Ten – Babylon: 20º Aniversario de la más olvidada ópera rock del rock melódico

Ficha técnica

Publicado el 28 de agosto del 2000
Discográfica: Frontiers Music s.r.l.
 
Componentes:
Gary Hughes - Voz
Vinny Burns - Guitarra
John Halliwell - Guitarra
Steve Mckenna - Bajo
Greg Morgan - Batería
Don Airey - Teclados

Temas

1. The Stranger (7:21)
2. Barricade (5:23)
3. Give in this Time (5:25)
4. Love Became the Law (4:42)
5. The Heat (5:41)
6. Silent Rain (6:27)
7. Timeless (4:54)
8. Black Hearted Woman (5:35)
9. Thunder in Heaven (6:59)
10. Valentine (6:15)

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“Babylon es esencialmente un réquiem, un último adiós a la vida por parte del héroe de la historia, que se reunirá con su amor en la otra vida.” (Gary Hughes)

Es una lástima que un grupo como los ingleses Ten haya ido cayendo en picado en cuanto a credibilidad con el paso del tiempo. Siguen sacando excelentes discos en los que siempre ofrecen un par de clásicos para sus devotos, pero la creencia actual es de que se trata de un grupo de estudio, y los berenjenales en los que se ha metido Gary Hughes en directo hacen que hayan quedado como una banda de rock melódico que pudo llegar a la cima absoluta, pero que se quedó en muy poco para lo que apuntaban. Contar con tres guitarras para una sucesión de conciertos de uno cada cinco años es algo que lastra mucho su leyenda. La suspensión en Madrid fue absolutamente incomprensible y el cruce de declaraciones… triste, más que nada porque Madrid siempre ha sido especial para Hughes y quien lo organizaba era un fan absoluto del grupo.

Ten lo tenían todo. ¿Por qué no triunfaron?

Escuchando sus cinco primeros discos uno puede percibir la magia y lo especiales que eran esas obras, con canciones sublimes y un estilo de hard rock único y plenamente reconocible. Es un caso similar al de Royal Hunt, que no se entiende como a día de hoy no hagan giras con miles se asistentes en la sala. Spellbound (1999) es mi disco favorito pero este Babylon fue otra maravilla y la demostración de que estaban en estado de gracia. Lo mejor del grupo era la unión de todo un Gary Hughes con un guitarrista excelso capaz de encajar a la perfección en la banda: Vinny Burns de Dare. A ese momento de dulce hay que subrayar el hecho de poder contar con un coloso como es Don Airey. Eran tiempos en los que el gran teclista no tenía una banda fija y podías encontrártelo colaborando con Ten o girando con Graham Bonnet en solitario. Babylon es uno de los productos que mejor definieron a la discográfica italiana Frontiers en la época puesto que dotaron a todos sus trabajos de unas pulcrísimas producciones en la que las melodías ganaban. Ten y Frontiers habían nacido para colaborar y hacer cosas grandes, he aquí la demostración.

Siempre les gustó componer temas largos y dejar que su imaginación y música fluyera sin límites, pero fueron adaptándose a las exigencias del mercado progresivamente hasta llegar a Babylon en el que los temas se acercan a la duración media del hard rock. Eso no quita que algunas de sus mejores composiciones sean precisamente las que más escalan en minutaje. El gran activo de este grupo es la reconocible voz de Hughes, un tipo que posee una garganta única y un color de voz muy particular. No posee grandes subidas ni tampoco una expresividad teatral, pero es sencillamente alucinante lo hipnótico y personal de sus cuerdas vocales. Las mismas que le permiten doblarse las voces para los estribillos y facturar algo tan reconocible como propio. Es un cantante único por mucho que siempre habrá quien le achaque falta garre o que canta de forma algo plana.

El concepto de la ópera <i>rock</i>

Estamos ante una ópera rock que suele quedar olvidada y eso es absolutamente injusto. La inspiración se basa en el libro de Philip K. Dick Sueñan los androides con ovejas mecánicas, aunque el peso de su película Blade Runner es mayor, incluyendo la portada que toma esa estética prestada.

Lex Bader es el protagonista en la Tierra en el 2999. La guerra nuclear la ha devastado y la gente vive hacinada en cúpulas. Una de ellas es Babylon en donde se desarrolla la acción. Bader trabaja en la empresa puntera cibernética Cryotech Industries en la que puedes evadirte de la realidad construyendo unos avatares llamados holosuites. Lex es uno de los ingenieros, un tipo huraño, solitario y brillante que, un día, descubre el amor a primera vista cuando ve a Jen Jarret aparecer por las oficinas. Los hijos del dueño, que poco hacen en la empresa, se meten con él mientras que el amor del protagonista con su compañera de trabajo se va consolidando entre las sombras, hasta el punto que deciden aparecer juntos en una cena de empresa, algo que cabrea enormemente a Rev Devlin y Don Devlin. Esa noche Babylon amanece con la noticia de que Jen ha sido asesinada. Lex sabe quienes son los autores del crimen y construye dos holosuites femeninos al gusto de los asesinos: Angel 1 y Angel 2. Ambos seducen a los hijos del jefe Devlin y Babylon amanece con dos asesinatos más. La venganza es un hecho, pero Bader pierde el sentido a su existencia y diseña otro holosuite a imagen y semejanza de Jen, programado para matar como lo hicieron los otros dos. Con la muerte, ambos, vuelven a encontrarse en la otra vida. Se incrustan entre canciones voces narradas que van situándote en la historia como un “Buenos días a la ciudad de Babilonia”, para luego el centrarse en un androide en concreto o el crimen acaecido. Unos snippets que han quedado algo desfasados con el paso del tiempo… Una emisora de Babylon va marcando las horas para situarnos en la acción.

La música

La excelencia asoma con un tema de apertura como es “The Stranger” con un riff base muy Zeppelin (“Immigrant Song”) aunque algo camuflado por ese ataque certero de teclados omnipresentes, un bajo muy alto y un trabajo de guitarras apabullante. La voz de Gary Hughes lo une todo y a esa bellísima línea vocal se le une uno de los estribillos más definitivos de su historia. Es una composición que suma más de siete minutos y en la que sobresale la gran guitarra de Vinny Burns. Dosis extra de guitarras para otro de los grandes momentos de la obra: “Barricade”. Tenían las musas de cara y otro riff base deudor de los Zep quedaba bastido con todos los elementos que caracterizan a los de Hughes. Cuánto debería disfrutar el bueno de Airey jugando con los teclados aquí. Impresiona que haya tanto de su estilo PurpleUriah Heep y que case tan bien todo a la perfección. Atención a “Give in this Time” pues estamos ante uno de los mejores medios tiempos del grupo, con aires del Bon Jovi, pero más comercial incluso. Si te la imaginas cantada por el de New Jersey puedes verla como otro de sus clásicos que arrasan en medio mundo.

Sorprende el hecho de que el relleno apenas esté presente y en “Love Became Law” tenemos otro buen ejemplo de gran trabajo combinando todos los instrumentos en otro medio tiempo ultramelódico. El subidón que supone ese baladón llamado “Silent Rain” es de órdago. Es un disco que tira mucho de medios tiempos y baladas para transmitir la historia y hay momentos de rutilante belleza, este es uno, con una inspiración Broadway total. Las letras destacan la lluvia, que es incesante en la película, y en alguno de los fragmentos hablados se alude a un escáner óptico. Son los ojos otro de los grandes símbolos de la película Blade Runner. Uno de los grandes temas, de los más reconocidos de toda su carrera, es la elegante “Black Hearted Woman”, maravilloso corte de inspiración Bon Jovi pero sin esa garra ni esa visceralidad, pues Hughes es comedido y elegante. En “Thunder in Heaven” hay una especie de homenaje a las melodías irlandesas propias de Gary Moore con sobredosis de teclados y un gran break de batería vertebrando la composición. Su personalidad era tan arrolladora que consiguen llevarse el tema a su terreno con grandes resultados.

La inspiración Rainbow (quizá del “Gates of Babylon”) asoma en “Timeless” y una línea vocal que se acerca l “Stargazer”. Hay unos coros muy a lo Royal Hunt en otro corte que brilla con maestría. Aquí don Don Airey se siente como en casa… La balada del disco y otro de sus grandes clásicos es la balada “Valentine” que se inspira en la banda sonora de El Padrino. Belleza y caricias de teclado con la convincente garganta aterciopelada de Hughes. La otra que queda es “The Heat” con aires muy a Queensrÿche y con otro enorme trabajo de guitarras. El solo de Burns es puramente Malmsteen.

Veredicto

Menudo viaje al pasado… Cómo me enganché a este disco y qué subidón viniendo de Spellbound. Luego ya todo cambió y las cosas fueron para abajo, pero en cuanto a hard rock melódico de corte progresivo en esos días parecía que la escena la iban a dominar ellos y Royal Hunt. Es uno de los trabajos más elaborados, equilibrados y efectivos de esos días. Ese hard rock tan personal con esas teclas de Don Airey les hacía imbatibles. Babylon fue uno de los grandes discos del año 2000 y una obra de obligada escucha. Qué lástima que los fans del grupo se hayan esfumado. Sigo esperando poderles ver algún día en directo, pero… no se prodigan sobre las tablas precisamente.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.