Que dos de tus bandas favoritas saquen disco el mismo día no es algo que pase muy a menudo, pero este 25 de agosto de 2017 ha ocurrido precisamente eso. Por un lado, el esperadísimo Malina de los noruegos Leprous y su vanguardia progresiva, que diseccionaremos en breve con todo el detalle y la atención que se merece para ver si está a la altura del espectacular The Congregation. Por otro, unos centenares de quilómetros hacia el este y otros tantos hacia el sur, los suecos The Haunted nos quieren demostrar que sus mejores días no son cosa del pasado, y bajo los mandos de los inefables Per Bjorler y Patrik Jensen nos presentan este Strength in Numbers que supone su noveno álbum de estudio y el segundo del que podríamos llamar su Mark IV particular.
Durante unos cuantos años, The Haunted fue probablemente mi banda favorita, simbolizando todo lo que me gusta en el metal. Su debut (1998) me pareció sencillamente espectacular, exactamente lo que necesitaba de un disco en ese momento exacto de mi vida musical. En esa época yo escuchaba mucho a bandas como Refused, Raised Fist o Snapcase, y The Haunted fueron capaces de construir el puente perfecto entre ese hardcore trallero y metálico y el death metal melódico de inspiración At the Gates que siempre me había encantado (banda, por cierto, de la que provenían varios de sus componentes). Con la inmediata primera marcha de Peter Dolving y, en consecuencia, la primera llegada de Marco Aro para encargarse de las voces, los suecos dejaron algo de lado su componente más punk para centrarse en ser una máquina casi perfecta de hacer death metal melódico rabioso, compacto y agresivo. The Haunted Made Me Do It (2000) y One Kill Wonder (2003) me parecen discazos absolutamente maravillosos que nunca me he cansado de escuchar, y contienen algunos temas que cuento entre mis favoritos de la historia del metal. Marco se fue de nuevo y Peter volvió de nuevo para grabar hasta cuatro álbumes en los que la banda se fue desatando progresivamente en su experimentación, llegando a su punto culminante en el tremendamente infravalorado Unseen (2011), una locura über-melódica y llena de desvaríos Toolianos y casi-alternativos que me flipa.
Llegados a este punto, la segunda marcha de Peter Dolving y el abandono también del batería Per Moller Jensen y de Anders Bjorler, miembro fundador de la banda, para centrarse en la reunión de At the Gates, pusieron un poco en entredicho la continuidad de The Haunted. Pero Per Bjorler y Patrik Jensen, los miembros restantes, hicieron lo mejor que podían hacer: reclutaron de nuevo a Marco Aro y a Adrian Erlandsson, batería original en su disco de début y toda una institución tras los parches, para que junto al guitarrista Ola Englund formaran la escuadra que se ha mantenido hasta ahora. Y para volver a empezar, decidieron hacerlo desde el terreno familiar donde lo habían dejado justo antes de la marcha de Marco 10 años atrás. Exit Wounds (2014) fue la continuación natural de One Kill Wonder, una mezcla compactísima entre death metal melódico, thrash y hardcore, sazonado todo con un montón de rabia y multitud de riffacos que, de nuevo, se me incrustaron en el tuétano y me engancharon de forma algo inesperada.
Así que después de asentarse y de ser capaces de empezar de nuevo, The Haunted han decidido ser valientes y evolucionar. Eso es lo que han hecho constantemente a lo largo de su carrera, así que no es tampoco ninguna sorpresa. Y ya está bien que lo hayan hecho, por supuesto, el problema es que lo que escucho aquí ni me acaba de atrapar ni me suena particularmente inspirado. Este Strength in Numbers parece menos rabioso, más comedido y con mucha menos chicha que casi nada de lo que han grabado hasta ahora. Hay mucho espacio, muy poca urgencia y, sobretodo, una alarmante falta de riffs de aquellos a los que no te puedes resistir. Pero esto tampoco se traduce en melodías infecciosas, así que el disco va pasando un poco por tierra de nadie durante los 38 minutos que dura sin acabar de engancharte nunca, adoleciendo de canciones y de momentos a los que te puedas agarrar y digas «coño, ahí!».
Y eso que el inicio con la intro «Fill the Darkness with Black», un tema casi progresivo, es bastante prometedor. Y el enlace con el feroz principio de «Brute Force» también apunta bien, pero incluso ésta me parece una canción con mejores intenciones que resultado. La propia «Strength in Numbers» o sobretodo «Tighten the Noose» intentan emular el dinamismo que les caracterizó en sus mejores momentos con Marco a las voces, y son buenos temas que te hacen mover la cabeza con cierto convencimiento, pero la falta de riffs realmente molones evita que consigan llegar al nivel no ya de sus canciones más celebradas a principios de los dosmiles, sino de lo que nos ofrecieron en el propio Exit Wounds. También la idea detrás de «The Fall» me gusta bastante, pero una vez más el resultado parece quedarse a medias, con algunos momentos muy buenos y otros muchos llenos de indefinición y previsibilidad.
Mientras tanto, temas como «Spark», «Preachers of Death» o la final «Monuments» toman un camino cercano al groove metal melódico con toques thrasheros y atmosféricos que no están tampoco mal pero a los que les falta algo de concisión y, sobretodo, de punch. En estos temas hay momentos disfrutables, claro, pero también percibo una falta general de consistencia y, sobre todo, de una memorabilidad de la que siempre, en todas sus épocas, han ido muy pero que muy sobrados. Así que el principal problema que yo le veo no es la aproximación, que ya ves tú, creo que me he autodemostrado muchas veces que tengo la mente más que abierta a cambios de rumbo en casi todas las bandas que me gustan, sino que en este nuevo camino les falta algo de la personalidad y la autenticidad que había estado incrustada en sus genes desde el minuto uno. Por momentos (muchos solos, por ejemplo), suenan a Arch Enemy, en otras líneas tanto vocales como instrumentales tienen una retirada a los Testament de la época The Gathering, «This is the End» gira alrededor de un riff entre Pantera y Down bastante poco excitante, mientras que gran parte de «Means to an End», por ejemplo, a pesar de tener un par de muy buenos momentos, me suena a imitación algo floja de Hatebreed.
A ver, no voy a decir que es un disco terrible, porque no lo es. Es un disco muy distinto a lo que esperaba y quizás estoy siendo injusto y necesito muchas más escuchas para asimilarlo y entenderlo como se merece. O a lo mejor tenía las expectativas demasiado altas, teniendo en cuenta que es una banda que he amado desde el primer día y de la que me gustan todos sus discos sin excepción, pero Strength in Numbers no ha conseguido atraparme después de repetidas escuchas, pareciéndome probablemente lo más insulso e inofensivo que han grabado en toda su carrera. No me atrevería a decir que suena genérico, ya que hay cosas en las que asumen ciertos riesgos, pero tampoco me parece del todo fiel a su propia esencia. Y bueno, es una pena, pero la estima y el respeto que siento por esta banda no baja ni un milómetro a pesar de lo que me parece un pequeño borrón, y aunque auguro que no me voy a poner demasiado este disco, tengo ocho más para seguir disfrutando de ellos como un enano.
The Haunted pisarán la península a principios de 2018, con conciertos en Vigo, Bilbao, Zaragoza y Madrid. Para desgracia mía y de muchos otros fans catalanes, parece que no van a parar en Barcelona, y la verdad es que ya tocaría porque no han estado por aquí desde 2009. De hecho, la última vez que yo tuve la oportunidad de verlos tuvo que ser en Brisbane, Australia, durante la gira del Versus en 2008. ¡Espero que para la próxima no me tenga que ir tan lejos!
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.