¡Qué bonito es el rock! “Joder, siempre empiezas tus crónicas igual, espabila un poco, tío”, deberéis pensar. Y sí, tenéis razón, pero es que coño, qué bonito que es. Y cuando en una misma formación juntas tan ilustres nombres que han pasado por grupos incluso más ilustres, lo bonito se convierte en precioso.
Tenía muchas ganas de ver a The Dead Daiseis, la verdad. El concierto que se marcaron en el Rock Fest me cogió por sorpresa, ya que no esperaba nada (ni bueno ni malo), y me reventó por todos lados. Además, tras la entrevista que le hicimos a Doug Aldrich, el hype creció aún más. Eso de un concierto exclusivo para los 50 primeros me llamaba mucho…
Llegué a la cola con mucha antelación y ya era enorme. “Bueno, con acreditación me dejarán pasar”, pensé. Y no. Tenías que tener entrada y una pulserita, y no tenía ninguna de las dos cosas, así que me tocaba esperar una hora, en un día frío, y sin chaqueta. Mira, al menos descubrí un kebab cerca de Salamandra que me rescatará de las noches que me toque cubrir cosillas por L’Hospitalet.
Catstrike
Puntuales abrieron las puertas, y tras echar un vistazo al merchandising (como molan esas calaveras con margaritas), me fui a coger sitio. No recordaba quien abría, de hecho no lo sabía, y así seguí largo rato durante su show hasta que alguien del público gritó “decid el nombre de la banda”. Catstrike, ese es el nombre de la banda, y practican un hard rock la mar de apañado y resultón. Se nota que a Lex, su cantante y guitarra, aún le quedan unas tablillas para saber llevar al público. En ciertas ocasiones se le notaba como un “quiero y no puedo”, pero es joven y la cosa promete, seguro que a base de conciertos gana esas tablillas (pocas, ¿eh?) que le faltan. De momento tienen un EP y están en todas las redes sociales, así que se tendrá que hacer un seguimiento. De las 6 canciones que tocaron, sorprendieron dos pedazo de versiones, el “War Machine” de Kiss y el “Free Bird” de Lynyrd Skynyrd. Eso ya da una idea de por dónde va su música.
Antes de acabar con su crónica no quiero dejar de mencionar el nivelazo de su bajista Rick (que cantó un tema) y del batería Phoenix, tremendos ambos. Además, si algún día les entrevisto, les preguntaré por qué esos nombres (siendo tan castizos, se me hace difícil pensar que unos padres bauticen a su hijo Lex Morgan). Y como curiosidad, pasé todo el concierto pensando que su guitarra solista se llamaba Feliu, nombre muy clásico y ya en poco uso de la Catalunya central, y por eso pensé que eran de por aquí. Pues no, no es Feliu, es Filiu y son de Madrid. Sea como fuere y anécdotas aparte, el cuarteto supo aprovechar muy bien la oportunidad que se les brindó. ¡Les tendremos en cuenta!
Setlist Catstrike:
Homeless Dog
The Path He Walks
War Machine
Come Back
Vultures Laugh
Free Bird
The Dead Daisies
¿Sabéis qué es la felicidad? La felicidad es la cara de Deen Castronovo tocando la batería. Lo que transmite, en ese sentido, es tremendo, pero ya iremos luego a ello.
También puntuales, pero sin el telón típico de la sala, saltaron a escena las estrellas de la noche. Si alguien ha estado en Salamandra, que supongo que serán todos los lectores de Barcelona y cercanías, sabrá que la única entrada del backstage al escenario es por una puerta que está a la derecha, así que las entradas de los grupos suele ser un poco cutre. Lo del telón lo corregía bien. Pero bueno, que nos vamos a las ramas.
Tenemos, encima del escenario, a Doug Aldrich, Deen Castronovo, David Lowy y Marco Mendoza. Ahí es nada. Y 1, 2, 3 y… empiezan las primeras notas de “Midnight Moses”, la gente se vuelve loca y el señor John Corabi aparece en escena con sus “hey, hey, hey”. Vamos fuertes. Y más fuertes seguimos con “Make Some Noise”, “Rise Up”, “Dead and Gone” y un largo etcétera. Si juntas a los Globetrotters lo normal es que el resultado sea una máquina, y eso es lo que los Dead Daisies son, un auténtico reloj suizo, preciso hasta el nanosegundo, con una técnica sublime (lo de Aldrich fue estratosférico), y rollo entre macarra, sexy y sucio que les mete al público en el bolsillo desde el instante cero y unas tablas que dejan a cualquiera en cueros. Desde los nombres hasta los movimientos ¿pretendidamente? sexys (¿conseguidos?) de Corabi, pandereta y maracas incluidas, todo lo que está en el escenario es una auténtica apisonadora de rock and roll. Por su parte, Marco Mendoza era tremendamente aclamado, quizá el que más de la noche, y Castronovo, “la nueva margarita”, tal y como le presentó Corabi, demostró por qué está ahí. ¡Vaya lección tras los bombos! “Seguro que esto nos ha pasado a todos”, decía Corabi. “De mi decían que ya estaba muerto, que no podía hacer nada, que mi tiempo había pasado… y aquí estoy, mejor que nunca… I’m “Resurrected””. Sonó brutal.
El primer punto culminante de la noche llegó con “Join Together” de The Who, cantada a pleno pulmón por toda la sala. Sí, esto quiero destacarlo antes de que se me olvide. La conexión banda – público fue total, con una entrega absoluta de los segundos (también de los primeros), haciendo de la velada una bonita hermandad de música. Como decía, con la versión de los británicos se llegó a uno de los puntos culminantes, pues dio paso a un mini set acústico. “Set Me Free”, dedicada a las familias de los músicos, que los tienen lejos durante largas épocas, sonó brutal, tanto como “Maggie May” de Rod Stewart cantada tremendamente bien por Castronovo y la última pieza acústica, un “Let it Be” de The Beetles, absoluto referente para todos los miembros de la banda, que emocionó a propios y extraños, especialmente tras conocer la historia detrás de la canción.
Y ya, ya suficiente acústico. “Vamos a quemarlo todo”, debieron pensar, y con “Burn it Down” bien que lo consiguieron. Eso es rock y lo demás son tonterías. Así, tema a tema, llegó la hora de presentar a los miembros de la banda, y lo hicieron de una de las formas más originales que conozco. Fueron tocando trozos de la canción preferida (o una de ellas) de cada uno para que el público, a veces con ayuda de los músicos, se dejara la voz. “Highway to Hell”, “I Love Rock n’ Roll”, “Long Live Rock n’ Roll”… vamos, la crema del estilo. Llegamos al final con “Long Way to Go” y “Helter Skelter”, otra vez de los Beatles. Mucha gente se ha quejado de la cantidad de versiones que tocaron y de lo largo de los parlamentos (Corabi y Mendoza a la cabeza), pero a mí no me desentonó ni un ápice, la verdad.
Llegámos al punto del “oé oé oé oé”, y volvemos a tener a la cuadrilla en escena para tocar las dos últimas, ahora sí, canciones de la noche. “Mexico” y “Highway Star” de Deep Purple pusieron el broche final a un concierto memorable de rock, de actitud, de sonido (aunque en ocasiones puntuales estuvo demasiado alto), de simpatía… vamos, un bolazo como la copa de un pino de algo más de dos horas de duración. Muy ansioso por que vuelvan por aquí.
Y además, tras muchos conciertos intentándolo, esta vez me llevé una púa. Una de Marco, así que de esta forma empieza mi colección ^^
Setlist The Dead Daisies:
Midnight Moses
Evil
Make Some Noise
Rise Up
Dead and Gone
What Goes Around
Resurrected
Last Time I Saw the Sun
Join Together
Set Me Free
Maggie May
Let It Be
Play Video
Burn It Down
Play Video
All the Same
With You and I
Band Intros
Leave Me Alone
Bitch
Song and a Prayer
Long Way to Go
Helter Skelter
Mexico
Highway Star
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.