En el torbellino sonoro del 2004, The Dillinger Escape Plan irrumpió con Miss Machine, su segundo álbum de estudio, marcando un antes y un después en el panorama del mathcore. Este disco, lanzado bajo el sello Relapse Records, supuso el debut de Greg Puciato como vocalista y Liam Wilson al bajo, y representó un salto cuántico hacia un sonido más experimental y desafiante.
Tras un hiato de cinco años desde su álbum debut, Calculating Infinity (1999), marcado por una serie de eventos desafortunados y un EP colaborativo con el icónico Mike Patton titulado Irony Is a Dead Scene (2002), The Dillinger Escape Plan regresó con la fuerza de un huracán. Miss Machine, producido por el reconocido Steve Evetts (Poison the Well, Sepultura, Every Time I Die, Earth Crisis).
No es un disco para oídos sensibles. Es una avalancha de riffs frenéticos, ritmos complejos y cambios de tempo abruptos que te atrapan desde el primer segundo y no te sueltan hasta el final. La voz de Greg Puciato es un instrumento en sí misma, pasando de guturales desgarradores a gritos agudos con una facilidad pasmosa.
Sin embargo, Miss Machine es mucho más que ruido y furia. Es un álbum lleno de creatividad e ingenio, con composiciones intrincadas que sorprenden y emocionan a cada escucha. La banda no teme experimentar con diferentes géneros, incorporando elementos de jazz, metal progresivo e incluso música clásica a su sonido característico.
Miss Machine es un viaje sonoro que te atrapa desde el primer acorde y te lleva por una montaña rusa de emociones. Cada canción es una aventura única, desde la frenética «Panasonic Youth» hasta la melancólica «The Perfect Design». La banda explora diferentes atmósferas y géneros, desafiando al oyente con su virtuosismo técnico y su creatividad sin límites.
«Panasonic Youth» es un tema frenético que abre el álbum con una explosión de energía. Es el típico y protitípico tema que esperas que abra un álbum suyo, en el que los riffs de guitarra caóticos y ritmos complejos marcan la pauta. La voz de Greg Puciato es una fuerza arrolladora desde el primer momento; tras apenas 15 segundos de bondades vocales, ya nadie echa de menos a Dimitri Minakakis, vocalista original de la banda. Una introducción perfecta al estilo experimental y caótico de Miss Machine.
Sin dar un solo segundo de respiro, llega «Sunshine the Werewolf», un viaje psicodélico a través de paisajes sonoros inesperados y repentinos. Asaltos sónicos, cambios de tempo abruptos y atmósferas cambiantes mantienen al oyente en vilo. La música –que no la voz– se vuelve más melódica hacia el meridiano, añadiendo contraste a la canción. Un tema que claramente demuestra la versatilidad de la banda y su capacidad para crear composiciones complejas.
En tercer lugar tenemos «Highway Robbery», toda una ráfaga de adrenalina pura con riffs rápidos y ritmos trepidantes. La voz de Puciato es, por momentos, menos agresiva, recordando en ocasiones el trabajo que el bueno de Mike Patton nos ofreciera en Irony Is a Dead Scene. Pero cuando sube, cuando Puciato juega a ser él mismo, transmite una sensación de urgencia. Al igual que pasa en el anterior corte, hacia la mitad cambian las reglas del juego porque sí, pero poco a poco va subiendo de nuevo de intensidad. Un tema ideal para descargar energía y liberar adrenalina.
Y justo cuando parece que llega el momento de tomarse un respiro, aparece «Van Damsel» con más terrorismo sonoro. La voz de Puciato retoma su agresividad, tumultuosidad y exageración, llevando la intensidad del álbum a nuevos niveles. Años más tarde surgirían un par de bandas con este mismo nombre.
Pero con la siguiente, «Phone Home», sí que bajan las revoluciones. Aquí, Puciato juega de nuevo a ser Patton. Al tema le cuesta entrar casi dos minutos, pero cuando lo hace, se nos muestra un tema pegadizo y sosegado. A pesar de ello, es quizá el corte más flojo.
La épica grandilocuente de «We Are the Storm» te eleva con su energía y su mensaje empoderador. La voz de Puciato alcanza su punto álgido en este tema, transmitiendo una pasión contagiosa. Un tema ideal para cerrar un concierto o para motivarte a perseguir tus sueños.
«Crutch Field Tongs» es un breve interludio instrumental que sirve como puente entre «We Are the Storm» y «Setting Fire to Sleeping Giants». Un tema atmosférico y oscuro que prepara el terreno para la explosión de energía de la siguiente canción.
«Setting Fire to Sleeping Giants» es, como adelantaba, toda una explosión de furia y energía que te atrapa desde el primer segundo, y eso que no empieza ahí arriba. Riffs de guitarra brutales y ritmos demoledores que te dejan sin aliento. Aquí, la voz es menos gutural y agresiva que nunca. La parte del coro es, simplemente, sublime. Un tema que te hará sudar y que en vivo gana muchísimos enteros.
Encarando ya la recta final, nos topamos con «Baby’s First Coffin», un tema oscuro y claustrofóbico que te envuelve en una atmósfera opresiva. De nuevo, guturales y desesperación al servicio de un tema que explora los lados más oscuros de la naturaleza humana.
El clímax menos frenético llega de la mano de «Unretrofied», uno de los cortes más célebres de este Miss Machine, una de las canciones más accesibles y melódicas del álbum. A diferencia de la mayoría de las pistas del álbum, conocidas por su complejidad técnica y agresividad, «Unretrofied» ofrece un enfoque más estructurado y melódico. La voz de Greg Puciato muestra una sorprendente versatilidad, combinando melodía y emoción sin perder la intensidad característica de la banda. La canción incorpora elementos electrónicos y una producción más pulida, lo que la convierte en una experiencia auditiva única dentro del catálogo de The Dillinger Escape Plan.
Y cerrando el disco, tenemos «The Perfect Design», una culminación de la intensidad y la experimentación que caracterizan al disco. La canción combina riffs complejos y ritmos disonantes con momentos de sorprendente melodía. La voz de Puciato alterna entre la furia visceral y una entrega más melódica, creando una dinámica poderosa y emotiva, perfecta para poner el punto y final.
Miss Machine es un álbum que no deja indiferente. Es un viaje caótico, experimental y lleno de energía que te desafía y te emociona a partes iguales. Un disco que marca un hito en la historia del mathcore y consolida a The Dillinger Escape Plan como una de las bandas más innovadoras y viscerales del rock moderno. Un álbum que te atrapará desde el primer acorde y te dejará con ganas de más.
Más allá de su valor musical, Miss Machine es un ejercicio de audacia y creatividad. Es un disco que rompe las barreras del género y explora nuevos territorios sonoros, mientras nos invita a abrir la mente y a dejarse llevar por la furia, la pasión y la experimentación.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.