Los que no pudimos viajar hasta el Leyendas del Rock nos quedó un inmejorable premio de consolación: un pack veraniego de grandes bandas de la Bay Area: Testament, Exodus y Heathen. Hay quienes dirán que son los grandes perdedores, pues el Big 4 posee otros nombres más rutilantes, pero se queda todo en eso: en la rutilancia. Nada le tiene que envidiar Testament o Exodus a los cuatro grandes. Incluso los Anthrax plantearon lo de que Exodus se sumara al Big 4. ¡Ilusos! Si entran los de Richmond salen perdiendo Anthrax, pues son los teloneros de los otros tres grandes.
A pesar del calor Barcelona respondió, pero respondió algo tarde, y me explico: la sala estaba preparada para una media entrada, pero se vendió mucho en taquilla hasta el punto de que pusieran esas dichosas cortinas, y eso fue un hándicap importante para los presentes reduciendo espacio. A altas temperaturas, con tanta gente, es muy desagradable estar tan apretado, y más en agosto.
Heathen tiran de la denominación de origen Bay Area para cumplir
Los Heathen estuvieron más que correctos y se limitaron bien a su papel de quinteto thrasher de la zona mágica. Entré cuando ya habían terminado con “The Blight” y atacaban “Empire of the Blind”. El sonido del quinteto prometía y el quinteto de thrash old school se desenvolvía bien con Dave White de acaparando miradas. El sustituto de Lee Altus apoyaba con coros y también tenía sus momentos solistas dando dinamismo a los temas.
Su nuevo material dista un poco de sus inicios y un tema como “Arrows of Agony” está realmente mucho más cerca de Helloween que de Testament… Este tema de su segunda etapa post 2001 se acerca al power metal americano de grupos como los primeros Savatage, Metal Church, los primeros Virgin Steele y demás. Para “Goblin’s Blade” brindó con un chupito diciendo eso de: “Salud”.
Abusaron de los tonos amarillos y azules en “Sun in My Hand” a la vez que sonaban sólidos, y “Death by Hanging”, nos recordaron que era un tema de su primera obra y que les podíamos acompañar cantándola. No terminó de ganar voces para la causa, así que terminaron con la imprescindible “Hypnotized” y con una sentencia que era más que una declaración: “Somos de la Bay Area, de San Francisco”.
Estuvo realmente bien pero quizá el pedigrí y la denominación de origen quedan algo en segundo plano cuando lo que viene luego es Exodus. ¡Menudo cambio! Por cierto, Heathen estuvieron de vacaciones unos días en Barcelona pues me los encontré el lunes.
Setlist Heathen:
Exodus pasan por méritos propios a cabezas de cartel
El cambio de intensidad vivido tras Heathen fue sencillamente brutal. Esa intro enlatada del “Kicked in the Teeth” de los AC/DC y esa muralla de ampis Marshall al más puro estilo Megadeth ya auspiciaban que lo que se nos venía encima era importante. Impresionante ataque a degüello en “The Beatings Will Continue (Until Moral Improves)” para luego regalarnos un pedacito de ese disco seminal titulado “Bonded by Blood”. Es tan fea la portada como grande es el disco.
La voz de Souza es desgarradora, el grupo muerde y técnicamente la precisión entre Jack Gibson al bajo y Tom Haunting a la batería es casi quirúrgica. La sensación que me dejaron en un lejano de festival en Lorca quedaba como una broma. Y claro, las guitarras de Gary Holt y de Brandon Ellis, con esos endiablados y enrevesados solos dejaban claro que el primero era el hombre indicado para sustituir a Hanneman en Slayer.
Es cuando un motivado y sudoroso “Zetro” proclama al viento eso de “Motherfucking Barcelona, Exodus is back!”. Para presentar “The Years of Death and Dying” de su última obra nos preguntó su frontman que cuántos teníamos el disco (se alzaron unos pocos brazos). Es un tema que tiene aires melódicos y las guitarras de Lee y Holt van en una onda más a lo Arch Enemy, más encuadrado en el death melódico sueco. Por cierto, Gary Holt lució una camiseta con el célebre logo de “Kill the Kardashians”.
“Deathamphetamine” sonó a thrash metal rabioso y duro aun siendo material de pasado el año 2000. Ese arranque guitarrero a media canción fue de lo mejor de la velada. Tras el “Blacklist” el grupo empezó una jam aprovechando el coreo típico de la Celtiberia “Oé oé oé”. Y fue tras la célebre “Piranha”, y del show enérgico e impresionante que estaban dando, que nos confesaron que de los últimos seis conciertos que habían dado, el mejor era el de Barcelona. –Nunca sabes si lo dicen cada noche, pero nos gusta que nos engañen con estas tonterías, para eso somos fans-.
“Prescribing Horror” y “Bonded by Blood” seguidas dieron buena cuenta de que apuestan por combinar material clásico con actual y que les funciona a las mil maravillas. Incluso antes de “The Toxic Waltz”, Gary, se marcó como un juego, la intro del “Raining Blood” de Slayer, uno de esos detalles tan sencillos como efectivos que siempre se ganan al respetable.
Cerraron con “Strike of the Beast” en un show de teloneros casi perfecto. Es más, si hubieran tocado como cabezas de cartel, y hubieran hecho ese mismo concierto, creo que pocos se hubiesen quejado. Puedes creer que son una banda menor si la comparas con quien la comparas, pero son leyenda, y “una leyenda menor” no deja de ser legendaria. Y a todo eso hay que subrayar el enorme trabajo y pegada de Tom Haunting. Excelentes…
Setlist Exodus:
The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)
A Lesson in Violence
Blood In, Blood Out
The Years of Death and Dying
Deathamphetamine
Blacklist
Piranha
Prescribing Horror
Bonded by Blood
The Toxic Waltz
Strike of the Beast
Testament brillan a pesar (y como suele pasar, por culpa…) del sonido
Nunca me cansaré de decirlo, porque siempre me suele pasar lo mismo: el sonido de directo de Testament no suele sonar como debería, y eso termina empañando un concierto de una de las mejores bandas que existen sobre el planeta. Gustos personales aparte.
En fin, una curiosa musiquita sonó para luego dar paso a la intro de su último disco Titans of Creation: “Catacombs”, que quedaría fundida con el “Rise Up”, trallazo en la más pura tradición Testamentera, esa misma que combinan con piezas antológicas de sus años dorados. Le tocó el turno a “The New Order” con esa bellísima intro de guitarras, a cuatro manos, por parte de Peterson y Skolnick, que lleva ese mechón blanco tan característico. Andaban con el telón de su última obra de fondo y tiraron de focos verdes y fogonazos de humo que salían del suelo apuntando al techo.
Focos blancos para maridar bien con el título de “The Pale King” del The Brotherhood of the Snake, al que añadieron un haz de luz blanquecino en fondo azul, realzando al voluminoso y excepcional Chuck Billy. Pero a pesar de los esfuerzos y del insultante nivel técnico de Steve DiGiorgio y de Dave Lombardo en canciones como “Children of the Next Level”, no se captaban todos los muchos matices ni todo sonaba perfectamente como debía.
“Practice what You Preach” es un clasicazo que iría acompañado con fogonazos de humo y con la sala cantando la letra, pues para esto están los clásicos, aunque les falte esa migaja necesaria para que suene a gloria. Presentaban nuevo trabajo. por lo que tocaba hacer sonar la contundente “WWIII” con el grupo sonando cual apisonadora, algo que darían continuidad con “D.N.R. (Do Not Resucitate)”. A nivel técnico y de entrega poco hay que criticar, a la vez que demostraban que “Night of the Witch” ha sido single por algo, sonando a clasicazo por los cuatro lados. Veremos qué temas quedan, pero esta tiene todos los números por trascender más allá de esta gira.
Uno de los nuevos clásicos es ya “The Formation of Damnation” a pesar de que en ese disco hay otras joyas a un mismo nivel o superior. Jugaron con el foco blanco dando contraste con el fondo en penumbra y el grupo tiró de posturitas. Se le dio cancha al enorme Steve DiGirgio para hacer su solazo, cosa que no tendría “el nuevo” Dave Lombardo. Y es que, a pesar de todo, quedó muy claro que Exodus sonaron mejor…
Una de mis grandes debilidades es el “Souls of Black” que abrió la caja de los clásicos finales. El bajo de DiGiorgio nos puso en solfa para que la sala se dejara las cuerdas vocales en el estribillo. Y luego la tríada inmortal de “First Strike Is Deadly”, “Over the Wall” y la arrebatadora “Into the Pit”, apoyada con los fogonazos de humo. Para pone el pestillo dejaron la canción que para mí es la mejor de toda la discografía de Testament: “Alone in the Dark”. Gran fin de fiesta.
Nunca llegaré a entender del todo el por qué Metallica llegaron tan arriba y Testament sólo al entresuelo cuando ofrecían producto similar de la Bay Area. Cada uno tiene su setlist en mente, faltó alguna balada, quizás, pero salimos bastante extasiados del concierto. Chuck y Lombardo se dejaron ver a la salida para firmas y fotos, algo que agradecimos.
Lo que está claro es que Testament posee una alineación de galácticos, la lástima es que nunca terminan de brillar como uno espera por el sonido. Es algo similar a lo que me pasa con Paradise Lost, aunque en el caso de los ingleses, hay un punto de apatía. De Exodus decir que fueron absolutamente geniales, y que, los que nos quedamos en agosto en la ciudad condal, agradecemos estas visitas en forma de concierto.
Setlist Testament: