A la década de los 90 y a la MTV hay que agradecerles la fiebre inhumana por los discos desenchufados. Un formato para todos los públicos que teóricamente nació en 1968 gracias a Elvis Presley y su 68 Come Back Special. Paul McCartney y Eric Clapton se apuntaron al carro, y en el caso del segundo el éxito fue sonado. Al mítico unplugged de “mano lenta” hay que añadir los maravillosos acústicos de Nirvana y Alice in Chains, que bien merecen un reportaje aparte. Hubo otra banda de Seattle que alcanzó una de sus cumbres interpretativas y que en su momento fue clave para la pervivencia del MTV Unplugged: Queensrÿche.
Había que elegir cinco de entre un mar de posibilidades, pero me reafirmo cada vez que leo la lista del Top 5. Son todas actuaciones estelares y en muchos de los casos tienen un peso que fue más allá del mero disco desenchufado. Me sabe mal que hayan quedado fuera las anteriormente citadas, la de Tesla, Gotthard, Page & Plant o Megadeth, pero siempre podemos hacer una segunda parte. Si no los habéis escuchado haceros un favor y hacedlo, se acercan los cinco a la perfección.
1. McAuley Schenker Group – Unplugged Live (1993)
La gente suele tratar con sumo menosprecio a la etapa de MSG con Robin McAuley. Eso de que la M de Michael pasase a ser McAuley o que en la portada del Perfect Timing estuviera el vocalista delante del guitarra escoció mucho a los fans del rubio guitarrista alemán, pero esa etapa es gloriosa. El formato Michael Schenker Fest incluye ya a McAuley y demuestra que es el mejor vocalista de todos. Servidor siempre reivindicará esa maravillosa etapa, de heavy comercial-AOR, eso sí. Obviamente está por debajo de lo anterior, pero cuando tocaron en Japón ese unplugged se pone la gallina de piel que diría don Johan Cruyff. Con dos guitarras, una pandereta y voz se bastan. Spencer Sercombe de Shark Island pone la base acústica para que Schenker no pare de dibujar punteados maravillosos y la voz dorada de McAuley luzca a más no poder.
Se reivindican los tres discos de la etapa, aunque se incluyen dos temas de UFO, “Doctor Doctor” y “Lights Out”. Este disco sirvió para poner punto y final al proyecto y le abrió la puerta para que Michael creara la serie de discos acústicos Thank You. Los temas ganan una dimensión nueva y temas como “Bad Boys”, “We Believe in Love” o “When I’m Gone” te llegan. Momentos estelares como un “Anytime” excelso o a joya de la corona que nunca me cansaré de reivindicar: “Nightmare” en su versión definitiva. Atención a los sutiles coros de Sercombe y a la agilidad y velocidad de Schenker con la acústica. De verdad que no se puede tener más gusto a la hora de vestir a estas composiciones con esos punteos en acústica. Hay un EP unplugged anterior y está grabado en Estados Unidos, pero hay videos completos de la gira en Japón. Fue la respuesta de Schenker a la fiebre del unplugged demostrando que el menos, es más. Magistral…
2. Skyclad – No Daylights… No Heel Taps (2002)
Es traumático para todo grupo perder a su cantante, también a su líder. Eso le ocurrió a Skyclad, la banda de Newcastle primera en mezclar el folk con el thrash metal y añadirle un violín. Martin Walkyer (entonces ex de Sabbat) es para muchos una figura divina y a nivel de letras y la verdad es que ha estado siempre muy por encima de cualquier otro letrista. Skyclad terminaban muy mal con él y ponían a un viejo conocido como es Kevin Ridley al frente. Pero tamaño cambio no iba a gustar a los fans, a no ser que lo presentases de una forma original y diferente: Skyclad grabó un “grandes éxitos” y adaptó sus clásicos al formato acústico. Es un disco de pub, con corazón irlandés.
Todo brilla en esta magna obra y la clave es la voz de Ridley, muy alejada de la de Walkyer. El disco es fresco y el violín de Georgina queda como pieza clave. La sensibilidad y la categoría de las canciones es sorprendente. ¿Cómo no se había pasado al folk hasta ese momento una pieza tan monumental como “Spinning Jenny”? Hay momentos mágicos como en “Building a Ruin” (ojito con lo maravilloso de los títulos, siempre con dobles negaciones y oxímorons), “Land of the Rising Slum”, “Penny Dereadful” y demás. Personalmente hay un tema que siempre me ha enamorado: “Single Phial”, y aquí alcanza la perfección. Con esta obra el grupo vio claro que pueden dedicarse al circuito de pubs sin problema alguno. Una de las bandas más alucinantes del hevay metal y a la vez de las más desconocidas.
3. Kiss – MTV Unplugged (1996)
Una maravilla para los sentidos y a la vez un disco que marcó la historia del heavy metal, aunque la inmensa mayoría de la gente no le da mucha importancia. Este Unplugged de Kiss venia dentro de la serie MTV y, para hacer algo especial, tuvieron la brillante idea de llamar a Ace Frehley y Peter Criss. Y salió bien, muy muy bien. Fue tan inesperado que vieron claro que había que volver a los inicios, porque amigos y amigas, la nostalgia vende. La vuelta de Kiss propició que muchas bandas volvieran a reunificarse y el espíritu revival aconteció a finales de los 90. Una especie de etapa de Renacimiento pero en lo musical. La magia que transmiten los temas es desbordante, participando también Kulick y Eric Singer, que seguro que mientras tocaban se iban viendo fuera.
Lo más impresionante es la elección de los temas, algo que te deja claro que Kiss son enormes. Para nada hay las canciones previsibles y el grupo sorprende con canciones más oscuras como “Going Blind”, “Domino”, “Plaster Caster” o “See You Tonite”. Todo brilla y eso de que cada vocalista cante sus partes es una maravilla. “2000 Man” con Ace es apoteósica y el fin de fiesta con “Rock and Roll All Nite” es maravilloso. Incluso Peter Criss nos hace disfrutar con una bellísima “Beth” y un “Nothing to Loose” cantada a dueto con Singer. Puro disfrute con el fondo de armario de Kiss en uno de los momentos clave de su carrera. También volverían a maquillaje, pero la encrucijada fue este Unplugged.
4. Heavens Gate – In the Mood (1997)
Posiblemente Heavens Gate son la única banda mítica que queda por reunirse a pesar de que sacrificaron su carrera para darle luz a otro proyecto: Avantasia. Allá siempre han estado casi todos, en la sombra. Menergy sería su canto de cisne, pero antes, asombraron a toda la escena con un inesperado unplugged en el que demostraron que estaban a un nivel estratosférico. Los de Wolfsburgo adaptaron temas totalmente heavy metal a baladas y las percusiones fueron con djembé. La guitarra española de Sacha Paeth marida como nunca con la imponente voz de Thomas Rettke, absolutamente sobrado a lo largo de los seis temas que componen este mini CD.
Las vocalistas femeninas invitadas apoyan el trabajo vocal en canciones como la obvia “The Children Play”. Una balada así estaba claro que iba a caer. Pero el trabajo de arreglos para adaptar trallazos power metaleros es cercano a la genialidad. “Noah’s Dream” te deja claro que estás ante algo enorme, pero cuando llegan al medley de canciones se salen de verdad. Adaptar “In Control” para luego llegar a “Livin’ in Hysteria” de forma orgánica está al alcance de pocos. Pero te matan definitivamente cuando se sacan de la manga un “Gate of Heaven” con guitarra flamenca. Todos sus discos fueron sobresalientes, pero In the Mood fue la guinda al pastel. Y sí, estoy seguro que Wacken hará oferta para reunirles si no lo ha hecho ya.
5. Pain of Salvation – 12:5 (2004)
Los suecos Pain of Salvation siempre sorprenden, y eso es lo que hicieron en 2004 con este unplugged mágico en el que Daniel Gildenlöw demostraba que su voz y personalidad tenían que ser tomadas muy en cuenta. Mucho ha cambiado el grupo desde entonces, pero ese disco desenchufado, y en directo, es una foto fija de un momento brillante de la banda. Hacen un repaso de todos sus discos hasta esa fecha, aunque aparcaron completamente One Hour by the Concrete Lake. No sólo hay un recopilatorio de las canciones elegidas, sino que en la mayoría de casos hay un trabajo de reelaboración, arreglos diferentes y enfoques alternativos, caso especialmente de “Ashes”. Lo que queda claro es que cuando alguien escucha ese inicio con “Leaving Entropia” ya ve claro que está ante una agrupación diferente.
El aura mágica del momento hace que imaginemos un espacio lleno de glamour decorado a lo MTV Unplugged, pero para nada, fue todo mucho más austero y en su ciudad natal. En muchos casos los temas son breves, pequeños fragmentos a los que se les da unidad y cohesión y que formarían parte de una única canción. El elemento diferencial de todo ello son los coros del resto de la banda y el feeling conseguido en piezas como “Reconciliation” en la que aparece de repente la marcha fúnebre. A día de hoy ya son una banda consagrada y Gildenlöw gira con la plana mayor del rock progresivo en Transatlantic. Pero más allá de los discos yo de Pain of Salvation destacaría dos puntos de inflexión. Uno fue girar con Dream Theater y el segundo este 12:5, que, por cierto, es la fecha en que fue grabado: 12 de mayo de 2003.