Cuando Summoning asomaron por primera vez la cabeza allá en los primerísimos noventa, el panorama metalero austriaco era bastante inexistente y lo poco que había se movía en circuitos muy underground. Mucho más arriba del mapa, chavales majísimos como Kristian Vikernes, Øystein Aarseth, Gylve Fenris o Bård G. Eithun, más conocidos como Count Grishnackh, Euronymous, Fenriz y Faust, hacía algún tiempo que estaban poniendo patas arriba Noruega con su buenrollismo y simpatía, hechos que no pasarían desapercibidos para unos cuantos músicos de la aburrida Austria que poco a poco, y sin hacer tanto ruido, fueron poniendo en marcha una pequeña pero interesante escena black metalera encomendada por bandas como Abigor, Cromm, Pervertum y los propios Summoning. Estos últimos han sido, y lo siguen siendo, una de las bandas más interesantes, enigmáticas y originales que han surgido de la escena austriaca y hoy toca celebrar el veinticinco aniversario de uno de sus discos más reconocibles: Dol Guldur.
El tercer disco de la banda de Viena, ya asentada definitivamente por aquel entonces como binomio, es una lógica y natural continuación de su anterior Minas Morgul (1995), que trazó una senda a seguir en el sonido de Summoning. Como es habitual en los discos del dúo, este lanzamiento vuelve a ser un viaje a la Tierra Media creada por J.R.R. Tolkien. Dol Guldur (“Colina de la hechicería”) es “una fortaleza en la que se establece el Nigromante en el año 1.100 de la Tercera Edad del Sol. Las causas para que el Nigromante se estableciera allí es que aquella parte del Gran bosque verde estaba deshabitado, porque los Elfos del Bosque vivían en grandes palacios al norte y los hombres de Rhovanion tenían miedo de adentrarse en sus profundidades.” Como veis he hecho un copy-paste en toda regla, ya que no tengo ni puta idea del universo Tolkien y soy de esos metaleros minoritarios que ni se han leído ningún libro del autor británico ni visto ninguna de sus espectaculares adaptaciones cinematográficas. (¡¡Venga esa lluvia de hachas directamente a mi cuerpo!!).
Aunque no estés puesto en la Tierra Media es inevitable que la música de Summoning no te transporte a parajes de libros como El hobbit o El Señor de los Anillos que, aunque sea de casualidad, habrás visto en más de una ocasión. Justifican mis palabras la apertura del disco con la intro “Angbands Schmieden” y esos teclados que juegan con los sonidos de campanas. Esos teclados y sintetizadores hacen que en la música de los vieneses las guitarras sean un instrumento secundario y tan solo quizás en “Nightshade Forests” adquieren mayor protagonismo.
En todo el disco resaltan unos teclados y sintetizadores muy cuidados y elaborados. En muchos momentos se crean diferentes capas que se entrelazan con los sonidos de una batería programada y marcada, creando una atmósfera épica y gloriosa. Dol Guldur podría ser tomado perfectamente como un disco compuesto por una sola canción dividida en varios actos, pero me voy a centrar en los dos temas que pienso que sobresalen ligeramente del resto.
“Kôr” es el tema central y donde más sobresale la orquestación. Sus pasajes suenan emotivos y melancólicos, pero también lúgubres a la vez. Sus sintetizadores y caja de ritmos le dan un aire totalmente teatral y cinematográfico y hubiese encajado perfectamente en cualquier obra de Peter Jackson (no! en Bad Taste y Braindead no!). Para el final del disco se guardan “Over Old Hills”, que lo cierra solemnemente. “Over Old Hills” es una llegada al destino final después de un largo viaje. Los sintetizadores van y vienen, acompañados por el piano, y los riffs de guitarra dan luz a una canción de ritmo lento. Tiene cierto aire de añoranza y dibuja un paisaje sonoro fácil de visualizar si cerramos los ojos.
En su momento, y después de descubrir poco antes su Minal Morgul (portadón), este lanzamiento me entró muy bien y llegó a formar incluso parte de mi banda sonora para mis lecturas, pero entiendo que es un disco que su escucha se puede hacer un tanto pesada. Sus temas son largos (rondan los 10 minutos) y la estructura que nos presentan es algo repetitiva, con pocas variaciones. Tienden a repetir los mismos patrones y llegar al final puede resultar algo tedioso. Si en Minas Morgul las canciones se centraban más en las guitarras como base conductora aquí, en este Dol Guldur, lo que prima son los teclados y sintetizadores, siendo quizás éste su disco más ambiental.
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.