Týr – Hel

¿Conocéis las Islas Feroe? Sí hombre, en el mundillo del futbol internacional son famosas por no ganar, apenas, ni un partido. Pues de ahí, de esas islas que algún día visitaré y que están entre Noruega, Escocia e Islandia, vienen estos señores, los Týr. Y lo hacen trayéndonos el infierno vikingo, Hel (2019), que contrariamente al cristiano, es un infierno helado. Tiene su lógica, ¿no?

Las sagas de la época vikinga han sido un tema bastante frecuente en el mundillo metalero durante más de tres décadas, debido en gran parte a los esfuerzos pioneros de Manowar y Bathory, que sentaron las bases para el rollo medio folk medio viking (¿hola, Ammon Amarth?) haya desatado la locura en la escena europea. Aunque gran parte del enfoque se centró en varias bandas que surgieron en Escandinavia en los últimos 20 años, hoy en día estos señores de tierras desconocidas son uno de sus más poderosos baluartes. Adoptando el nombre del dios nórdico de un solo brazo, Týr ofrece una versión musicalmente ambiciosa y técnica de las cosas, posiblemente más dignas de un miembro de muchas manos del panteón hindú, que culminó en una carrera bastante constante desde su inicio a comienzos del milenio.

A pesar de que su octavo estudio se ofrece a sus 20 años de carrera, Hel es un álbum que lleva en el fuego mucho tiempo y grita tras seis años de silencio. Para los no iniciados en las hazañas pasadas de estos señores de las Islas Feroe, sus trabajos pasados estuvieron marcados por un estilo muy ambicioso, posiblemente demasiado exagerado, que se tradujo en un álbum largo y extenso, normalmente reservado para los gustos de Dream Theater, aún sin tener ese toque prog. Se dijo que hacían una mezcla generalmente basada en riffs y cambios de ritmo, de ritmo medio al ritmo rápido de la batería que podría haberse comparado con «Metallica hace folk metal». Algo que alimenta esta comparación con los pioneros del thrash metal de la bahía es la forma de cantar de su líder Heri Joensen, que a menudo se compara con Hetfield.

Hel marca un regreso a la grandiosidad épica y al carácter de antaño, mientras que al mismo tiempo mantiene la velocidad y accesibilidad más reciente, elemento clave en el sonido de estos chicos durante los últimos diez años, destacándose como un punto medio triunfante entre el sonido de Valkyrja (2013) y Land (2008) respectivamente.

Si hay una cosa que realmente define lo que esta banda logra cuando está en su mejor momento, es una extraña habilidad para tomar el arreglo básico de guitarra, bajo y batería, y convertirlo en una incursión épica que compite con bandas como Equilibrium y Turisas. A pesar de que los coros ofrecidos por Joensen en himnos como «Empire of the North» y «Against the Gods» explican la potencia de su sonido, la batería y el siempre cambiante trabajo de riffs ayudan a Týr a obtener un resultado aún más impresionante. Para reforzar aún más una exhibición ya imponente de técnica y forma, la recién llegada y destructora Atilla Voros ayuda a su nueva banda en la apuesta inicial, como se muestra durante los pasajes en solitario escuchados en «Songs of War» y «Far From the Worries of the World» «. Pero el cenit absoluto de la explotación del potencial de esta banda ocurre cuando adoptan completamente su lado de metal progresivo, como se mostró durante el bajo espeluznante y la introducción de guitarra limpia se convirtió en la celebración metálica de «Alvur Kongir», o cuando Manowar se cruza con Ensiferum, como en «Gates of Hel».

Puede parecer un poco presuntuoso, pero esta es posiblemente el mejor lanzamiento de un extenso repertorio de álbumes sólidos de una banda que ha puesto a las Islas Faroe en el mapa del metal. A pesar de que dura unos 20 minutos más que el promedio de sus tres álbumes más recientes, mantiene el ritmo y el uso efectivo de los ganchos que hizo Valkyrja y The Lay of Thyrm (2011). Técnicamente extravagantes pero también accesibles para aquellos que están acostumbrados al carácter más conciso y compacto de una banda de metal. Solo podemos esperar que el próximo álbum no tarde tanto como este para ver la luz del día, pero si esta encarnación híbrida de Týr de las Islas Feroe y Hungría puede lograr mantenerse unida durante tanto tiempo como lo hizo el anterior, grandes aventuras en Las sagas de Asgard y más allá todavía pueden estar en el horizonte.

No entraré a detallar cada tema, en esta ocasión me parece irrelevante. Sus puntos fuertes, en cuanto a canciones, ya los he ido diciendo. Pero para que no se me tache, algunos temas imprescindibles serían “Alvur Kongir”, “Gates of Hel”, “Songs of War” o “Far from the Worries of the World”.

Gran disco, variado, técnico y muy divertido de escuchar. Muy recomendado si eres de la parte más clásica del metal y te apetece endurecerte un poco.

Xavi Prat

Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.