The Hives – The Death of Randy Fitzsimmons

11 años han tenido que pasar desde el último trabajo de estudio de The Hives. La espera ha llegado a su fin y hace unos días veía la luz The Death of Randy Fitzsimmons, el sexto álbum de los suecos. Con 12 canciones que superan por poco la media hora, consiguen resumir musicalmente su trayectoria, desde esos primeros álbumes más cañeros hasta la experimentación con sonidos más indie o incluso con elementos electrónicos.

La cosa empieza con el single «Bogus Operandi» y la energía y actitud de ese Veni Vidi Vicious (2000). Buen temazo puramente Hives para abrir, de esos que vas a tener varios días en la cabeza. Inmediatamente vamos a territorio más punki con «Trapdoor Solution», que recuerda a los cortes alocados de su debut, Barely Legal (1997). «Countdown to Shutdown» certifica un inicio de lujo, siendo una pista cañera y bailable a partes iguales. También viene con un videoclip la mar de divertido.

Bajan un poco las revoluciones en «Rigor Mortis Radio», acompañada de palmas y el desparpajo habitual de Pelle Almqvist. Esos coros tan característicos de sus compañeros suenan de miedo. En este segundo acto empezamos a oír sonidos no habituales en el garage rock, como algunos vientos en «Stick Up». Las partes de guitarra solista de Nicholaus Arson siempre tan simples y estridentes, pero consiguen añadir a los temas ese punto extra de intensidad y guarrerío en el momento adecuado. «Smoke & Mirrors» suena más indie rock, pero la energía inherente a The Hives sigue presente también en estos cortes más mansos.

En cuanto al sonido, han tirado a lo vintage, todo suena bastante maquetero. Aunque ya sabemos que les gusta ese punto de suciedad en las mezclas, en este caso lo han subido un punto más que en el anterior Lex Hives (2012). Se nota especialmente en «Crash Into the Weekend», «Two Kinds of Trouble» o «The Way the Story Goes», hasta hay una ligera distorsión (o no tan ligera) en la voz. Y esta decisión me parece acertadísima, estamos hasta el cuello de discos sobre-producidos y que intentan sonar lo más limpios posible. Y qué queréis que os diga, esto suena a rock ‘n’ roll de verdad. Han sabido sacar un sonidazo que nos lleva a épocas pasadas, pero que a la vez suena potente y tampoco desentona para nada en el día de hoy.

«The Bomb» es seguramente la canción más loca del disco, un sinsentido de letra que solo se les ocurriría a ellos y con el pie en el acelerador, pero siempre con clase. Contraste total con «What Did I Ever Do to You?», con batería electrónica y sonidos de sintetizadores. Podría parecer una balada, pero esos ritmos tampoco te dejan parar de mover la cabeza, y lo rematan con unos vientos que vuelven a aparecer para el estribillo final.

Vuelven a la rapidez inicial con «Step Out of the Way», cerrando el plástico con otra breve vuelta a las raíces. Seguramente, The Death of Randy Fitzsimmons no va a ser recordado como el mejor trabajo de la banda, pero sí que tiene tres o cuatro temas que pasarán a ser habituales en sus conciertos, porque les veo un potencial tremendo en directo. Podremos comprobarlo en octubre, ya que su gira pasará por Barcelona, Madrid y Santiago.

The Hives siempre han sacado muy buen material y han forjado una discografía muy sólida con los años. Hoy en día siguen sin un disco malo, aunque es verdad que después de tantos años, una escasa media hora de música sabe a poco. ¡Esperamos que no tenga que pasar tanto tiempo para la próxima!

Aleix Besolí

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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.

También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.