Estilos de música hay muchos. Incontables, casi. Y difícilmente el amante de uno de los géneros aceptará otro como superior, ni siquiera como igual. Esto, si eres muy muy amante de un estilo, puede implicar a personas. «Ese no es metalero», «yo soy más cool porque voy de indie» y así ad infinitum.
Sin embargo hay un grupo que se sale de esta regla. Un grupo (si no el más grande, sin duda uno de ellos) que unifica gustos. Ya puedes ser rockero o metalero. Ya te puede chiflar el pop o la electrónica. Ya puedes perrear con el reggaeton (bueno, la verdad es que no he hablado con nadie amante de este tipo de música) o disfrutar viendo cómo se mueve la batuta dirigiendo la música clásica, que Queen te llegará.
Aprovechando el próximo concierto del grupo inglés con Adam Lambert (y unos teloneros cuestionables), la redacción de Science of Noise nos hemos propuesto hacer no solo un Top 5 de la Reina, sino dos. Uno de los 70 y otro de los 80. Allá vamos…
QUEEN EN LOS AÑOS 70
«Keep Yourself Alive» by Rubén de Haro
Álbum: Queen (1973)
Autor: Brian May
Después de casi dos años perfeccionando su ambicioso sonido -un híbrido cuasi perfecto a medio camino entre el heavy metal y la música ligera- a través de ensayos constantes, Queen tuvo su primer golpe de suerte a mediados de 1972, cuando los recién fundados Trident Studios les ofrecieron tiempo de grabación gratuito a cambio de probar su flamante nuevo equipo. Ese acceso inusual a equipos de grabación de primera categoría, esa invitación a catar cosas que, seguramente, no estaban a su alcance en una época como aquella, les permitió a nuestros protagonistas disponer de mucho tiempo para crear su fastuosa y homónima carta de presentación, un álbum que, gracias a este poco convencional y anormal privilegio, era técnicamente superior a la mayoría de álbumes de debut de la época. Y, en mi humilde opinión, creo que no hay otra canción contenida en Queen (1973) que represente mejor la experiencia y lo que, entre aquellas cuatro paredes del 17 St. Anne’s Court del distrito londinense de Soho, sucedió. Cuatro magos (aka Queen) + un Brian May en estadio de gracia + tecnología punta = «Keep Yourself Alive».
El guitarrista, cuyo asombroso talento para manipular el tono y la textura de su instrumento ya estaba notablemente bien desarrollado en esta etapa tan temprana de su vida musical, junto con una letra que parece describir a una banda totalmente satisfecha con su suerte actual, fue el encargado principal de parir esta joyita. Aún así, su instrumento no es tan dominante ni está tan presente como sí lo está en los álbumes siguientes, pero May y la velocidad (a veces) presente en la pieza, revela que la canción es, en verdad, una oda irreprimible a la ambición pura, y nos muestra descaradamente todo el deseo de Queen por alcanzar el estrellato del rock… sin importar el precio a pagar.
Aún así, cuando se lanzó como single en julio de 1973, «Keep Yourself Alive» recibió críticas de todo tipo y estuvo muy poco (o nada) presente en las radios. De hecho, al igual que sucedió con el álbum, no logró cuajar al otro lado del Atlántico, y la decepción se apoderó de ellos, dejando a la banda ante un futuro incierto durante los seis meses que precedieron a su exitoso tercer single, «Seven Seas of Rhye». Ahora sí parecía que la fortuna, finalmente, comenzaba a asomar el hocico en sus vidas.
«The March of the Black Queen» by Albert Vila
Álbum: Queen II (1974)
Autores: Freddie Mercury y Roger Taylor
«The March of the Black Queen» es el primer gran tema en el que Queen se mete de lleno en el rock progresivo más histérico, lleno de capas, arreglos clásicos y vocecitas múltiples que definirá parte de una carrera tan calameónica como la suya. En parte es una especie de proto-«Bohemian Rhapsody», ya que muchos de los detalles que veremos amplificados en la archiconocida obra magna del cuarteto británico ya se apuntan bastante descaradamente aquí.
La rapsodia bohemia es, evidentemente, un punto álgido y atemporal en la historia de la música, pero me gustaría aprovechar este espacio para romper una pequeña lanza en favor de este otro temazo, perteneciente al gran segundo disco de los británicos y que diría que nunca ha llegado a convertirse en un clásico al mismo nivel que muchas otras canciones del catálogo de Queen en esos fértiles 70 (y me sabe mal que dejemos de lado otras grandes piezas olvidadas de esos primeros años como son «Great King Rat» u «Ogre Battle»).
Esta marcha dramática mezcla excentricidad y dulzura, teatralidad, riffs rockeros, solacos deliciosos y una parte intermedia absolutamente maravillosa con esos «my life is in your hands» y «I’ll be a bad boy» («The march of the blaaack queen») que me ponen a cantar irremediablemente cada vez que los escucho. El desconcierto se acentúa con el luminoso pasaje que lo cierra, un contraste brutal con la solemnidad que habíamos visto hasta ahora y que sirve de enlace para entrar de lleno en la popera y alegre «Funny How Love Is».
«Stone Cold Crazy» by Ray Molinari
Álbum: Sheer Heart Attack (1974)
Autores: Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon
En el álbum Sheer Heart Attack (1974), el tercero de la banda, se incluye, según el propio Freddie Mercury, la primera canción que Queen interpretó sobre un escenario. “Stone Cold Crazy” es una pieza rápida, contundente, con riffs mas cerca del thrash metal que de la dulzura del “We Are The Champions”.
La letra nombra a Al Capone, y su estructura sonora se basa en la voz de Freddy cantando solo encima de la batería, dando paso a los riffs de May. Escrita por toda la banda, es un buen ejemplo del sonido de Queen en los 70. Metallica la incluyeron en Rubáiyát: Elektra’s 40th Anniversary (1990) y acabó formando parte de sus directos.
«Bohemian Rhapsody» by Xavi Prat
Álbum: A Night at the Opera (1975)
Autor: Freddie Mercury
“Is this the real life? Is this just fantasy?”, y ya sabes qué es. “Caught in a landslide, no escape from reality. Open your eyes, look up to the skies and see…”, y se te empieza a erizar el bello. Gallina de piel, que diría Cruyff. “I’m just a poor boy, I need no sympathy because I’m easy come, easy go, a little high, little low”. Tarareas, es imposible no hacerlo. La balada que sirve como intro a la canción es inequívoca. “Anyway the wind blows, doesn’t really matter to me, to me”. Ya viene. “Mama, just killed a man. Put a gun against his head, pulled my trigger, now he’s dead”. Freddie te estruja el corazón. “Mama, life had just begun, but now I’ve gone and thrown it all away. Mama, oooh”. La historia del joven ya te cala por todos los poros. “Didn’t mean to make you cry, If I’m not back again this time tomorrow carry on, carry on, as if nothing really matters”. El corazón ya palpita a un ritmo muy superior al de la canción.
“Too late, my time has come, sends shivers down my spine, body’s aching all the time. Goodbye everybody I’ve got to go, gotta leave you all behind and face the truth”. El drama, la tension es más que palpable. “Mama, ooohh (anyway the wind blows) I don’t want to die, I sometimes wish I’d never been born at all”, y en cambio tú no podrías vivir sin haber escuchado esta canción.
“I see a little silhouetto of a man. Scaramouch, scaramouch will you do the fandango, thunderbolt and lightning very very frightening me”. Empieza el segundo acto, el operístico. “Gallileo, Gallileo, Gallileo, Gallileo, Gallileo Figaro – magnifico”. Exacto: magnífico. “But I’m just a poor boy and nobody loves me. He’s just a poor boy from a poor family. Spare him his life from this monstrosity”. La icónica imagen de los cuatro componentes de Queen se te aparece en la mente. “Easy come easy go will you let me go. Bismillah! No we will not let you go – let him go. Bismillah! We will not let you go – let him go. Bismillah! We will not let you go let me go. Will not let you go let me go (never). Never let you go let me go. Never let me go ooo No, no, no, no, no, no, no”. La grandilocuencia de la música choca frontalmente con la historia narrada. “Oh mama mia, mama mia, mama mia let me go”. Se intuye ya. “Beelzebub has a devil put aside for me. For me. For me” … y entra uno de los mejores veinte solos de guitarra, según no sé qué organización inglesa. Si no has hecho headbanging con tus amigos en esta parte, no has vivido.
“So you think you can stone me and spit in my eye. So you think you can love me and leave me to die”. Canto (casi) a capella, balada, opera… y rock. “Oh baby, can’t do this to me baby. Just gotta get out just gotta get right outta here. Ooh yeah, ooh yeah”. Es de los 70, pero es completamente atemporal. Y volvemos al inicio. “Nothing really matters. Anyone can see. Nothing really matters nothing really matters to me. Anyway the wind blows”…
No es solo la mejor canción de Queen. Es LA canción.
«Don’t Stop Me Now» by Rubén de Haro
Álbum: Jazz (1978)
Autor: Freddie Mercury
La verdad es que la carrera de Queen no había podido ir mejor. Una carrera rica, a la par que sorprendente. En 1978 llega Jazz, ya para entonces ya eran unos maestros en eso de llenar estadios y crear éxitos. «Don’t Stop Me Now», el primer sencillo extraído del LP, tiene el inicio de canción que más me gusta de la banda:
«Tonight I’m gonna have myself a real good time
I feel alive And the world I’ll turn it inside out, yeah I’m floating around in ecstasy So, (don’t stop me now) (Don’t stop me) ‘Cause I’m having a good time, having a good time.»
Esta armonía es 100% marca registrada de la casa, pero aún así no llegó a cuajar del todo en las listas de éxito grupo, llegando solo al número 86 en los Estados Unidos. Fue, sin embargo, todo un éxito en su Inglaterra natal.
Este tema es desafiante, adictivo y tiene la virtud de crea el ambiente perfecto, independientemente de donde se escuche y/o disfrute… yeso, amigo@s, es mucho. es un chite de adrenalina en toda regla. Aunque, generalmente, no soy mucho de pasármelo bien (al menos no en exceso, que me conozco), me gusta especialmente el mensaje de la canción: me lo voy a pasar de putísima madre, peti qui peti. Vale, puede sonar un poco extremo, pero a quien no le molaría ser “a racing car passing by like Lady Godiva,” o “floating around in ecstasy.” Esta canción es tan buena, y Freddie Mercury es tan convincente, que después de escucharla dos, tres o cuatro veces seguidas, la letra me tiene más o menos convencido de que soy (casi) invencible.
A pesar de haber sido lanzado single hace ya cuarenta años, «Don’t Stop Me Now» todavía tiene la capacidad de levantarme el estado de ánimo. El tiempo ha tratado a esta pieza de putísima madre y, a día de hoy, me niego a pensar que haya alguien que la obvie al confeccionar un Top 5… no como este, porque este es insuperable, pero, al menos, parecido.
QUEEN EN LOS AÑOS 80
«Another One Bites the Dust» by Rubén de Haro
Álbum: The Game (1980)
Autor: John Deacon
La banda cambia las campanas por las chupas de cuero. Nueva década, nuevas modas. The Game (1980), su octavo álbum de estudio (ojo, vamos a disco por año), inicia una nueva deriva, musicalmente hablando. A medida que los gustos musicales comenzaron a cambiar a finales de los años 70 e inicios de los 80, Queen tuvo que volver a re-afirmarse y encontrar su lugar en el mundo de la música… una vez más. Con este trabajo, la banda parece estar conforme con adaptar su sonido pero sin comprometer para nada su estilo tan particular. El sonido que aquí encontramos es más variado y, en cierta manera, entretenido. Sus diez pistas reflejan la fuerza de cada miembro, tanto como músico como letrista, y eso hace que The Game (1980) sea uno de los más grandes álbumes de la banda. Las pistas clave son «Crazy Little Thing Llamado Love», «Save Me» y, como no, «Another One Bites the Dust».
«Another One Bites the Dust» fue escrita por John Deacon , de ahí que su tan característico y funky bajo domine por completo a largo de sus casi cuatro minutos de duración. En teoría, este era uno más de los temas contenidos en el álbum y la idea inicial era que no viera la luz como single. La banda apostó por los dos temas mencionados anteriormente y por «Play the Game», y solo vio la luz por culpa de/gracias a la insistencia del King of Pop, Michael Jackson, que era un gran admirador de la banda. Bueno ojo el de Jacko, pues el tema fue un éxito mundial alcanzando el número uno en los Estados Unidos y en muchos otros países, hasta tal punto de convertirse en el single más vendido de Queen, con más de siete millones de copias vendidas en todo el mundo.
No me gustaría acabar este escrito sin hacer especial mención a unas de las bandas de hard rock de los 90 en las que quizá más se nota la huella de los británicos. Me refiero a Extreme, y a su perfecto tributo perpetrado en el The Freddie Mercury Tribute Concert de 1992, en el que «Another One Bites the Dust» tiene un espacial protagonismo. Os recomiendo que no os lo perdáis.
«Gimme the Prize (Kurgan’s Theme)» by Rubén de Haro
Álbum: A Kind of Magic (1986)
Autor: Brian May
Las últimas tres pistas contenidas en A Kind of Magic (1986) representan las respuestas, las respectivas aportaciones de Brian May, Roger Taylor y Freddie Mercury a la misma pregunta, al desafío de: “¿Puedes escribir algo duro, atrevido y difícil para la banda sonora de la película Highlander (1986)?” Estos tres temas en cuestión («Gimme the Prize (Kurgan’s Theme), «Don’t Lose Your Head» y «Princes of the Universe») son, conjunta e individualmente, una bomba de hard rock, en comparación con el resto de la banda sonora. Rezuman testosterona por un tubo, hierro, duelos de espada y pegan un tufillo algo machista.
May es el primero en atacar: ¡dadle el premio, coño! El tema empieza con un tapping y con uno de sus solos de guitarra más thrashy, una absurda amalgama, todo un torrente de heavy metal puro y duro… como el acero de la espada de Christopher Lambert. Pocos segundo después se unen a la fiesta unas armonías algo discutibles, todo sea dicho, y luego comienza la canción propiamente dicha, a base de guitarreo firme y potente para, finalmente regresar al sonido tan característico de su guitarra, que es, francamente, una delicia. El resto de la canción sigue on the top, con estallidos ocasionales de estas guitarras chirriantes y afiladas, cortando todo y haciendo que la pieza sea fascinante… one more time.
La entrega de Freddie es absurda, monstruosa y pomposamente admirable gracias, en cierta forma, al contenido de la letra:
«Give me your kings, let me squeeze them in my hands
Your puny princes, your so-called leaders of your land
I’ll eat them whole before I’m done.»
La sección media de la canción es bastante discutible, con esos extractos del filme y, sobre todo. por culpa de esos efectos de sonido de las escenas de lucha. Pero luego viene el primero de dos solos de guitarra del bueno de Brian, todo un homenaje a los Highlands; ¿Red Special o gaita? El solo final es bastante directo, con un May recordándonos cómo suena habitualmente.
La canción acaba con una cacofonía de absurdos efectos de sonido perfectamente prescindible. Quizá es por culpa de estas cositas que el director de la cinta, Russel Mulcahy, declaró que era su canción menos favorita de la película. Está claro que el tío este no tiene ni puta idea de lo que es la vida y, mucho menos de lo que es el hard rock… a su discutible filmografía os remito. No sé cómo alguien podría hacer una película tan melancólicamente metálica, y luego quejarse cuando se le da algo que se ajusta perfectamente al tema. En fin…
“Gimme the Prize (Kurgan’s Theme)” no es solo la mejor canción de la banda sonora, sino que, además, es la más malota y es la que mejor representa Highlander (1986). Si es cierto aquello de que “there can be only one”, cortadle la cabeza al resto de canciones, porque esta es la canción más inmortal que jamás hayan parido los británicos.
«I have something to say: it’s better to burn out than to fade away!»
«Princes of the Universe» by Ray Molinari
Álbum: A Kind of Magic (1986)
Autor: Freddie Mercury
La banda sonora de la película Highlander (1986) incluye esta joya de canción de Queen. Fue escrita por Freddie Mercury para la película dirigida por Russell Mulcahy, y salió posteriormente en el álbum A Kind of Magic, publicado un 2 de junio de 1986.
Esta potente canción, llena de energia instrumental y con una interpretación vocal soberbia por parte de Freddie Mercury, te deja los pelos de punta. La letra va en la dirección de la narrativa de la película ya que habla sobre los inmortales y sobre lo que significa ser uno de ellos. Pero muchos fanáticos e investigadores han dicho que la letra también puede ser entendida como un mensaje que viene derivado de la propia experiencia del grupo, quienes -en teoría y hasta ese momento- ya habían compuesto la mayoría de sus grandes éxitos y alcanzado la cumbre de su gloria y fama, especialmente en la línea que dice: «People talk about you, people say you’ve had your day. I’m a man that will go far, find the moon and reach for the stars».
Para promocionar la película y la canción, la banda también grabó un videoclip, que fue dirigido por el propio Mulcahy, el cual se desarrolla en uno de los escenarios que se usaron durante la cinta, y en el que el actor principal de la película, Christopher Lambert (nada que ver con Adam Lambert) y Freddie Mercury se baten en un duelo de espadas, mientras se muestrab algunas escenas de la película. En el vídeo podemos ver que el guitarrista Brian May no aparece con su típica guitarra Red Specials, sino que se le ve con una guitarra similar a las Jackson Randy Rhoads.
«Breakthru» by Albert Vila
Álbum: The Miracle (1989)
Autores: Freddie Mercury y Roger Taylor
En 1989 ya hacía tres años que Queen no habían pisado un escenario (y, con Freddie, ya no iban a hacerlo nunca más), pero en estudio seguían teniendo lo que hay que tener. The Miracle (1989) fue el penúltimo disco de su carrera, y aún fueron capaces de componer hitazos como la antémica «I Want It All» (y sus diferentes versiones single/álbum), «The Invisible Man», el propio «The Miracle» o este «Breakthru». Definitivamente, con esta elección no estoy descubriendo ningún tema oscuro ni oculto dentro de la carrera de la banda, pero es que es una canción que tanto en disco como cuando la he visto versionada en múltiples orquestras de Festa Major (parece que es una de las favoritas en esos repertorios, oye), pues me pone. Qué queréis que os diga.
Melodía facilona y ultra pegadiza, pop rock alegre y clase por un tubo. «Breakthru» simboliza un poco en lo que se convirtieron Queen en los 80, donde dejaron de lado las composiciones ultra rebuscadas y se dedicaron a sacar singles incontestables uno tras otro sin acabar de perder nunca su esencia. De hecho, el juego de voces que abre esta canción es reminiscente de sus mejores momentos de la década anterior, y eso que esto quizás no es ni rock, ya que aquí no hay casi ni guitarras más allá de algun que otro acorde de acompañamiento aquí y allá y el inevitable e impecable solo de Brian May, pero la melodía y el estribillo me parecen tan brillantes, tan adictivos y con una energía tan positiva, como una suerte de «Don’t Stop Me Now» diez años después, que no me puedo resistir a destacarlo.
«The Show Must Go On» by Xavi Prat
Álbum: Innuendo (1991)
Autores: Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon
Con esta hago algo de trampa, ya que me salto un par de años, pero creo que «The Show Must Go On” debe estar, sí o sí, en un recopilatorio de Queen, y como todos sabemos o nos imaginamos, no únicamente por la música.
Freddy tenía sida, enfermedad que le llevaría a la muerte seis semanas después del lanzamiento de este sencillo, y como la noticia no era oficial, un tema titulado “El Espectáculo Debe Continuar” desató un sinfín de rumores acerca de la salud del brillante músico.
El tema lo firma la banda entera, aunque se dice, se rumorea, se chismorrea que lo escribió Brian May para su amigo y compañero de banda. Todo un homenaje a la persona, al personaje y al espíritu de la vida y la banda. No digamos ya a la música.
La intro de teclados acompañada por el bajo y los tambores es inequívoca, así como la melodía que Mercury consigue sacar de su cuerpo enfermo. Con el estribillo llega la potencia, la rabia y el empuje. El show, la vida, debe continuar a pesar de todo. Mientras, de forma sigilosa, la guitarra de May hace presencia, al principio de forma tímida pero, cuando toca, de forma rotunda (el solo es magistral).
Tema musicalmente enorme, letrísticamente insuperable, y emocionalmente más grande que todo lo anterior junto. Como curiosidad, decir que no pudieron grabar un videoclip debido al estado de Mercury, así que hicieron un collage con videos y actuaciones en directo anteriores. Qué ganas de vivir, por Dios. ¿Os imagináis poder despediros de los vuestros y de todo el mundo de semejante forma? Freddie pudo, y seguro que con una sonrisa, tal y como canta en el tema.