Algo se cuece en Irlanda, algo de lo que aún el mundo no se ha percatado. La escena post punk está emergiendo fuerte, principalmente en Dublin y ya son varias bandas las que nos están azotando a diestro y siniestro. Si Idles son los abanderados del género en el archipiélago británico, este año se han destapado sus dos discípulos directos. Hace unas semanas yo mismo comenté el disco debut de Fontaines DC, y hoy os presento el debut de The Murder Capital, un soberbio álbum debut titulado When I Have Fears.
Me cuesta recordar un resurgimiento de escena tan brutal y tan centralizado como el que se está viviendo en Irlanda. The Murder Capital rizan aún más su sonido para atraparte desde el primer minuto en un deprimente juego en el que las sensaciones se viven a flor de piel. Y no es para menos, la principal motivación del quinteto para lanzarse con When I Have Fears fue el suicidio de un amigo muy cercano a la banda. Este hecho sobrevuela durante todo el disco y los temas siempre acaban vertidos en la muerte como concepto, como final, como fin.
Lo más sorprendente en lineas extra-musicales es la elección del productor, nada más y nada menos que Mark Ellis, más conocido como Flood, quien produjo discos como Movement de New Order o From her to Eternity de Nick Cave and The Bad Seeds, casi nada. Un Flood que escuchó un par de demos y apostó fuerte por los dublineses. Supo sacar lo mejor de estos jóvenes artistas y plasmarlo en el plástico. Flood será algo así como el primer padrino de la banda de Dublín. También se debe prestar atención a la imagen de portada en la que se ven unos refugiados protegiéndose de una brutal tormenta de arena en el desierto. Cruda imagen de una de las realidades más duras de este siglo XXI, los migrantes.
“There is Nothing on the other side”, la vida es dulce pero corta, agoniza el vocalista James McGovern en intenso tema “Don’t Cling to Life”, un tema escrito tras la pérdida de la madre de uno de los artistas. I es que en When I Have Fears encontramos mucho de pérdidas, de llantos, de desesperación. Un álbum vivido en primera persona que recita con agonía y dureza uno de los primeros principios de la oscuridad, los miedos. Un disco escrito y compuesto a través de la propia experiencia lo que le da un plus de veracidad remarcable.
Musicalmente el disco es enorme, sobra destacar el papel en la batería de Diarmuid Brennan quien nos invita a viajar al mismísimo mundo tenebroso de Joy Division. Aunque en el dramatismo de la bella voz de McGovern es donde siempre acabas prestando más atención. Su estilo mezcla la cara post punk de Ian Curtis con un toque gótico intenso a lo Nick Cave. Mucho potencial tiene el joven McGovern. Las guitarras juegan otro papel sumamente importante en The Murder Capital, siempre saben donde sonar y cuando dejar de hacerlo. El quinteto es capaz de representar perfectamente cada momento y su derivación temática, un sonido para la pena, otro para la pérdida, otro diferente para la esperanza u otro para el remordimiento. Sin leer las letras sabes de que están hablando.
Los diez cortes de When I Have Fears son obras de una trascendencia memorable. Cada tema respira por si mismo y se independiza del resto. “For Evening” abre el disco de forma pesada hasta que cierta locura metálica envuelve el tema cuando llegamos al minuto y medio, una explosión metálica que sirve como introducción a la herramienta más destacada del corte, las voces. “More is Less” tiene una derivación hacia el post hardcore, otra faceta del post punk que los de Dublin saben explorar. La deprimente “Green and Blue” da paso a las dos partes de “Slowdance” que son como volver a la caótica y deprimente Manchester de Joy Division, bellas melodías llenas de emociones.
La segunda mitad del disco empieza con la preciosa melodía de “On twisted ground”, un sencillo tema en el que la voz delicada de McGovern se apoya sobre la bella y pausada melodía de bajo de Gabriel Blake. “Feeling Fades” logra aportar algo de luz con los registros más melódicos de McGovern. En “Don’t cling to life” nos logran volar la cabeza con un tema de corte The Cure. “How the streets adore me now” luce un lúgubre piano acompañado por unas oscuras voces a lo Nick Cave, un tema precioso. Y finalmente llegamos al cierre con “Love, love, love”, cinco minutos de puro post punk.
Así como sus homólogos Fontaines DC, The Murder Capital firman uno de los mejores debuts de lo que llevamos del año e incluso les logran superar por poco. La elección de un gran productor les ha llevado a sacar lo mejor de si y saber enfocar cada tema como es preciso siempre en acorde a la estética post punk. Estaremos pendientes de su trayectoria.