La reseña de un nuevo disco de The Smashing Pumpkins es un tema sumamente sensible pues es fácil perder la objetividad y la imparcialidad, caer en la trampa de querer viajar al pasado y compararsus trabajos más recientes con los de la su década gloriosa de los 90 con los brutales Siamese Dream (1993), Mellon Collie and the Infinite Sadness (1995) y hasta con el menos inspirado Adore (1998). Todos sabemos que en estas comparaciones cualquier material nuevo de los de Chicago va a perder por goleada. Pero, ¿acaso Shiny and Oh So Bright Vol.1 es un mal disco?
Vendido como un disco “reunión” con Billy Corgan al mando junto a los miembros originales Jimmy Chamberlin y James Iha, este nuevo trabajo apuntaba a ser uno de los discos del 2018 pese que todos sabían que la recepción del mismo no sería entre aplausos y vítores. Uno de los temas que más controversia ha causado es que dicha reunión no incluyera a la también fundadora de la banda D’arcy Wretzky.
Cada trabajo de los de Billy Corgan desde el año 2000 ha sufrido el azote de prensa y fans. Pese que ningún trabajo es malo si ha habido un par de detalles más preocupantes: la pasión y la desgana. Uno de los principales factores que un servidor intenta captar al hablar de un disco es si éste ha sido gestado con pasión, con ilusión y ganas, esto a veces es complicado de captar pero ese sentimiento que te queda tras varias escuchas a los temas individualmente o al reproducir todo el álbum es el que me inclina a favor o en contra de los “sentimientos del disco”, Shiny and Oh So Bright Vol.1 tiene sentimientos, tiene una pasión que me obliga a remontarme hasta 1995 cuando Mellon Collie se convirtió en el álbum de cabecera de miles de rockeros. Las canciones logran cobrar vida y se deslizan ágilmente rodeando el tema de sensaciones normalmente positivas.
Se trata de álbum rock alternativo clásico bañado con un sonido actual, moderno. Este Billy Corgan nos recuerda al que nos enamoró con la simbiosis que formaba su figura y su voz con la banda. La madurez y la sensibilidad rebosan en cada nota y en cada palabra de cada tema. Y por último y casi lo más destacable del disco, la voz de Billy está mejor que perfecta, su control y poderío no solo ha perdido un ápice, sino q ue ha logrado incluso mejorar con los años.
En cuanto a los temas, pocos temas pero de enorme calidad, algo más de media hora de rock en mayúsculas. El álbum arranca con los compases de “Knights of Malta”, tema pegadizo con algún que otro solo y un respaldo ascendente de voces femeninas que funcionan de maravilla en el contexto del tema. A continuación nos encontramos con “Silvery Sometimes (Ghosts)” uno de los temas con más gancho de los últimos años de la banda, un tema con el sonido clásico pero fresco, con una soltura increíble. “Travels” mantiene la tónica general antes de llegar a otro de los hits del disco, “Solara”. El que fuera el primer single es un tema rockero descomunal, guitarras afiladas, batería punzante y un Corgan excepcional en las voces, el tema mejora aún más a partir del minuto 2:30 con el cambio de ritmo brutal.
Tras cruzar el ecuador, “Alineation” es 100% Smashing, sutil y delicada. La veloz “Marchin’ On” con ese punto punk rock que también la convierte en un tema adictivo. Y llegando al tramo final primero topamos con “With Sympathy”, quizás el único pero del disco, un tema lento pero sólido que mejora con las escuchas, tema que con su tempo más bajo contrasta con la dureza de los demás temas del álbum. Y cerrando encontramos “Seek and You Shall Destroy”, otro corte rockero con un riff complejo y pesado de Corgan que se ilumina y ameniza en los estribillos fácilmente coreables.
“I want my band back, and my songs, and my dreams” escribía Billy Corgan en 2005 sobre el retorno de The Smashing Pumpkins, des de entonces han pasado 13 años y tres discos y no es hasta ahora que su frase cobra vida y toma sentido, al final la banda, los temas y los sueños han vuelto. Todo esto es lo que da sentido a Shiny and Oh So Bright Vol.1.