A lo largo de dos décadas, The Used ha sido una banda que, aunque nunca dejó de estar presente, ha tenido sus altibajos en la escena musical. Formada en 2001 en Orem, Utah, irrumpió con fuerza en la escena del post hardcore con su primer álbum homónimo en 2002. Sus desgarradoras letras y energía explosiva rápidamente captaron la atención de l@s fans del emo-punk. Sin embargo, fue tras la publicación de su segundo álbum, In Love and Death (2004), que realmente consolidaron su lugar en la escena musical, canalizando el dolor personal del vocalista Bert McCracken en un sonido emocionalmente visceral y melódico. Durante los primeros años de su carrera, The Used se convirtió en una de las bandas más representativas de la era del emo y el post hardcore.
A pesar de su éxito inicial, con el paso de los años, la banda parecía haber perdido parte del brillo que los caracterizó en sus comienzos. Mientras otras bandas del mismo género se disolvieron o reinventaron, The Used siguió lanzando álbumes, pero la atención mediática y el fervor del público no siempre estuvieron de su lado. Durante un tiempo, incluso aquell@s que los seguíamos más o menos de cerca comenzamos a dejar de lado su obra, tal vez al sentirnos saturad@s por tantísimas nuevas propuestas musicales. Pero la sorpresa llegó este año con el lanzamiento de MEDZ (2024), su más reciente álbum. Al escuchar este trabajo, me di cuenta de que The Used no solo seguía en plena forma, sino que había recuperado parte de esa energía primigenia que los hizo grandes.
Esa chispa despertó en mí la curiosidad de revisitar su discografía y, en ese viaje de redescubrimiento, me topé de nuevo con In Love and Death. 20 años después de su lanzamiento, me encontré sumergido en un álbum que, aunque ya lo conocía bastante bien, se siente tan relevante y poderoso como la primera vez que lo escuché. Recordé por qué este álbum me había gustado tanto en su día. Este aniversario me ha brindado la oportunidad perfecta para volver a analizarlo y reflexionar sobre su impacto, tanto personal como dentro del panorama musical.
In Love and Death, el segundo álbum de The Used, es una montaña rusa emocional impulsada, como decía, por toda una serie de tragedias personales que marcaron profundamente al vocalista de la banda. Este disco refleja la pérdida devastadora que McCracken sufrió tras la muerte de su pareja y un amigo cercano, lo que impregnó las letras y el sonido de un tono oscuro, melancólico, y a la vez explosivo, característico del emo-punk y post hardcore de la época. Aunque el álbum sigue la estela de su debut, introduce elementos nuevos que profundizan en el dolor emocional, sin perder la energía frenética y la agresividad catártica por las que la banda se hizo conocida.
«Life’s greatest questions have always been: Who am I? Where did I come from? Why am I here? Where am I going? Tonight, you are going to see and hear one of the most significant messages given to us from God.»
El álbum se inicia con «Take It Away», una canción que fusiona riffs contundentes y unos coros enérgicos, simbolizando el contraste entre la angustia emocional y la furia desatada. Temas como «I Caught Fire» y «All That I’ve Got» muestran una faceta más accesible y melódica del grupo, acercándose peligrosamente a los territorios del pop-punk, lo que permitió que el álbum llegara a una audiencia más amplia sin comprometer su autenticidad. Sin embargo, algun@s crític@s observaron que, aunque emocionalmente poderoso, el álbum a veces cae en los tan típicos clichés del emo de los 2000, con estructuras predecibles y un exceso de gritos y de pseudo baladas un pelín demasiado intensas.
A pesar de estas críticas, In Love and Death destaca por su habilidad para canalizar la angustia personal de McCracken en canciones pegadizas y, porqué no decirlo, memorables. La banda, aunque no es la más original dentro de la escena, ejecuta sus influencias con tal habilidad que logran sobresalir entre los imitadores del género. El álbum está lleno de momentos emocionales, como «Cut Up Angels» y «Hard to Say», que ahondan en el dolor y la pérdida, ofreciendo una catarsis tanto para la banda como para sus oyentes. Además, en «Sound Effects and Overdramatics», la banda contó con la colaboración de Sean Ingram, vocalista principal de Coalesce y quien en 2001 fue considerado para unirse a The Dillinger Escape Plan. Ingram subió al escenario con la banda en el Krazy Fest 4 mientras estaban en busca de un nuevo vocalista, aunque finalmente fue Greg Puciato quien se quedó con el puesto. Su participación en el álbum añade una capa extra de agresividad, intensificando la experiencia sonora y emocional.
Por último, es importante destacar que en algunas ediciones posteriores del álbum, se incluyó su versión de «Under Pressure», grabada junto a My Chemical Romance. Este icónico cover del clásico de Queen y David Bowie fue lanzado inicialmente en 2005 como un sencillo benéfico para las víctimas del tsunami en el sudeste asiático. Aunque no formaba parte del tracklist original del álbum, su incorporación en ediciones especiales es digna de mención. La interpretación captura la intensidad emocional y el estilo enérgico característico de ambas bandas, aportando una dimensión adicional a la obra. Sin duda, un poderoso añadido que merece ser, no solo mencionado, sino también escuchado.
El éxito de este disco también se debe en parte a su producción pulida, lo que permitió que las canciones tuvieran un mayor alcance comercial, pero sin sacrificar la intensidad emocional que definió a la banda. No obstante, esta pulidez en el sonido ha sido vista por algun@s como una pérdida de la crudeza que hizo que su primer álbum fuera tan impactante.
In Love and Death es un trabajo que destaca por su sinceridad emocional y la capacidad de The Used para transformar el dolor en arte. A pesar de no ser el álbum más innovador dentro del género, es un testimonio del talento de la banda para ejecutar un estilo que, aunque a veces predecible, sigue siendo impactante y relevante. La combinación de melodías accesibles con letras profundamente personales ha permitido que este disco permanezca como una pieza clave en la carrera de The Used y en la escena emo-punk de principios de los 2000.
Volver a toparme con este In Love and Death después de 20 años me ha recordado por qué este álbum fue tan importante para mí. Aunque ha pasado mucho tiempo, sigue tendiendo algo especial, mostrando la capacidad de The Used para transformar emociones en música que conecta, tanto entonces como ahora.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.