Tort están de vuelta con otro aplastante disco de mohoso, pútrido y sobre todo lento doom/sludge metal para celebrar sus 10 años de existencia. Este 2019 nos traen Void Addiction, cinco cortes que te llevarán a la desolación más absoluta, al vacío más aterrador donde nadie podrá escuchar tus llantos de dolor y de desesperación. Cinco canciones sólidas como un monolito que tienen la intención de hacerte sentir el desasosiego más apesadumbrado que uno pueda tirarse a la cara.
Muy pocas veces, hoy en día, nos paramos a analizar las portadas de los discos pero aquí me gustaría hablar un poco sobre ella. Es obra de Jaume Narcís Boter (Stained Blood, Dentellada) y ha sabido darle forma a la locura sonora que alberga este disco. Sus trazos a tinta y los múltiples detalles que uno puede encontrar son fascinantes. Un mundo sórdido donde la putrefacción, la sangre, los cuchillos, clavos y demás cosas que mejor no saber que son nos pueden ya dar una idea de lo que uno se va a encontrar en el interior.
A pesar de ser un disco nuevo ya lleva bastante tiempo grabado o por lo menos compuesto ya que en las últimas ocasiones que los he podido ver en directo lo han interpretado en su totalidad. Esplendido doom metal muy majestuoso, con poderío y unos dejes sludge que quedan genial. El sonido es crudo y directo sin artificios ni arreglos innecesarios, van al grano y todo suena muy orgánico. Y bueno, en sus filas hay gente muy veterana que lleva en esto de la música muchos años y eso se nota. A la batería encontramos a Michel, reconocido músico que siempre ha estado involucrado en infinidad de proyectos tales como Morbid Flesh, La Matanza, Astigarraga Thrower, Undergrind, etc. A las guitarras encontramos a Sancho y a Jordi que han militado en grupos como Lords of Bukkake o Warchetype y a las voces Xavier que estuvo en La Matanza y Vagrant y juntos han conseguido un fantástico trabajo.
Las cinco canciones duran unos 52 minutos aproximados con lo que ya os podéis hacer una idea que son largas y llenas de pasajes diferentes donde los ritmos lentos son los absolutos protagonistas.
Empiezan a lo grande con los majestuosos 12 minutos de «Imperium Diabolicus» que sirve a la perfección como carta de presentación ya que reúne todos y cada uno de los ingredientes que no pueden faltar en una canción de Tort. Al escuchar su música no albergas ninguna oportunidad de luz ni esperanza, parece que todo a tu alrededor se esté desmoronando, las puertas del infierno se abren bajo tus pies y tu solo puedes seguir el olor a azufre hasta tu triste final. Su riff principal es muy adictivo y no pasará mucho rato hasta que estés dando cabezazos con ese ritmo sintiéndote atrapado por su oscuridad. Sus últimos tres minutos te abrazarán y te harán caer al abismo sin remedio.
Una lenta batería nos presenta «Predominance» acompañada de unos bonitos acoples de guitarra todo en una consonancia pútrida para al poco arremeter contra nosotros sin piedad con un monolítico riff que nos arrastrará por el barro. Siguen una estructura parecida, bueno, casi todas las canciones pero en esta se animan un poco sin acelerarse demasiado pero si que la cosa es algo más movida. Buen tratamiento en las voces con diversos registros con unos guturales muy bien hechos y sobre todo bien puestos.
«Pike, Darts & Chopper» ya es una vieja conocida tanto en sus conciertos como por ser el primer single que presentaron a principios de año. Una canción que es un claro homenaje a la cultura que se mueve alrededor de las drogas. Se trata de la canción más corta y directa de todo el disco que aunque tiende a ser un poco monótona tienen la suficiente maestría y clase para no aburrirte con potentes power chords y ritmos que te hunden literalmente.
Nos encontramos a la mitad de este denso trabajo y «Transmuted in Embers» se nos presenta con unos intrigantes sonidos de guitarra amenizados con un delay y un bajo machacón para darnos la bienvenida de nuevo a su caótico mundo. Consta de muchas partes ya que esta se alarga hasta lo casi 13 minutos en los que destaco un solo muy atmosférico y lisergico, una parte para dejarte llevar.
Tras este festín de riffacos decadentes llegamos a la última canción con «Reborn in the Grave» que sería más o menos una versión moderna de Black Sabbath con unas guitarras limpias y una tímida batería que los va acompañando, el paso previo a salir renacido de la tumba. Su cantante Xavier opta por aparcar los profundos guturales para ofrecernos unos gritos grimosos más cercanos al black metal aunque no tarda en volver a sus redondos y marcados growls. Canción perfecta para cerrar.
Un buen disco que peca en algunos momentos de repetir patrones y de tener canciones algo extensas que en algunos momentos te pueden hacer perder la concentración pero en global presentan un material muy potente que hará las delicias de cualquier amante del género. Sed bienvenidos adictos al vacío.