Después de haber contemplado, en pocos meses de distancia, los planteamientos por separado de los hermanos Robinson, es inevitable que uno efectúe odiosas comparaciones. Y, seguramente, no soy el único en realizar estas, acertadas o chismosas, disquisiciones. La más injusta, por supuesto, sería la de contabilizar el número de asistentes en las recientes actuaciones de los dos combos. Una Razzmatazz 2 con solo medio aforo puede palidecer ante la considerable audiencia del pasado Festival Azkena o una sala Bikini a rebosar, pero reconozco que es muy pernicioso valorar ambas propuestas con este simple y circunstancial cálculo matemático. Lo que si queda patente es que el poder de convocatoria de estos enemigos de sangre no es el mismo que tuvieron cuando, laborando al unísono, dejaron gente en la calle Almogàvers, en un lejano diciembre de 1992.
Por otra parte, en muchos aspectos, es el menor de la familia quien más se acerca a la biografía de la disuelta banda madre. De entrada ese descarado guiño pajaril en el nombre del grupo denota un nada censurable spin-off. La esencial aportación de varios antiguos compañeros de fatigas (dos en la actualidad, el guitarrista Marc Ford y el bajista Sven Pipien, aunque llegaron a ser cuatro cuando el finado teclista Eddie Harsch y la corista Charity White fueron integrantes de pleno derecho) confirma la prolongación de este legado que, sobre todo, se ve corroborado con un pronosticable repertorio en el cual diversas y alternantes canciones de The Black Crowes ocupan un espacio preponderante. Y es a partir de aquí, en el origen de las raíces y en el procedimiento musical, donde divergen los caminos. A mi parecer, como desde antaño.
Tras dos horas de concierto, el que subscribe comprueba que el lenguaje sonoro de The Magpie Salute es conciso y directo. Ciertos temas se alargan pero no se transforman en jam sessions de manual ni, pese a la disposición del imprescindible incienso, en interminables desarrollos lisérgicos. Durante el bolo, talmente como si hubiese sintonizado una genuina emisora de radio estadounidense, obtengo una mixtura de rock setentero, hard rock, blues, country, soul, góspel y funk. Un compendio de secuencias con abundantes destellos sureños, puntuales gotas psicodélicas y una breve exposición acústica. Las partituras del propio conjunto fraternizan con versiones de los proyectos en solitario de algunos de sus componentes principales y de formaciones clásicas como Blind Faith, The Velvet Underground o, sorpresivamente, Echo & The Bunnymen. Pero son las perlas extraídas de «By Your Side», «Shake Your Money Maker», «The Southern Harmony and Musical Companion» o, especialmente, del sensitivo «Amorica», las que reciben el aplauso unánime.
A modo de epílogo, aunque certifico que el sexteto, con unas directrices totalmente claras, está absolutamente cohesionado y sobradamente rodado, no puedo eliminar la sensación de haber presenciado una acomodada copia de un fundamental molde. Primordialmente cuando, en determinados instantes, me dio por cerrar los ojos.
Setlist The Magpie Salute:
High Water
Take It All
For the Wind
Open Up
Had to Cry Today
The Killing Moon
Smoke Signals
Yesterday I Saw You
Sister Moon
Hand in Hand
Welcome to the Goodtimes
Walk on Water
The Vulture
What Goes On
Can You See
Ballad in Urgency
Wiser Time
Thorn in My Pride
Jealous Again
Send Me an Omen