Toundra y Malämmar en la sala Barts de Barcelona, esta vez en el marco del Festival Mil·lenni, es un plato de lo más apetecible. No estaba previsto que cubriera este concierto, pero una repentina enfermedad de nuestro apreciado director y gurú, Albert Vila, lo dejó fuera de combate.
Además, me estreno en un concierto de metal en la sala que, antiguamente, había sido Studio 54… Años a… También ha sido sala de fiestas, en la que en mis tiempos mozos, trabajé como extra de cocina. Recuerdo descansos en los que podías encontrar en el Café Español personajes de todo tipo y calaña, como Carmen de Mairena o el difunto Bernardo y su guitarra. Gente que formaba parte del paisaje humano de la Barcelona genuina y auténtica, la ciudad canalla que un día fue. La Barts se ubica en esa zona fronteriza entre el Raval y Poble Sec, donde todo es posible y te pueden dar altas horas de la madrugada si te descuidas y tienes pocos escrúpulos a la hora de elegir el garito donde acabar la noche.
Pues bien, hacia allí me dirigí para gozar de una noche de post metal como Dios manda, sin concesiones y de alta calidad. Los trabajos de Toundra son entre ensoñaciones y descargas de adrenalina, en los que se combinan a la perfección el preciosismo, la progresión, la emoción y en algunos casos la contundencia sonora. Los madrileños te conducen sin dilación a viajes sónicos sin retorno que te evaden de cualquier realidad que vivas; escucharlos es una experiencia única.
Sin embargo, hasta el pasado miércoles dia 6 de marzo los tenía pendientes en directo, un error. Pero esto, no es solo Toundra. Abrían la noche los catalanes Malämmar, que a pesar de tocar mucho por todo nuestro pequeño país, tampoco había tenido la fortuna de disfrutarlos. Una revelación. Un grupo al que seguir a partir de ahora. Sin más. No les perdáis la pista si os gusta el post metal de raíz doom. Bueno, ya que nos ponemos a etiquetar… ¿post doom metal instrumental? Como etiqueta no creo que sirva demasiado… pero así te haces una idea.
Malämmar
Pasan unos 10-15 minutos de las ocho de la tarde. Tres chicos se pasean por el escenario de una sala en proceso de llegada del personal. La verdad que las 20:00 horas un miércoles, es un poco pronto. Total, que los chicos en cuestión son Xavi, Guillem y Victor.
Xavi coge su Gibson SG y empieza a disparar los efectos de “(I)” a modo de intro de la velada. Guillem ha roto su baqueta (mazo) antes de empezar. Compactos. Duros. Doomers. Sabbath. Con “Mil mentiras” y “III” ya se han hecho dueños del cotarro. Cierto es que los movimientos espasmódicos de Víctor con su bajo son lo más destacable escénicamente. El juego de luces es tirando a sobrio y minimalista.
Xavi se mantiene en su esquina concentrado en su instrumento dándonos candela a base de riffacos de escuela Iommi. Guillem y Víctor interactúan más entre ellos, como base rítmica bien avenida. Con “Garfio” y “IV” darían por finalizado el show.
Malämmar gozaron de muy buen sonido, potente a la par que cristalino. Guitarra, bajo y batería sonaban con claridad y podías distinguirlos sin problemas a un volumen considerable (óptimo). La propuesta musical, interesantísima. Stay tunned, porqué por poco que afinen el tiro, oiremos hablar de ellos.
Setlist Malämmar:
(I)
I
Mil Mentiras
III
Garfio
IV
Toundra
Pues servidor ya está listo para degustar el mundo onírico de Toundra. “Lástima que Albert no pueda estar aquí”, pienso. Pero al segundo me viene a la cabeza que los vio en la Mirona de Girona con Ànteros no hace mucho. “¡Al Diablo, disponte a disfrutar!” me digo. Hilo musical. Suena “Breathe” de Pink Floyd. Saltan los cuatro madrileños, Esteban y Macón (guitarras), Álex (batería) y Alberto (bajo), a las tablas de la Barts a afrontar lo que siempre es un reto: el público barcelonés. Entrada más que generosa en la sala (más de tres cuartos en una sala para capacidad de 1500 personas y en miércoles), poca broma.
El dúo “Cobra” y “Tuareg” para iniciar el bolo es infalible. Macón y Esteban se sitúan a los extremos del escenario, Alberto en el centro y Álex tras los parches en posiciones más atrasadas. Tras los últimos retoques desde el mixer de la mesa de sonido, típicos, el sonido es potentísimo y cristalino, donde distingues con una claridad pasmosa los diferentes instrumentos. Con “Bizancio” ya es de clímax, y la banda no muestra ni una mínima fisura.
Tanto Macón como Esteban son los que más hacen por interactuar con el público, en una actitud muy aproximada a lo que haría un frontman. Acercándose al foso, arengando al respetable, y, en el caso de Esteban, botando, corriendo y gesticulando sin cesar; pura energía y actitud punk/hardcore. Alberto va más a la suya, concentrado al 100% en su bajo. Álex ejerce de metrómono, sin perder ni un compás.
Suenan absolutamente compactos. Los gestos de complicidad entre ellos son patentes durante toda la actuación. Se intuye una camaradería fuera de lo común en la banda, lo que ayuda a que todo fluya.
El público barcelonés, una vez más, entregado desde una frialdad que me exaspera, pero es así. Hay que asumirlo y no pasa nada. Estamos poseídos por las ensoñaciones y mundos oníricos a los que nos conduce Toundra sin solución de continuidad con su música apabullante y a la vez delicada.
Estamos embelesados y entregados a la comunión entre potencia y deliciosas melodías que sacan de sus instrumentos estos madrileños en temas como “Kitsune” o “Cielo Negro”, acompañados por un juego de luces absolutamente adecuado para sus viajes sónicos.
La más enérgica a la par que atmosférica “Kingston Falls” (de su última obra de 2018 Vortex) sonó absolutamente espectacular, dando cierre a la primera parte del set con “Mojave”. El encore en este caso correría a cargo de “Strelka” y “Cruce Oeste”, dando fin a, aproximadamente, hora y media de viaje musical.
Toundra, sin duda, se marcaron un conciertazo como la copa de un pino, centrado, obviamente, en Vortex (2018) su última entrega. Robaron el corazón para siempre a las almas que nos acercamos a la sala Barts ubicada en el Paral·lel esa noche de miércoles. Para siempre Toundra.
Setlist Toundra:
Cobra
Tuareg
Bizancio
Kitsune
Cielo negro
Magreb
Kingston Falls
Mojave
—
Strelka
Cruce Oeste
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.