Touché Amoré – Spiral in a Straight Line

El screamo puede ser a veces un estilo de música incómodo. Reconozco que me costó mucho conectar con Touché Amoré, lo intenté varias veces y no había manera. Finalmente, el día menos pensado logré comprenderles y rápidamente se convirtieron en una de las bandas que más he escuchado este último lustro. Lament (2020) se convirtió en un disco esencial para mi banda sonora personal, logré incluso entrevistar a la banda y recientemente os presenté una Canción perfecta de la banda.

Pues hoy llega entre nosotros su nuevo disco tras cuatro años de silencio discográfico. Spiral in a Straight Line (2024) nos trae una banda funcionando a pleno rendimiento, ejecutando sin compasión su espectacular visión del post hardcore y recitando las más emocionales letras que uno pueda soñar. Este es su primer lanzamiento oficial tras su fichaje por la renombrada Rise Records. La banda vuelve a contar con el mismo productor que en Lament, el legendario Ross Robinson (KoRn, Slipknot, Glassjaw, At the Drive-In …), Spiral in a Straight Line cuenta además con colaboraciones de Julien Baker (de boygenius) y el legendario Lou Barlow (Dinosaur Jr., Sebadoh, The Folk Implosion).

Como resultado de esta suma de elementos, regresan con un trabajo conmovedor que captura un sentimiento claramente universal -la espiral- y quedar atrapado en los escombros emocionales de las palabras, las emociones, los recuerdos y el dolor que quedan después de que las cosas se pongan patas arriba y cómo uno sigue empujando para salir adelante. Está claro que Bolm está recorriendo su propio camino emocional y esta es la fragancia que se desprende de cada canción.

Spiral in a Straight Line arranca ya de buenas a primeras con un temazo titulado “Nobody”, oda a la lucha por avanzar en medio de la adversidad. La canción es corta, poco más de dos minutos, pero nos vuelve a traer a una banda en un estado de forma pletórico. Melodías y voces se hilvanan formando una historia, un torbellino de emociones. En “Disasters” nos escupen berridos y ritmos cambiantes, siendo una de las canciones más versátiles y mutantes del disco. Un gran acierto.

En “Hal Ashby”, canción de estética básica del screamo más tradicional, la banda trata sobre la dificultad de cambiar hacia mejor. Y chocamos de bruces con la más inusual del disco, “Force of Habit” nos recuerda que la banda también está viviendo una metamorfosis a nivel estilístico. La esencia de Touché Amoré es intacta, pero las formas han evolucionado. Lo que no han perdido con el tiempo es la capacidad de hacer canciones musculosas, pues “Mezzanine” arroja fuego sobre el disco. Canción brutal donde las haya.

La melancolía aterriza junto con “Altitude”, una canción sombría que trata sobre los presentimientos. En la recta final encontramos las dos canciones con colaborador especial. “Subversion (Brand New Love)” cuenta con Lou Barlow, y su influencia de Sebadoh es imposible de ignorar. El último tema, “Goodbye for Now” cuenta con Julien Baker para un final lacrimógeno.

A lo largo de sus 11 canciones, Spiral in a Straight Line ofrece la mezcla perfecta de agresividad catártica y melodía. Otro gran acierto para unos Touché Amoré más maduros que nunca. La banda se muestra más vigorosa y con más inventiva que nunca sin renunciar a todo lo que han hecho a lo largo de su carrera. Aún no soy capaz de comparar este disco con los anteriores, pero lo que si puedo decir es que es un nuevo disco total de la banda. Podríamos afirmar que se trata de un disco de transición en todos los sentidos de la palabra. Aún así, discazo.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones