vikingo gigante, que posteriormente los ojos cambiaban de color y que más adelante, para más inri, se alargaba y se levantaba aún más del suelo, ah si por cierto, y allí estaba el batería Jocke Wallgren. Y así comenzó el concierto con la nueva “Raven’s Flight” poniéndose en el bolsillo a todo ser viviente que estuviera por allí. Me sorprendió los dos siguientes temas, “Runes to My Memory” y “Death in Fire”, de discos “añejos”, pensando pobre de mi, que prácticamente todo sería del 2008 para aquí. Estos temas contentaron a los fans más acérrimos y antiguos de los suecos, pero si que hubo bastante gente que se quedó un poco fría, y es difícil contentar a todo el mundo, más cuando has cambiado tanto el enfoque de tu música.
Seguimos con dos temazos más actuales como son la afiladísima “Deceiver of the Gods” y la épica “First Kill”. Y, lo siento por la expresión, pero el Sant Jordi Club se vino abajo. A partir de este momento ya me perdí con tanto cambio de escenografía y no recuerdo en qué canción hacían qué cambio. Solo sé que en un momento teníamos dos runas gigantes llameando a lado y lado del escenario con un Johan Hegg como se ve cada vez, un mejor maestro de ceremonias. Mientras iban cayendo otro tema que gusta mucho como “Crack the Sky” y otro con el riff batallero de “The Way of Vikings”. El siguiente cambio fue de pasar a las runas llameantes a, en su lugar, tener unas estatuas vikingas ENORMES y continuar con más temazos como “Shield Wall” y evidentemente “Guardians of Asgaard”. El setlist estaba bien pensado, con temas nuevos (y suaves), temas viejos e himnos atemporales y así sucesivamente. Aunque ya sabemos, como todo es épica, epopeya y riffs redundantes por doquier, al final acabas saltando abrazado a un colega y vociferando todo estribillo que sepas.
Entre fogonazo y fogonazo, (que desde mi posición se notaba el calor, imagina estar delante) y entre canción y canción, Johan estaba por la labor de ser muy cercano al público (bastante normal en él), siempre sonriente, preguntando o comentando la canción que vendría a posteriori. Entre estas, una era la de “Raise Your Horns”, que especialmente no creo que sea un temazo, pero para hacer la velada un poco más friki, va de perlas, no nos engañemos. Era el momento de sacar los cuernos para brindar con Hegg, un cuerno que teóricamente, podíamos entrar, y digo teóricamente, porque un amigo mío llevaba uno, y en la entrada no le dejaron pasar, y en dicha canción tampoco vi un montón de ellos, de hecho, poquísimos.
Con todo esto, habían hecho el último cambio escenográfico, para presentarnos a ni más ni menos que Jörmundgandr la serpiente mitológica de la portada del “Twilight of the Thunder God” (2008). Impresionante y bestial mole, abarcando todo el escenario, dejó a todo el mundo de piedra. Así terminaron con los clásicos, “The Pursuit of Vikings” y la canción de mismo nombre que el disco antes comentado. Después de esto, estuvieron bastantes minutos observando a la gente que había ido a verlos, y que, todo sea dicho, flipó con todo el despliegue encima el escenario. Yo, iluso de mi, esperaba un par de tíos espada en mano, un drakkar o el casco vikingo con la batería encima. No, se presentaron con un show digno de concierto de estadio, todo pensado, mimado y milimetrado al detalle. Gustarán más o gustarán menos, pero lo que vi el viernes lo recordaré durante muchos años. El salto de gigante que se marcaron estos vikingos fue de órdago.
En fin, después de 5 horas de música, nos fuimos totalmente satisfechos y con la sensación de haber amortizado las entradas de sobras. El sonido y las luces fueron perfectos, a excepción de algún pequeño detalle que ya os he comentado. Civismo de la gente excelente. Y los grupos pues ya os lo he dicho. Hypocrisy totalmente descomunales, aunque algo fríos por el tamaño del escenario. Arch Enemy que si siguen así se pueden marcar con su próximo disco una gira de las características de Amon Amarth. Y los vikingos, pues que queréis que os diga cuando sabes que musicalmente no van a fallar y encima te encuentras un espectáculo visual tan alucinante. Por poner un pero es quizá la duración de su bolo, me esperaba ni que fuera un cuarto de hora o veinte minutos más, ya que fue de poco más de una hora y quince minutos.
Nuestra noche no terminó aquí por eso. Lo bueno de los conciertos en horario “europeo”, los que acaban a las 11 de la noche o antes vamos, es que tienes toda la noche por delante. O sea que nos volvimos para Igualada y allí nos fuimos, como no, a nuestra cervecería preferida, ya sabéis, el Morrison. Allí cayó un buen tapeo, hamburguesas hechas con amor (no mal penséis) y más cerveza por doquier…
Setlist Amon Amarth:
Ravens’ Flight
Runes to My Memory
Death in Fire
Deceiver of the Gods
First Kill
Fafner’s Gold
Crack the Sky
The Way of Vikings
Prediction of Warfare
Shield Wall
Guardians of Asgaard
Raise Your Horns
The Pursuit of Vikings
Twilight of the Thunder God
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.