En el menú de hoy tenemos un regreso esperado para muchos fans del thrash más técnico y veloz. Si indagamos un poco en este nicho, no tardaremos en encontrar los dos discos que Toxik lanzaron a finales de los años 80. World Circus (1987) y Think This (1989) son dos auténticas obras de arte que ilustran a la perfección el potencial del género. El guitarrista y compositor Josh Christian es un as en su instrumento y no dudaba en demostrar sus habilidades en forma de riffs y solos frenéticos y atractivos.
Han tenido que pasar más de 30 años para ver el siguiente trabajo de estudio de Toxik, que justamente salió el mes pasado. En 2017 nos ponían los dientes largos con el EP de tres canciones Breaking Class, pero por diversas cuestiones el disco completo se ha demorado hasta ahora. Con una formación completamente nueva, Christian es el único miembro que siempre ha estado en la banda. Vamos a ver como suenan en la actualidad con este Dis Morta. ¿Será capaz de mantener el nivelazo de sus dos clásicos?
Con el tremendo inicio que nos plantean, parece que la respuesta es sí. La pista título y especialmente la siguiente, «Feeding Frenzy», son pura caña y llevan ese espíritu de los viejos Toxik. Christian no se ha oxidado con los años y sus imponentes riffs siguen con la garra de antaño. Seguro que también vais a flipar con los pedazo de solos que se saca de la manga. El trabajo en las guitarras ha sido realmente minucioso y el resultado es espectacular.
También tenemos partes algo más grandilocuentes y que juegan mucho con la melodía, donde la guitarra y la voz trabajan en equipo. Hablando de las voces, en Toxik siempre han sido agudas y estridentes, siguiendo la corriente de grupos como Anthrax o Artillery. En cada disco han contado con un cantante distinto, y en esta ocasión podemos oír a Ron Iglesias tomar el relevo. El tío tiene un vozarrón y un control absoluto, hasta armoniza muchas de sus partes para crear esos momentos más épicos.
La batería de Jim DeMaria proporciona una base contundente y precisa para los demás instrumentos. Han conseguido un sonido muy potente y una mezcla general bastante buena, aunque cuesta un poco distinguir el bajo.
Tenemos momentos puramente Toxik como el inicio de «Power», con esas melodías de guitarra, momentos acústicos y experimentales en «Hyper Reality» y ejemplos seminales de thrash técnico en «Creating the Abyss», entre otras. Para mí, donde brillan más es en los cortes más veloces, como la citada «Feeding Frenzy» o «Straight Razor», que es otra verdadera salvajada.
No es oro todo lo que reluce, pues también es posible abusar de esta rimbombancia que tan a menudo les funciona. En «Chasing Mercury», algo va mal. Las voces, que en el resto del disco son intachables, desentonan de la parte instrumental, sobre todo en el estribillo, y la pieza en general se acaba haciendo extraña. Es la única que me saltaría.
Seguidamente, «Devil in the Mirror» entra con un pianito y una voz de Iglesias que parece indicar que viene una balada… Pero cuando menos te lo esperas, te azotan de nuevo con un riff furioso y otro de los temas más tralleros del álbum. Acaban con un «Judas» que vuelve con un pasaje acústico que se va intensificando hasta un clímax donde lo dan todo.
En resumidas cuentas, tenemos delante un regreso más que remarcable de unos Toxik que vuelven por la puerta grande. Al ser una banda relativamente underground no va a ser fácil tenerlos de gira por aquí, pero a ver si con este lanzamiento consiguen hacerse notar y visitarnos en sala o festival.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.