Hoy celebramos los 30 años de uno de los discos más controvertidos y a su vez esenciales del movimiento Britpop de los 90, el segundo plástico de Suede titulado Dog Man Star (1994). Tras debutar justo un año antes con un sublime disco homónimo y definir los cimientos de lo que algo más tarde se conocería como el britpop, la banda liderada por el carismático Brett Anderson se sacó de la chistera un nuevo disco que dejó descolocado al mundo del pop-rock.
La cultura pop británica vivió un resurgir necesario con el nacimiento de la banda. Suede se apresuraron a aparecer en las portadas de las revistas antes incluso de tener un contrato discográfico. Sus tres primeros singles crearon una histeria que consumió a las adolescentes, a los chicos preocupados por el estilo, a los chicos indie y a cualquier viejo forastero en busca de algo que seguir. No en vano, Suede (1993) se convirtió en el debut en ventas más rápido de la década
El binomio formado por Brett Anderson y Bernard Butler cambió las reglas del juego de la misma forma que una década antes las cambiaran el duo formado por Marr y Morrissey. Curiosamente, nadie podía suponer que la suerte de ambas parejas correría una similar trayectoria, pues no tardó mucho en romperse entre los dos líderes absolutos de Suede.
Suede se convirtió rápidamente en la mejor alternativa y la respuesta londinense al movimiento grunge y soltó las amarras del agónico sonido de Madchester. En Suede se combinaban a placer las dinámicas guitarristas de un Butler pletórico que tan pronto te regalaba un rock carismático como una balada ñoña super interesante, junto a un Anderson que recitaba sin piedad temas como el comercio, las ciudades satélite…
Tras el gran impacto que supuso Suede (1993), la maquinaria se puso rápidamente en funcionamiento para ponerse a crear su segundo trabajo. Pero… no todo salió como la banda esperaba. A finales de año Butler ya se había bajado del barco y habían nacido dos bandas ociosas que venían para discutir el trono al rey: Blur y Oasis. Ese 1994 publicaron respectivamente Parklife y Definitely Maybe, dos discos seminales e imprescindibles.
“Todo lo que escribíamos nos parecía oro en polvo. Pero sabíamos que la gente nos escuchaba y eso conlleva arrogancia. El primer álbum fue el comienzo del Britpop, pero no nos dejamos arrastrar por esa cabalgata de tonterías y queríamos ir a otra parte. Vimos que otras bandas se subían al carro del britpop y Dog Man Star fue una reacción a eso.”
Comentó Anderson cuando le preguntaron años más tarde sobre Dog Man Star.
Tras un debut tan increíble, normalmente los segundos álbumes suelen ser un desastre porque los grupos ya no tienen nada que decir. Suede por eso tenía demasiado que decir pero no supo enfocar esa necesidad de forma efectiva. Este difícil segundo álbum fue difícil de hacer, difícil de vender y difícil de escuchar para algunos. Cuando salió a la venta ese invierno, Dog Man Star provocó una mezcla de asombro, confusión e incluso risas. Según Anderson y sobre el proceso de creación del disco:
“Llevábamos un estilo de vida bastante disoluto. Era un desenfreno de consumo. Entre momentos de hedonismo nos metíamos en el estudio y escribíamos canciones y nos íbamos de gira y no sé cómo conseguíamos hacer algo. Cada día era una locura.”
Cuando empezó la grabación de Dog Man Star en los estudios Master Rock de Kilburn, Londres, en marzo de 1994, Anderson y Butler se evitaban por completo. El guitarrista luchaba por el control con el productor Ed Buller a quien Butler intentó sustituir. La banda trabajaba por turnos, así que Bernard, Simon y Mat trabajaban de día y Anderson llegaba después de cenar y se dedicaba sólo a las voces. Suede estaban fracturados. A pesar de su guerra de bandos y la escasa comunicación entre Butler y Anderson, Dog Man Star empezó a emerger en toda su gloriosa locura.
Dog Man Star (1994)
El disco arranca con “Introducing the Band” y su aroma a cantos de monjes budistas. Se trata de una canción pesada con un riff magnífico. Una dura declaración de principios. El disco suelta su primera bomba atómica con una “We Are the Pigs” colosal, cuatro minutos y veinte segundos de genialidad y de puro Suede. La canción es conocida por su sonido distintivo y su letra provocativa, que aborda temas de alienación y la lucha por la identidad en un mundo que a menudo se siente opresivo. Musicalmente, combina elementos de rock alternativo con una atmósfera melancólica, algo característico de Suede. La voz de Brett Anderson transmite una intensa emoción que complementa perfectamente la instrumentación. Lo dicho, un temazo. El siguiente disparo es “Heroine” con sus melodías envolventes y unas letras que exploran temas de amor, deseo y la complejidad de las relaciones. Se trata de una pieza emotiva, con una atmósfera intensa y nostálgica. La banda es capaz de capturar aquí la angustia juvenil. Otra gran pieza.
Seguimos con la canción más querida del disco: “The Wild Ones”. Se trata de la canción más dulce de Anderson y es el epítome de su habilidad y la de Butler para comunicar una especie de melancolía eufórica, con un estribillo que transmite tanta alegría como dolor. Según Anderson: “Es lo más edificante que hemos hecho nunca”.
“The Power” es una canción maravillosa, melódica, con un gran trabajo rítmico y unas letras que hablan sobre la liberación, uno de los temas preferidos de Anderson. Para terminar esta canción la banda contrató a guitarristas de sesión para suplir la baja de Butler. Algunos de los outros extendidos fueron cortados y se añadieron metales y cuerdas. Se contrató a un bailarín de claqué para grabar una pista de percusión. Tras ella, otra canción marca de la casa, “New Generation”, que cuenta con melodías pegajosas y letras introspectivas que abordan temas de juventud, identidad y la búsqueda de un lugar en el mundo.
Entramos en una recta final llena de sorpresas como la epopeya gótica titulada “The Asphalt World”, una de las mejores canciones de la banda y tristemente olvidada en parte por su longitud de casi diez minutos de duración. “Still Life” es un rayo de esperanza en la voz de un ama de casa sin amor que jura seguir luchando. La versión extendida del disco cuenta con una maravillosa “Stay Together” de 7:26 minutos de duración, otra gema increíble pero olvidada dentro del catálogo de la banda.
Impacto y gira de presentación
En su segunda visita a Estados Unidos, a principios de 1994, Suede contó con el apoyo de The Cranberries, que estaban cosechando un gran éxito internacional con “Linger” y a los que se pedía que encabezaran el cartel de algunos conciertos, para disgusto de los supuestos cabezas de cartel. Las broncas entre Brett y Bernard se habían vuelto salvajes hasta el punto de que Butler viajaba solo o en el autobús de gira de The Cranberries en lugar de con sus compañeros de banda. Para colmo, su padre había muerto y el dolor le aisló aún más:
“Nuestra inteligencia emocional era muy limitada. Sabíamos que las cosas se estaban desmoronando, pero pensábamos que todo iría bien… probablemente. Si la música funcionaba pensábamos que arrastraría todo lo demás. Aún éramos niños.”
A su regreso, Anderson se trasladó a Highgate, al norte de Londres, donde vivió en soledad, escuchando los cánticos de la secta anabaptista menonita que vivía en el piso de al lado y recurriendo a un nuevo conjunto de influencias, desde sueños alimentados con ácido sobre víctimas de Hollywood hasta ver Performance en repetidas ocasiones. Tras la salida de Bernard y en palabras de Anderson:
“Hubo una sensación de alivio. No quiero ser cruel, pero había sido muy desagradable durante mucho tiempo y parecía que nos habíamos quitado un peso de encima. Pasamos unos días en el estudio con una extraña sensación de liberación. Pero de repente nos dimos cuenta de que teníamos trabajo que hacer y pensamos: ‘¿Qué coño vamos a hacer ahora?”
Dog Man Star se publicó en el Reino Unido el 10 de octubre de 1994 y en Estados Unidos con Columbia dos semanas después, el 25 de octubre. El álbum y sus sencillos no recibieron el mismo nivel de promoción y difusión radiofónica que el álbum anterior en Estados Unidos. Esto se debió al difícil clima que rodeaba el momento del lanzamiento. Aunque a menudo se considera que el álbum fue una decepción comercial, sus ventas reales en el Reino Unido fueron relativamente buenas. En agosto de 1996, había vendido 235.000 copias, sin todo el bombo y la exposición mediática del debut, que vendió 275.000. Sin embargo, al mismo tiempo, las ventas en los Estados Unidos fueron sólo una décima parte de las ventas en el Reino Unido, con 23.000 unidades.