El tercer disco de The Afghan Whigs no solamente fue el despuntar de una banda que prometía un vuelo a las alturas. También fue el destape de Greg Dulli como uno de los mejores compositores de rock de los 90. Y, además, fue la primera toma de contacto con esta nueva variante del rock en la que los sonidos más duros se abrazaban con sutileza al soul y R&B.
The Afghan Whigs se iniciaron en 1988 en Cincinnati con una propuesta de rock alternativo con aroma grunge. En 1991 el grunge estaba reinando en la cima del mundo gracias al éxito masivo de Nirvana y su Nevermind (1991). Tras sus dos discos iniciales poco relevantes decidieron abordar nuevos registros y el resultado fue abrumador. Pese a que la banda nunca ha reinado como una de las bandas tops del rock, su furor y el amor de sus fans nunca ha pasado desapercibido.
La inestabilidad golpeaba a menudo el sino de la banda. Idas y venidas eran constantes. Egos, juventud, ideas… Empezar a trabajar en el tercer disco fue algo caótico. Sub Pop, su nuevo sello, no tenía dinero para la banda (ni para ninguna). Pero el éxito de Every Good Boy Deserves Fudge de Mudhoney revivió el sello. Finalmente, la banda recibió un adelanto de $15.000 para ir trabajando en Congregation.
La banda, a parte de contar con un irrisorio presupuesto, tubo problemas con el ingeniero de sonido. Las sesiones de grabación fueron caóticas. Pero todo esto acabó siendo plasmado en Congregation, un disco que desprende tensión, un disco espinoso. Pero también fue el salto artístico definitivo para Afghan Whigs.
Sobre la creación del disco, Dulli afirmó:
“Habíamos pasado un año de gira y, antes de la ruptura, habíamos comenzado a tocar muchas versiones de canciones de R&B. (…) Hubo una gran cantidad de texturas en el sonido incluso antes de que llegáramos a hacer el disco. Eran todas las cosas que nos habían gustado antes, pero que no habíamos llegado a jugar o finalmente pudimos jugar. Creo que cuando empezamos a hacer el disco, el material por sí solo dictaba que iba a tener un sonido diferente.”
Congregation es un disco imprescindible para comprender el potencial de The Afghan Whigs. Un disco que marca el inicio de su mejor etapa. Los artistas sacaron lo mejor de si en parte porqué creyeron en su propio potencial, la seguridad en si mismos fue importante en la creación del disco. La madurez de la banda es tangible en cada pieza del disco.
Dulli también empezó a despuntar por sus dotes componiendo las letras. En Congregation, sus palabras generarían tanto elogios de la crítica como controversias, ya que exploraba las relaciones y la política sexual a través de una lente decididamente oscura. Esto se revela más vívidamente en «This Is My Confession», donde le reconoce a un amante que «solo eras carne para mí.»
11 canciones más una pieza oculta forman Congregation para un total de 45 minutos de duración. Tiempo suficiente para que el mundo acabara enamorándose de la banda con piezas como la sensacional “Her Against Me” que arranca con un punteo de guitarra que apoya unas voces féminas cálidas pero desgarradoras . En el disco también hay tiempo para las baladas como “Let Me Lie to You”, algo inédito en los dos discos anteriores. Canciones como «Miles Iz Ded», «Conjure Me» y la brutal «Turn On the Water» incorporan influencias funk y guitarra wah-wah.
La brillante e icónica portada del álbum muestra a una mujer negra desnuda sosteniendo a un bebé blanco en sus brazos, interpretada como una alusión a las influencias musicales afroamericanas de la banda. Los Whigs siempre estaban dispuestos al drama. Aquí, el impacto de la carne desnuda queda en un segundo plano después de la extraña belleza deliberada de la imagen en sí.
La música del álbum incorpora fuertes ritmos de contrapunto, armónicos de indie rock, guitarras wah-wah y slide, y riffs entrecortados con influencias de funk, metal y blues. El sonido rockero del álbum se complementa con una predominante influencia soul.
Aunque no llegó a las listas, el álbum ayudó a la banda a obtener seguidores de culto y recibir ofertas de los principales sellos discográficos, lo que los llevó a firmar con Elektra Records. Desde su recepción inicial, Congregation ha sido visto por los críticos y fans como el álbum revolucionario de la banda y un lanzamiento significativo en la música rock durante la década de 1990.
En 2002, la revista musical italiana Il Mucchio Selvaggio incluyó a Congregation en su lista de los 100 mejores álbumes por década. La revista web polaca Screenagers lo clasificó en el puesto 79 en su lista de 2004 de los 100 mejores álbumes de los años 90. Los periodistas musicales italianos Eddy Cilìa y Federico Guglielmi incluyeron a Congregation en su libro de 2010 sobre álbumes de rock esenciales.