El impacto de la prematura muerte de Andrew Wood sacudió los cimientos del novel movimiento de Seattle. El sonido de Seattle, comúnmente conocido como grunge, perdió con Wood a Mother Love Bone, una de las bandas primigenias de la movida.
Pero cuando algo acaba… puede marcar el inicio de algo nuevo. En el caso de Mother Love Bone, su extinción supuso el despuntar de dos bandas que acabarían siendo titánicas: Pearl Jam y, en menor medida, Soundgarden; estos últimos ya habían empezado su carrera un tiempo atrás.
Pero antes de todo esto, nos topamos de bruces con un proyecto creado con fecha de caducidad: Temple of the Dog. Ahora lo consideraríamos un super grupo, pero entonces fue una reunión de amigos dispuestos a homenajear al difunto Andrew Wood. El resultado se tradujo en un disco mítico y hermoso. Un disco imperfecto si somos puristas, pero monumental en muchos aspectos.
Chris Cornell mostró por primera vez su verdadera faceta de cantante – compositor – frontman en Temple of the Dog. Gran parte del disco fue compuesto por él y su trabajo en las voces sería su mejor aparición hasta la fecha (-¡Cómo te echo de menos, Chris!-). Chris fue el compañero de piso de Andrew Wood y, tras su muerte, empezó a trabajar en unas canciones en honor a su amigo. Estas canciones fueron “Say Hello 2 Heaven” y “Reach Down”.
Como curiosidad, el nombre de Temple of the Dog proviene de un fragmento de la canción “Man of Golden Words” de Mother Love Bone. Y, además, fuera de créditos oficiales, en el disco encontramos los coros de un surfero apellidado Vedder… quizás os suene ahora, pero por aquél entonces aún no era ni un novato.
Las sesiones de grabación se llevaron a cabo entre noviembre de 1990 y diciembre de 1990 en los London Bridge Studios de Seattle, Washington. El álbum se grabó en solo 15 días. El grupo trabajó con el productor Rick Parashar, quien también diseñó, mezcló y tocó el piano.
La banda trabajó sin presión alguna, pues no tenían que cumplir con ninguna compañía discográfica. Stone Gossard comentó que fue «el disco más fácil y hermoso en el que hemos estado involucrados».
Temple of the Dog
En cuanto al disco, Temple of the Dog es melódico, lento y triste. Desprende una sensación de melancolía en cada canción. Es un disco suave teniendo en cuenta el pasado de Chris y de sus Soundgarden. Dicho así, se asemeja más al futuro estilo de Pearl Jam. Tenemos un total de 10 canciones en algo menos de una hora de duración.
Las dos canciones que rompieron los moldes fueron “Say Hello 2 Heaven” y “Hunger Strike”. La primera es una de las canciones preferidas de Chris y no solía faltar en sus repertorios acústicos. Se trata de una canción triste muy melódica, con una interpretación vocal increíble (quizás la primera gran interpretación de Chris lejos de los gritos más metaleros de sus primeros trabajos).
Y la canción «Hunger Strike» se convirtió en un dúo entre Cornell y Vedder. Sin duda, es una de las canciones más destacadas del disco. Cornell estaba teniendo problemas con la voz en la práctica cuando intervino Vedder. Cornell dijo más tarde:
«Cantó la mitad de esa canción sin siquiera saber que yo quería que la parte estuviera allí y la cantó exactamente de la manera en que estaba pensando en hacerlo. Eso, simplemente instintivamente.»
Pero no todo queda resumido en estas dos canciones. Pese a que el disco no destila variedad, tenemos canciones brutales como “Wooden Jesus” o “Reach Down”, con sus más de 11 minutos de duración. Todo el disco se desliza cómodamente sin agobios. Canciones bonitas y melódicas, bien trabajadas y, pese a que la producción no es la mejor, su acabado es muy resultón.
Personalmente, considero este disco una de las piedras más importantes en la edificación del grunge. El despunte de Chris Cornell como compositor y cantante es brutal. El nacimiento de Pearl Jam y el descubrimiento de Eddie Vedder, imprescindible. Y, sin extrapolar, Temple of the Dog es uno de los discos más intensos y tristes, toda una oda a la amistad y al amor, un canto a la pérdida sin amargura. Un disco total.
Cifras y curiosidades
Temple of the Dog no solo sentó las bases finales de Soundgarden y Pearl Jam, sino que al poco tiempo se convirtieron en algo así como leyendas. El disco no supuso un éxito directo pero a los dos años llegó al puesto 5 en las listas de la prestigiosa Billboard. Además, el disco ha acabado siendo Platino tanto en EE. UU. como en Canadá.
Temple of the Dog ocupa el 58º lugar en la lista 100 Albums You Must Hear Before You Die de Kerrang!, y el puesto 474 en The 500 Best Albums of All Time de la revista Rolling Stone.