Cuando los noruegos Theatre of Tragedy editaron Musique estaban firmando su sentencia más absoluta. De referentes del doom metal y el gótico pasaban a experimentar con los ritmos maquinales y el techno sin pudor alguno. ¡Menuda afrenta para la comunidad metálica! Ni me lo llegué a escuchar en su día… Fui al concierto de la extinta sala Garatge que ofrecieron junto a Lacuna Coil y bueno… Lo mejor de la noche es que pudimos entrevistar a ambas bandas y Lorentz Aspen ya nos dijo que lo que hacían entonces era pop metal.
Es un disco que ahora lo escuchas y ha ganado con el tiempo si bien también puedes entender el enfado y decepción manifiesta que supuso para toda la escena metálica. Subieron hasta el número 39 en las listas alemanas y ganaron una nueva legión de fans, pero la cosa ya no iría mucho más lejos. Un disco más y Liv se largaría. Es más, sacaron tras Musique un directo anterior reivindicando su etapa anterior. Los inputs contradictorios eran constantes y parece que saltaron al vacío demasiado dubitativos.
Posiblemente lo más inspirado aquí es la canción que abre el disco. Ya ves por donde van los tiros si bien se mantienen los juegos vocales entre Liv y Raymond en un tema que ya es todo un clásico. En “City of Light” abrazan el sonido de los entonces emergentes Rammstein y le ponen la base en un medio tiempo lúgubre en el que la sirena noruega sigue poniendo el plus a la composición. Todo lo que tocaba lo embellecía con clase y sigue siendo una vocalista mágica y una excelente persona.
Las líneas vocales femeninas en “Fragment” son más que logradas y la influencia de Crematory es aquí manifiesta. Más maquinal y sorprendente es la robótica “Musique” alegando en sus letras que la música electrónica está en todas partes. Aquí hay desde homenajes a Kraftwerk hasta la escena alemana más electrónica y pura. Claro que lo salva siempre todo Liv, pero definitivamente uno no espera de Theatre of Tragedy algo como esto.
“Radio” es una gran canción en la que encuentro muchas similitudes con “Solar Soul” de Samael, pero estamos hablando de unos siete años antes, por lo cual, evidentemente, Theatre of Tragedy se avanzaron a su tiempo. Lo maquinal toma cuerpo en “Commute” y de verdad que escuchando ahora el grupo entiendo su apuesta pues estaban muy por encima de decenas de bandas con ese sonido, eso sí, muy alejado del metal.
“Image” es comercial hasta decir basta, pero tiene su encanto y un poco define los nuevos objetivos del grupo noruego. Definitivamente Raymond se sentía cómodo en esos terrenos y Rammstein eran vistos por los noruegos como una salida y evolución. Lo que más puede doler del disco es ese “Space Age” en el que Lorentz disfruta con sus teclados y programación en una instrumental que hará salir sarpullidos (todavía) a muchos. Desconozco si eso es techno, ambient o dance y tampoco me esforzaré en averiguarlo, la verdad. Por otro lado, considero que “Crash/Concrete” es otra gran composición que mezcla a Crematory otra vez con los nuevos Theatre of Tragedy.
En “Reverie” hay el sonido de carga de un juego de Spectrum en casete. Ahhh… aquellos benditos días en los que un grupo de niños miraban ansiosos un casete haciendo ruiditos infernales para que el juego cargara. Si la espera tuviese un sonido sería justo ese. El tema más extenso del disco y otro de los grandes aciertos del mismo. Se incluye la interesante versión de “Image” en francés, un disco extra con versiones primerizas y un par de inéditas: “Quirk” y “The New Man”. Gran trabajo de Jacob Jansen en la remasterización.
En general la recepción de Musique fue absolutamente negativa por parte de la comunidad metálica (y yo me incluyo). A pesar de ello el grupo consiguió su mejor posición en las listas germanas y ganó a un diferente público entre sus fans. Se cambiaba el logo, el tipo de portadas, la música, el estilo, la temática de las letras y se asumieron muchos riesgos. Raymond y Lorentz se hicieron con el control total de la nave, pero necesitas el respeto de tus viejos seguidores. Ese concierto en Garatge fue el de una banda maravillosa con temas modernos que poco importaban a los presentes. La interpretación de “A Distance there Is” la tengo grabada a fuego en la cabeza.
Curiosamente el grupo retornó a sus orígenes una vez Liv abandonó la nave y hay un material más que meritorio en Storm y Forever Is the World. Pero a la gente ya poco le interesaba una banda que había cambiado de vocalista y de estilo. The Last Curtain Fall fue su último concierto y quedó grabado para la posteridad. ¿Y saben ustedes? Soy de los que opina que este grupo está en el momento óptimo de juntarse otra vez ahora que Liv Kristine ya no tiene atadura alguna. Que reediten estos discos quizá sea una buena señal.