No recuerdo exactamente el día que tuve la primera noticia de este nuevo ente llamado TodoMal, pero tenía claro que no iban a dejarme indiferente. A ver, seamos honestos, TodoMal no es el mejor nombre o el más original para una banda de (doom) metal, ¿pero cuándo han sido unos tipos «corrientes» Javi Fdez. aka Nexus6 (The Heretic) y Christopher (Dejadeath, Asgaroth)? Y es que vaya dos mentes privilegiadas y adelantadas a su tiempo en este país se han vuelto a juntar para dar rienda suelta a todo el talento musical que llevan dentro. Prolíficos y con talento a raudales, siempre han tenido la bandera de la irreverencia (en el buen sentido de la palabra) como santo y seña. Si a eso le aunamos el bizarro nombre de este disco que nos ocupa, Ultracrepidarian («persona que habla de asuntos que están más allá de su alcance» – chapeau por el ácido paralelismo del mundo moderno en el que nos encontramos) y agregamos a la ecuación a The Vinyl Division creo que uno puede esperar un resultado de altas miras y muchísimos quilates. ¿Estaremos en lo cierto?
Aquellos que hayáis seguido durante estos años el background de ambos músicos, seréis conocedores de la capacidad y versatilidad de ambos, tocando casi todos los palos del espectro musical. Estaba claro que tarde o temprano, tocaría sacar a la luz su vena más doomster y TodoMal es la confirmación de este hecho. A rasgos generales, Ultracrepidarian musicalmente abraza a los cánones del doom metal más tradicional y ortodoxo. Todo esto sobre el papel, pero ojo, con una maestría, sumo gusto y exquisitez al alcance de pocos mortales. Porque a veces la música transciende un poco más allá de un género musical y no solo se limita a campar a sus anchas en un estilo concreto, con los límites y fronteras que a priori puedan existir. Va más allá de eso, y de eso tratan en Ultracrepidarian.
Entrando de lleno en el disco, «Prelude» a modo de intro nos da la bienvenida, con la bella melodía central a guitarra acústica del corte que le precede, «Wraith». Dicha canción ya nos muestra indicios de que camino tornará Ultracrepidarian, en una senda cercana a formaciones como Candlemass o Lamented Souls. Pero como decía unas líneas más arriba, la cosa no queda en una estéril comparación con X o Y banda. «The Growing Pain» muestra las habilidades a los sintetizadores y teclados de Javi Fdez., cuya maestría está al servicio de la propia música, con la firme intención de crear algo (un himno) solemne. ¡Y vaya si lo consiguen! Mientras, el timbre melódico de Christopher toma un color que me ha recordado a Simen Hestnæs aka ICS Vortex, su voz se presenta con una calidez, feeling y un aura especial. Algo así como el trademark de TodoMal. Y llegado a este punto, caigo en la conclusión de una particular sensación personal, y es la de que este álbum posee una capacidad inusual para proyectar mucha luz. Es etéreo, es arte lumínico, si se me permite la expresión.
Así lo secunda «Horror Vacui», con quizás fraseos y una atmósfera más floydiano (Pink Floyd), pero a fin de cuentas otra bella muestra donde destaca la frágil y aterciopelada voz de Teodora Gosheva. Seguramente se haya terciado de manera no-intencionada, pero «God Fuckings in the Sky» por su atmósfera lumínica, voces en off y guitarras acústicas, me transmite una especie de déjà vu en forma de manifiesto cercano a la última etapa de Asgaroth. Lo dicho, son sensaciones. Incluso el homónimo tema es otro ejemplo de como con apenas 2 o 3 acordes, construir un tema sumamente épico, atmosférico y pegadizo. «Born of the Earth» supone un broche de oro, en un compendio de los elementos anteriormente citados.
Ultracrepidarian se presenta como una fuerte expresión de dos reputados músicos, con una grabación netamente cuidada al detalle: desde la producción, los propios arreglos (me encanta descifrarlos con las sucesivas escuchas), el concepto de la banda, letras y unas composiciones ejecutadas con mucha maestría. Es más, hasta me atrevería a decir que, de manera no deliberada, les ha salido un disco ‘doom’ sin quererlo, deseando simplemente juntar ideas para un proyecto musical con elementos atmosféricos, mid-tempos y voces melódicas. ¿El resultado de este? Pues lo que conocemos en este elepé y que se ha plasmado de manera natural. ¡Bravo, chicos!
Otra de mis pasiones es la prensa escrita musical. Con sus luces y con sus propias sombras. Poseo una dilatada experiencia en medios como el extinto Pitchline’Zine (2005-2016) del que fui redactor-jefe o Subterraneo Zine (2017-2019).