Desde Suecia vuelve la banda de soft rock–AOR de altos vuelos The Night Flight Orchestra con la segunda parte de Aeromantic (2020) para deleite de todos sus seguidores/-as. David Andersson y Björn “Speed” Strid son el alma de un grupo que con cada disco más nos convencen de que estamos ante un grupo capaz de crecer sin medida. La cantidad de estribillos para el recuerdo, el estilo y la clase con los que los ponen en marcha son contagiosos hasta la extenuación. Dan ganas de enfundarse pantalones de campana y salir a bailar.
Es un grupo que gusta a todo tipo de públicos, y lo que empezó como un divertimento amenaza con comerse a su otro proyecto: Soilwork. Es más, The Night Flight Orchestra ha influenciado a Soilwork, y para bien. Aquí está todo un Sharlee D’Angelo al bajo y mantienen gran parte del núcleo primigenio, si bien han cambiado recientemente al teclista, contando ahora con John Lönnmyr. Lo que en un primer momento iba para disco doble pasó a quedar dividido en dos, y he aquí su segunda parte.
Pero… posiblemente me quede con la inmensa primera parte. Esta segunda entrega rebosa calidad, pero no es tan directo ni te llega con la fuerza del primero. Hay tres temas rotundos, de los que te enamoran ya a la primera escucha, pero hay que dejarles un tiempo al resto y más escuchas para poder llegar a paladear este material, surgido en su día como un puro divertimento.
Ya en “Violent Indigo” puedes disfrutar de esas influencias clásicas y efluvios de los 70 y 80. Teclados dominando en versos y repuntando estribillos con extra de coros. Pura felicidad servida con mucha clase, gran trabajo de Strid a las voces y un solo de David muy deudor de esos viejos tiempos. Pero irremediablemente hay que caer a los pies de una maravilla tal como es “White Jeans”. Justo lo que el fan espera de esta gente: es maravillosa, el single perfecto. No me equivocaría si la nombrara entre las cinco canciones del grupo… y mira que tienen material estelar.
Los estribillos memorables asoman orgullosos en este trabajo y “How Long” siendo una prueba evidente de ello. Positividad y regusto a los Asia, Toto y demás, con un feeling tan particular como elegante. Y la acción no decae en “Burn for Me”, muy de banda sonora de los 80, con todo ese delicioso poso a lo Survivor. Atención al solo de sintetizador y teclado y a esos coros enormes de las dos coristas que tanto color y juego dan al grupo.
Los aires setenteros y el ambiente disco-funky irrumpe en “Chardonnay Nights”, una pieza de esas que son tan evocadoras como logradas. Bailable y divertida como pocas. En “Change” nos encontramos con un medio tiempo más ampuloso. Echan el resto en la deliciosa y almibarada “Amber in the Window”, absolutamente irresistible. Con qué facilidad facturan estas piezas tan redondas. Incluso las guitarras tienen unos aires a lo Queen–Brian May. Más colores a una paleta rebosante de tonalidades.
Orientación arábiga en los teclados de “You Belong to the Night”, que es junto a “White Jeans” la más luminosa y efectiva de todas, con una gran línea vocal y ese reverb ochentero en la percusión de Jonas Källsbäck. Incluso esos efectos de láseres y esos coros de las dos chicas contribuyen a hacer crecer la canción. En “Zodiac” volvemos al elegante funk de base rematado por otro pegadizo estribillo.
“Moonlit Skies” es la encargada de poner el fin de fiesta y lo hace de modo más templado. Grandes contramelodías para vestir el tema con la elegancia que siempre atesoran. De verdad que la gran clave de todo ello es la versatilidad enorme de un Björn que siempre da la talla. Completan el disco “Midnight Marvelous” y “I Will Try” manteniendo tipo y estilo. El efecto sorpresa hace ya varios discos que se esfumó, pero todo el material sigue calando.
Estamos ya ante el sexto disco de The Night Flight Orchestra, y todos de una calidad compositiva y de una ejecución sencillamente exquisita. Como en cada obra publicada es un viaje en primera clase a la felicidad, un lujo de altos vuelos. Hacen que parezca enormemente fácil el conseguir esos estribillos dorados y que todo encaje a la perfección. Es sencillamente insultante, y de verdad os digo que no es su disco más redondo, pero como siempre, enamora. Han despegado, pero todavía no han alcanzado la altura de vuelo…