El tercer álbum en solitario de Thom Yorke llega cuando han pasado ya tres años de su último trabajo al frente de Radiohead. Dicho esto, es bueno hacer mención a que siempre es algo ansiado catar nueva música del mundo que envuelve a Radiohead. Y con un nuevo disco de Thom Yorke nos damos por satisfechos.
Si bien sus dos trabajos anteriores eran poco memorables, Thom Yorke siempre ha trabajado bien sus ideas y sus anhelos. Siempre ha logrado verter sus sentimientos más profundos en su música, sean oscuros o luminosos. Otro concepto intrínseco a Thom es la alargada sombra de la banda madre. Hay pocas bandas más viscerales, intensas, emotivas e impactantes que Radiohead, por encima de ser una banda de culto, se podrían llegar a considerar una religión. Radiohead siempre dependerá de Thom Yorke así como él siempre dependerá de su banda. Esto es así y así seguirá siendo.
Haciendo gala de los habituales medios de marketing de Radiohead, nadie sabía que este álbum estaba en camino, ninguna nota de prensa, ninguna pista… hasta que hace unas semanas apareció un misterioso anuncio de Anima Technologies en el metro de Londres que invitaban a la gente a llamar a un número de teléfono para recibir información acerca de “do you have trouble remembering your dreams?”. Curioso. Esa semana se vieron los mismos anuncios en Dallas, Tokio, Amsterdam, o Milán, cuando la gente llamaba al teléfono indicado la operadora contestaba “las autoridades han ordenado a Anima Technologies el cese de su actividad empresarial”. Finalmente la revista Pitchfork destapó que toda esta campaña estaba envolviendo el regreso del genio Yorke con su tercer disco en solitario.
La inclinación de Radiohead hacia música con menos rock y con más electrónica se vio reflejada en 2016 con A moon shaped pool y se reafirma con el álbum que nos ocupa, ANIMA. Aquí la delicadez y la perfección toman el control absoluto bajo muchas capas de música y sonidos beats que pasan prácticaemnte despercibidos pero dan constancia a los cortes. En él Thom narra sus habituales temas tales como el aislamiento o la depresión, pero lejos de ser en modo denuncia como nos tiene habituados, ahora lo hace en nivel interiorizado. También tiene momentos para repasar temas de actualidad. Haciendo gala de su declarado activismo, logra tocar varias teclas para introducir algunos de los problemas del mundo actual en sus letras, “historias llenas de ansiedad sobre claustrofobia contemporánea” comentaba el propio Thom en una entrevista reciente.
Los nueve temas de Anima tienen largo recorrido, algunos temas son longevos y reacondicionados, otros ya los había tocado en directo, incluso varios de ellos sonaron en su actuación en Sónar 2018. Los temas se desenvuelven en una dinámica lenta pero intensa, su siempre agradable voz anda en consonancia con las melodías siempre nítidas y bellas, muy bien trabajadas. La calidez y el frío se entremezclan en las atmósferas como si de un juego de niños se tratase, es impactante ver como un mismo tema puede aportarte luz hoy y mañana oscuridad. La música de Thom es así, camaleónica.
Casi cincuenta minutos de nueva música de Thom siempre es un agradable paseo por lo más interior de su cabeza, de su alma. Nueve “nuevos” temas cargados de emociones con los que es fácil conectar. “Traffic” es un corte sublime, “Last I Head (…He Was Circling the Drain)” tiene una melodía progresiva que va subiendo de intensidad y te mantiene en vilo (y saturado) más de cinco minutos, en “Twist” recuperamos su mejor versión cantando / narrando el tema. Pero el mejor momento sin duda es cuando llegamos al ecuador con “Dawn Chorus”, un tema simple pero hermoso, cargado de nostalgia y arrepentimiento, ¡qué manera de transmitir! La segunda mitad del disco se mueve idéntica, entrelazando momentos con más beats con pasajes más operísticos moviéndose siempre en la cima de la lentitud y la pasión siendo «I am a Very Rude Person» y «Not the News» las mejores.
Tras Suspiria, la “rara” banda sonora que publicó el año pasado, nadie esperaba el tercer disco en solitario de Thom Yorke. El británico sigue con su ambición inquebrantable y sus inquietudes como artista toman el control de su vida, su divorcio con la mujer que le acompañó toda la vida sumió a Thom en un mundo oscuro pero esperanzador del que han salido dos obras colosales, cercanas pero diferentes, Anima no es A Moon Shaped Pool (2016) pero tampoco queremos que lo sea. Radiohead no es Thom, y Thom tiene que desengancharse de Radiohead.