Trash Boat ha llegado con fuerza en 2024 con su más reciente lanzamiento, Heaven Can Wait. Formados en 2014, Trash Boat ha ido transformando su sonido desde sus inicios en el pop punk hasta convertirse en un grupo que desafía las convenciones del rock moderno. A lo largo de los años, han sabido adaptarse y reinventarse, demostrando con cada lanzamiento una capacidad para fusionar géneros y llevar sus composiciones a nuevos territorios, y Heaven Can Wait no es la excepción.
Este cuarto álbum de estudio, lanzado el 4 de octubre bajo el sello Hopeless Records, es una explosión de energía y diversidad sonora. A lo largo de 11 temas, Trash Boat despliega una mezcla de rock alternativo, post-hardcore y toques de metal que desafían cualquier intento de encasillarlos en un solo género. Desde el inicio con la potente introducción de «Watching Heaven» y «…Burn», el álbum sumerge al oyente en una atmósfera densa y emotiva, recordando descaradamentea bandas como Deftones pero sin perder la intensidad que ha caracterizado a Trash Boat desde sus inicios.
La voz de Tobi Duncan en la inicial «Watching Heaven» es un claro ejemplo de esta influencia, ya que su estilo vocal muestra un descarado paralelismo con el de Chino Moreno. Esta similitud no solo establece el tono de la canción, sino que también refleja la evolución de la banda hacia un sonido más moderno y ambicioso. Uno de los puntos más destacados es la participación de Kenta Koie, de Crossfaith, en el tema «filthy//RIGHTEOUS», una canción frenética que mezcla beats industriales con la furia del nu metal, evocando la energía de bandas como Linkin Park en su época más dura. La inclusión de colaboraciones como la de Eric Vanlerberghe de I Prevail en «Be Someone» aporta una capa adicional de agresividad al álbum, mientras que temas más melódicos como la final «Lazy» ofrecen un respiro necesario dentro de la intensidad predominante del disco.
En cuanto a las letras, Tobi Duncan se encuentra en su mejor momento, canalizando su rabia, frustración y vulnerabilidad a través de su voz rasgada y apasionada. Canciones como «Are You Ready Now?» destacan por su intensidad emocional, con un grito desgarrador de 22 segundos que subraya el poder catártico de su interpretación. Duncan no solo ofrece una gama vocal impresionante, sino que también profundiza en temas líricos más introspectivos y personales, manteniendo la crudeza emocional que ha sido una constante en su música.
El álbum no solo es una exhibición de destreza vocal y compositiva, sino que también brilla por su cohesión instrumental. James Grayson (bajo) y Oakley Moffatt (batería) proporcionan una base rítmica sólida que impulsa cada tema, mientras que las guitarras de Ryan Hyslop y Dann Bostock se mueven con fluidez entre momentos atmosféricos y riffs aplastantes. Canciones como «The Drip» y «Delusions of Grandeur» son ejemplos perfectos de esta dualidad sonora, donde la banda logra balancear la ferocidad del hardcore con melodías más accesibles.
A nivel temático, Heaven Can Wait es un álbum que abraza el caos, tanto a nivel musical como lírico. Duncan ha descrito el disco como una representación honesta y sin filtros de lo que es Trash Boat en este momento: una banda que no tiene miedo de experimentar, de ser contradictoria y de explorar sus límites. En palabras del propio vocalista, el álbum es el más «pesado, lento, rápido, complicado y contradictorio» de su carrera.
Lo que hace de Heaven Can Wait un trabajo tan impactante es su autenticidad. La banda decidió autoproducir el álbum, y esa decisión se refleja en el producto final: un sonido crudo, sin pulir, que amplifica la emoción y la honestidad detrás de cada canción. Este enfoque es lo que eleva el álbum por encima de otros trabajos contemporáneos, haciendo de cada tema una experiencia visceral y real.
Estamos, sin duda, ante el disco más completo y ambicioso de Trash Boat hasta la fecha. Su capacidad para mezclar géneros, su evolución sonora y la fuerza emocional de sus canciones lo convierten en una obra destacada dentro del panorama del rock alternativo y post-hardcore. Trash Boat ha dejado claro que están listos para ascender a nuevas alturas, y este álbum es la prueba definitiva de que el cielo, efectivamente, puede esperar.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.